Archivo de noviembre, 2013

Con #diabetes en la escuela

Hoy es el Día Mundial de la Diabetes, hoy habrá muchos contenidos en los medios de comunicación enfocados a la prevención, la información (aún hay mucha desinformación, mucha confusión entre los dos tipos de diabetes), la resolución de dudas… En 20minutos, sin ir más lejos, tenemos un encuentro digital con un Ángel Cabrera, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) que contestará a las preguntas de los lectores.

26835-820-520-1Yo he decidido hoy ceder la palabra a otra madre reciente cuya hija tiene diabetes desde que era un bebé de menos de un año con algo que preocupa a todos los padres de un niño con esta enfermedad: su integración en el colegio.

Es muy difícil encontrar un centro con profesionales preparados y dispuestos a asumir los cuidados de un niño pequeño con diabetes (que no son tantos: hacer algunas pruebas de glucosa al día y seguir unas cuantas indicaciones) y con la sensibilidad necesaria para que esos niños no vean que son tratados de manera diferente en excursiones, cumpleaños o simplemente a la hora de la merienda.  Es tan difícil que muchos padres (sobre todo madres) acaban dejando su trabajo para hacerse ellos cargo de lo que debería ser competencia de la Administración o se ven obligados a elegir centros que jamás serían una opción si su hijo estuviera sano.

Que una enfermera se acerque al colegio cuando toquen esos controles o hay que poner la insulina ya sea con boli o con bomba no debería ser tanto pedir.

La madre reciente que hoy os va a hablar no ha dejado de trabajar, pero sí que ha tenido que modificar el número de horas y su horario. Y ni se plantea que su hija se quede al comedor del colegio.

Soy madre y pancreas de una niña de cuatro años, los dos trabajos me ocupan las 24 horas del día pero el de páncreas estracorpóreo es mas complicado.

Afortunadamente los medios técnicos han evolucionado y cuento con un medidor de glucosa para hacer pruebas de sangre cada dos horas a mi hija y una bomba para inyectarle insulina cada vez que come o que su glucemia se dispara sin tener que pincharla. Controlo lo que come, cuánto y a qué hora. Y controlo la cantidad de ejercicio que hace en cada momento por si le baja el azúcar con dos carreras de más.

Pero cuando eres el pancreas suplente y la niña tiene que ir al colegio la cosa se complica. Yo ya no estoy  con ella y los cuidados que requiere son los mismos en su horario escolar. ¿Quién le hará los controles de glucemia, quién le administrará insulina y estará pendiente para que no le dé una hipoglucemia?

Los profesores no están obligados por ley a hacer ninguna de esas cosas, incluso algunos centros prohiben a su personal encargarse de esas labores por miedo a ser denunciados ante un error o por no sentar precedentes y tener que hacerse cargo de otros alumnos con similares necesidades. Incluso hay colegios que se niegan a tener glucagón en sus instalaciones porque piensan que ello les obligaría a administrarlo en caso de urgencia. Prefieren llamar al servicio de urgencias arriesgándose a poner en peligro la vida de un niño por no poner una inyección que solo puede salvarle la vida, que no puede causarle daño.

Imaginaos por un momento como puede sentirse un padre ante esa situación, la inseguridad y miedos que nos genera.

Hay centros con personal médico, pocos, muy pocos, y aun con personal médico en el centro escolar el pancreas suplente tiene que tener disponibilidad absoluta: antes dejo de respirar que el móvil sin batería o fuera de cobertura.

Si no hay personal médico un familiar se tiene que hacer cargo de los controles y cuidados y asistir al centro, muchas veces ese trabajo recae en las madres, por ello  un alto porcentaje de las madres dejan de trabajar. Hay padres luchadores que, reclamando el derecho de sus hijos, emprenden una lucha contra la Administración titánica y que no siempre tiene éxito o tiene solo un éxito relativo.

Mi hija cuenta con un servicio médico en su centro escolar, fue decisivo a la hora de elegir colegio, no estaba dispuesta a depender de la buena voluntad de un maestro ni del centro. Aun así hay dificultades, si hay una excursión fuera del centro el personal sanitario no los acompaña y mi trabajo como pancreas suplente incluye que mi hija haga una vida normal como otros niños.

La diabetes es una patología que requiere de cuidados 24 horas al día y un niño es dependiente de esos cuidados por un adulto hasta que sea  lo suficientemente autónomo. Cuando el niño entra en el colegio no deja de tener diabetes, y tiene el derecho a recibir una educación en las mismas condiciones que cualquier niño, las administraciones  deben poner todos los medios para ello.

Lo demás ya lo pongo yo.

Firmado: el pancreas suplente.

