Dos días en Puy du Fou, entre caballeros, gladiadores y mosqueteros

“¿Pidifú? ¿Eso qué es?”. Esa es la respuesta que recibimos sin excepción cuando contábamos a amigos y familiares nuestros planes para recorrer parte del norte de Francia en agosto. Absolutamente nadie sabía de lo que estábamos hablando.

“Es un parque temático, uno que no tiene atracciones, solo espectáculos inspirados en diferentes momentos históricos. Ha conseguido varios premios internacionales y es el segundo más visitado de Francia, tiene muy buena pinta”, explicábamos nosotros. Y después les poníamos este vídeo de apenas un minuto que promociona uno de sus seis grandes espectáculos y que deja a todo aquel que lo ve por primera vez con la boca abierta:

«Sí que pinta bien, ya nos contaréis a la vuelta», nos decían. Pues a ello voy:

Momento de 'El secreto de la lanza'.

Momento de ‘El secreto de la lanza’.

Puy du Fou fue nuestra penúltima escala, antes de terminar el viaje en La Rochelle. Pasamos allí dos noches y dos días completos, tiempo suficiente para disfrutar de un lugar de entretenimiento original y sorprendente al que no me importaría volver.

Que no se conozca Puy du Fou en España me resulta tan incomprensible como que ciudades tan hermosas como Orleans, con su impresionante catedral, o la mágica Le Mans estén prácticamente desiertas tanto de turismo nacional e internacional, mientras que en París hay colas larguísimas para todo. De verdad, incomprensible. París tiene una belleza y una riqueza artística indiscutible (aunque a mí me deja algo fría, lo confieso), pero muchas otras ciudades francesas también y apenas ves al visitarlas unas pocas almas. París ha fagocitado gran parte de Francia, y da la impresión de que Disneyland ha hecho lo mismo con los varios y recomendables parques temáticos galos.

Volviendo al Puy du Fou, su gran handicap para no tener más visitantes extranjeros imagino que es que no tiene un gran aeropuerto al lado, pero está en una zona muy accesible en coche desde España, dentro de la región del Loira. Otro handicap es el idioma que manejan; en el Puy du Fou se habla bastante y se habla en francés. Hay mucha información en inglés disponible, pero los espectáculos son eminentemente galos en discurso y temática. Eso hace que los de fuera nos perdamos muchas cosas, pero lo cierto es que  son tan espectaculares y cuidados, con una música original tan bien seleccionada (de nuestro Carlos Núñez), que aunque disminuya el disfrute no lo impide. La prueba es que Julia, con cinco años, se divirtió muchísimo y no se cansa ahora de revivirlo viendo los vídeos.

Tienen audioguías en español (creo recordar que eran nueve euros dos) pero no todo está traducido, no todo está bien traducido y, como os contaba en mi visita a Futuroscope, prefiero disfrutar sin trabas del sonido ambiente y no ponerme unos cascos de calidad limitada que me reducen la inmersión en lo que estoy viendo.

El pase emoción para principales espectáculos.

El pase emoción para los grandes espectáculos.

Hay seis grandes espectáculos, imprescindibles todos ellos y aptos para todas las edades. El número de representaciones y su horario varía cada día en función de la afluencia de público prevista.

  •  El signo del triunfo, con bárbaros galos frente a romanos en torno a la historia de amor de la arena.
  • Los mosqueteros de Richelieu, el único en interior y con sabor español.
  • Los vikingos, lleno de trucos sorprendentes.
  • El secreto de la lanza, el favorito de Julia por su protagonismo femenino.
  • El baile de las aves fantasmas (si es que lo estoy traduciendo bien). Una muestra de vuelo de aves rapaces  poco convencional.

No os cuento mucho porque no quiero aguar las sorpresas que encierran. Luego hay otros siete espectáculos de menor calado, pero también recomendables, sobre todo el de Los caballeros de la tabla redonda.  Julia está ahora interesadísima en las aventuras de Arturo, Merlín y Morgana. De hecho lo que más me gustó del parque es que, sin ser riguroso, que el espectáculo es lo que manda y no el academicismo, sí que despierta el interés por conocer la historia y algunos clásicos de la literatura en los niños. Y también en los adultos, que mi santo y yo hemos estado indagando en lo acaecido en la región de La Vendée, gran protagonista de fondo.

Al recorrerlo de una representación a otra también se puede disfrutar de representaciones de pueblos medievales, jardines, un parque infantil hecho en madera, de un rincón urbano de principios de siglo con catres de reclutamiento de la Primera Guerra Mundial, tiendas, animales estabulados y en el exterior o demostraciones del trabajo artesanal de orfebres, herreros u obradores.

En dos días, organizándose bien, se puede ver todo. O al menos dejarse muy poco, nada de lo más relevante. Pero me da la impresión de que con tres días puede ser aún mejor.

Habréis notado tal vez que he enumerado sólo cinco grandes espectáculos. Hay uno más, nocturno, que no vimos. En su lugar disfrutamos de la  Cinéscénie, disponible sólo los viernes y sábados  de los meses más cálidos y para la que es preciso adquirir unas entradas diferentes. De hecho se puede asistir a ella de manera independiente. El parque abrió en el 89, pero lo que primero arrancó una década antes fue esta representación gigantesca, en la que ahora participan unos 3.000 voluntarios, principalmente trabajadores del parque y vecinos de la zona.

Recuerda por su gigantismo a la inauguración de unos Juegos Olímpicos, tal vez a los de Londres con su campiña. Dura dos horas, tiene lugar de noche y es apabullante. Tal vez demasiado larga y demasiado tarde para los niños más pequeños: Julia se durmió al final tras un día lleno de emociones y a Jaime ni nos planteamos llevarle. Y tal vez demasiado en francés para los foráneos. Si yo me enteré de algo era por que me habían contado previamente lo que transmitía, la historia de una saga familiar a lo largo de distintos conflictos que tuvieron lugar en la zona, cuyos protagonistas tienen todos el mismo nombre:  Jacq.

Antes del espectáculo nocturno tuve la ocasión de conversar con algunos trabajadores y voluntarios del parque, comprobando el buen ambiente existente en las casas de actores antes y después de la función. También pude hablar brevemente con su joven director artístico y presidente de la asociación que lleva el nombre del parque, Nicolas de Villiers, que me estuvo confirmando la expansión de este concepto de parque temático por Holanda, Inglaterra y Rusia y su probable desembarco también en el sur de España en un futuro indeterminado, siempre adaptándolo a la historia local. Esperemos que acabe siendo verdad. Si la versión francesa nos encantó, es obvio que ver la toma de Granada en español lo haría aún más especial. Y si viajamos a un país con este concepto de parque temático en su versión autóctona, nos acercaremos a disfrutarlo.

Los horarios y números de pases cambian cada día.

Los horarios y números de pases cambian cada día.

En el parque se anda, pero no en exceso. No es ningún matapadres. Inmerso en un bosque, con caminos labrados respetando arboles y paisaje, andarlo a buen ritmo de un extremo al otro no debe llevar más de veinte minutos. Y como los espectáculos duran hasta tres cuartos de hora y se está sentado, no es agotador. No es preciso llevar carrito a menos que los niños sean muy pequeños, en cualquier caso allí los alquilan.

Uno de los días que nosotros estuvimos fue el récord histórico de asistencia de visitantes, y aún así no se tenía sensación de agobio. Se nota más aglomeración en días que no son de récord en el parque de atracciones de Madrid o en la Warner. Es capaz de  gestionar muy bien un gran número de personas: gradas y asientos tienen capacidad para albergar a mucha gente y aumentaron el número de representaciones. No obstante, en esos días es recomendable el Pase Emoción, que por diez euros más permite acceder a lose espectáculos pocos minutos antes de que empiecen y ocupar una zona reservada con muy buena visibilidad.

Para comer hay restaurantes tematizados con espectáculos y menús que no son baratos, sin ser tampoco prohibitivos. Interesa reservar según se entra en el parque. Nosotros nos despistamos y no pudimos probarlos. Y hay puestos con bocadillos, pasta caliente, ensaladas… También rincones agradables en los que hacer picnic.

A la hora de alojarse hay  distintas opciones cercanas, como un Ibis bastante moderno o campings, pero lo mejor para seguir inmersos en ese viaje temático al pasado es uno de sus hoteles, con precios muy razonables. Nosotros estuvimos en el de inspiración galo romana, tranquilo, con un buffet de desayuno bastante bueno. El acceso desde el hotel al parque está bastante alejado de la entrada principal, por lo que se puede aprovechar a primera hora para entrar en los espectáculos de esa zona y encontrarlos menos concurridos. Y el pase emoción está incluido al dormir en uno de esos preciosos hoteles. De todas formas, como abre a las diez, cualquier alojamiento a una hora u hora y media en coche permite hacer una escapada al parque.

El acceso para personas con discapacidad. Los romanos seguro que no tenían de eso.

El acceso para personas con discapacidad. Los romanos seguro que no tenían de eso.

Para las personas con discapacidad dan todas las facilidades. El acceso en todas las grandes atracciones es el mismo que si tienes el Pase Emoción, por lo que el sitio que ocupas teniendo una discapacidad es el privilegiado, desde el que mejor se disfruta del espectáculo, y no una primera fila casi sin visibilidad o un fondo lejano.

Y para identificarte como discapacitado no se requiere ningún papeleo, no hay que portar ninguna tarjeta o pulsera. En muchos casos la discapacidad es obvia, en el nuestro que no lo era tanto, no necesité mostrar acreditación de la discapacidad de Jaime por su autismo. Simplemente lo decía a la entrada y nos franqueaban amablemente el paso a los cuatro.

Los vikingos en acción.

Los vikingos en acción.

Hay mucho más que contar sobre este peculiar  parque, su espectáculo nocturno, las escuelas que tienen para formar a sus trabajadores y artistas desde niños en la región y su fundador Philippe de Villiers, novelista y ex eurodiputado de derecha católica y monárquica (algo que se percibe en el Puy du Fou, sin molestar a los que no somos de esa cuerda), hay muchas anécdotas y singularidades. Pero este post ya no es el lugar para contarlas, seguro que si tenéis curiosidad no os costará encontrarlas.

Todas las fotos que ilustran el post las hicimos nosotros, algunas con el móvil. Una prueba más de que no hay que esforzarse para mostrar que es espectacular. Si queréis ver las más pequeñas a su tamaño original hacen falta dos golpes de ratón.

Las tarifas que había cuando nosotros fuimos sobre las taquillas.

Las tarifas que había cuando nosotros fuimos sobre las taquillas.

Con este post acaban mis crónicas de este mes pasado en Francia con los niños. Valga como colofón para un viaje de más de veinte días en coche que nos ha animado a intentar recorrer otro país cercano, tal vez de nuevo Francia, el próximo año de manera similar si las circunstancias lo permiten. Ya veremos, no es plan de empezar a planear las vacaciones de 2015 cuando aún tenemos arena de playa en las sandalias.

6 comentarios

  1. Dice ser Yesus

    Estos franceses, como todo el mundo, tienen sus conocidos defectos, pero hay que reconocer que tienen sus grandes virtudes, un país muy cuidado, preciosas ciudades, campos y montañas.

    Y ahora gracias a ti conocemos este parque temático, original y educativo.

    ¡Muchas gracias por la información y suerte con la vuelta a la realidad!

    29 agosto 2014 | 10:12

  2. Dice ser Alundra

    Totalmente de acuerdo, yo lo visité hace ya algunos años y guardo un maravilloso recuerdo de ese parque, de hecho lo recomiendo tanto o más como Eurodisney pues lo pasamos de fábula. También vimos el espectáculo nocturno y nos pareció grandioso.
    En nuestro blog de viajes con autocaravana (por cierto, este parque tiene un área para autocaravanas que ya quisieran en España cualquier parque temático) relato nuestra estancia en el parque y lo bien que lo pasamos mi familia y yo.

    http://mis-ac-aventuras.blogspot.com.es/2008/10/vacaciones-en-francia-i.html

    por si quieres ver mi opinión.

    Recomendado cien por cien.
    Saludos

    29 agosto 2014 | 11:22

  3. Dice ser Pili Martinez

    Totalmente recomendable, una pasada , los mayores disfrutamos, los niños ni te cuento. Son espectáculos con MAYÚSCULAS, a lo bestia, una sorpresa tras otra. Mis hijos tenían 7 y 14 años y alucinaron. 4 años después aún hablan del espectáculo de los vikingos como si lo vivieran, o de las murallas del otro, o de los cómicos que te entretienen hasta que empieza la función.
    La noche del sábado hay el espectáculo nocturno ( que hay que reservar con antelación y como íbamos en autocaravana y no sabíamos día llegaríamos no reservamos ) que lo vimos e intuimos desde fuera ( mientras los niños hechos polvo dormían ) y si te gustan los fuegos artificiales no hay que perderse, desde fuera hay un momento que se te ponen los pelos de punta con la música y los fuegos, des de dentro debe ser impresionante.

    Coincido con lo del área de autocaravanas, esta genial, llena de franceses con sus nietos, es muy de turismo familiar.

    Lo malo la comida, horrorosa la peor que hemos comido en cualquier parque temático de los que hemos estado.

    29 agosto 2014 | 15:22

  4. Dice ser Dani

    Fuimos toda la familia (mi mujer y dos niñas de 6 y 9 años) este Agosto y nos gustó muchisimo. Disfrutamos todos. Lo unico negativo, la mala calidad de los audifonos para la traducción.
    ALTAMENTE RECOMENDABLE.

    29 agosto 2014 | 17:31

  5. Dice ser Audrey

    Una nota que necesitaba leer 🙂 Gracias por compartir esa aventura con nosotros. Y como lo dijiste, París no es Francia. Francia es mucho más que eso. Un abrazo !

    30 agosto 2014 | 00:19

  6. Dice ser c

    @Pili
    «Lo malo la comida, horrorosa la peor que hemos comido en cualquier parque temático de los que hemos estado»

    Claro que «sobre los gustos no hay nada escrito», pero me sorprende mucho su apreciación sobre el tema. Quizás la comida de El Puy du Fou no es tan internacional (¿estadounidense?) que la de parques como Disneyland, quizás es comida que conviene más a los visitantes franceses (con comidas típicas de Vendea) pero horrososa, no ¡En breve, lo digo así como turista y visitante de Le Puy du Fou y en absoluto como accionista en el capital financiero del parque o con cualquier interés en su funcionamiento, ja, ja, ja!

    27 marzo 2016 | 18:18

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