Para terminar os dejo con una infografía que han hecho en la Fundación para la Diabetes sobre la integración de los niños con diabetes en la escuela.

Además están elaborando un estudio para detectar las necesidades del niño con diabetes en su vida escolar y solicitan la colaboración de los padres de niños con diabetes respondiendo a este cuestionario.

InfografiaFD_diabetes_escuela

¿Cómo vamos a educar en la igualdad si comenzamos ya por educar diferenciando sexos?

Que los colegios que segregan por sexos van a poder optar de nuevo a concierto (recibir dinero de todos) ya era cosa hecha. Pero ayer fue noticia que podrán optar a ese concierto sin ninguna justificación después de que en el Senado el PP eliminase una enmienda que pedía que tuvieran que “justificar de forma objetiva y razonada y exponer en su proyecto educativo las razones educativas de la elección de dicho sistema, así como la implantación de medidas académicas que desarrollan para favorecer la igualdad”.

Ala, que hagan de su capa un sayo. ¿Qué queréis que os diga?. Me cabrea. Mientras los recortes en los centros públicos se suceden resulta que sí que hay dinero para esto. Mientras eliminan profesoras terapeutas para niños con necesidades especiales, reducen el número de auxiliares, aumenta el ratio por clase, eliminan centros rurales, congelan obras y acciones necesarias y aprobadas en centros ya existentes… resulta que abrimos la veda para que vuelvan los centros concertados que separan niños y niñas.

No comparto esa necesidad de diferenciar por sexos que aún hoy, en estos tiempos de teléfonos móviles inteligentes y turismo espacial, muchos tienen.

Creo firmemente que el colegio debe prepararte para el mundo, y el mundo es mixto. Cuando los niños salgan a la universidad, al trabajo, al parque de bolas, al zoo, a la playa… se van a encontrar con que hay dos sexos, hombres y mujeres, compartiendo espacio y actividades. Y así debe ser. Lo raro, lo extraño, es la segregación.

¿Cómo vamos a educar en la igualdad si comenzamos ya por educar diferenciando sexos?

Yo fui a un colegio solo para niñas durante muchos años. Mi santo a uno solo para niños. Antes (no hace tanto) era muy habitual esa separación en los centros concertados y privados. Ojalá no volvamos atrás. Es cierto que muchos niños salieron indemnes de esa situación antinatural, pero conozco muchos para los que pasar tantas horas al día supuso un problema luego a la hora de establecer relaciones con el otro sexo. Les veían como marcianos, eran extremadamente tímidos o se lanzaban en exceso. A muchos el poso de aquella educación les va a durar hasta el último aliento.

Y es inevitable que la educación tenga sesgos inaceptables cuando en un centro solo hay niños o niñas. Yo viví cómo se incentivaban las letras sobre las ciencias, cuyo nivel era mucho inferior. En el centro en el que estudió mi santo era justo al contrario. También viví cómo se restaba importancia al deporte. Y los maestros transmitían, de manera directa o indirecta, conceptos vitales más que discutibles sobre la función de la mujer en la sociedad, desde su dedicación exclusiva a la maternidad o las consecuencias de una minifalda demasiado corta.

Me da miedo que con el regreso de medidas que favorecen económicamente esos centros, el número de ellos aumente.

¿Qué se pretende con esa separación? ¿Qué no se distraigan de los estudios? ¿Qué no se tontee con el otro sexo? ¿Qué no se tengan novios hasta que a los 18 se empiece la universidad?

Absurdo. La adolescencia es una fuerza de la naturaleza de la dimensión del tifón Haiyan. Ni implantando un régimen talibán se puede contener. En vez de luchar contra los elementos la única opción posible es dar herramientas para saber cómo encarar esa época de la vida y comprender que la formación es importante, no ya para conseguir un trabajo más cómodo o mejor pagado (ese fin mercantil de los estudios que transmitimos me enerva), sino para ser una persona mejor y más preparada.

Ya lo dijeron ‘Los Bravos’ hace casi 40 años. A ver si algunos se van enterando…

Blindando la casa, paseando como perros guardianes

Los niños con autismo tienen con más frecuencia que el resto accidentes, en algunos casos realmente graves. No son capaces de valorar el peligro, así que nos toca a los adultos que les cuidamos velar por ellos como si fueran niños muy pequeños, aunque en realidad tienen la fuerza y habilidad de su edad.

Jaime es mucho más rápido.

Jaime es mucho más rápido.

Pasa fuera de casa: Jaime por ejemplo con siete años tiene que ir de la mano (ahora estamos trabajando el que vaya solo en calles peatonales) porque no es capaz de distinguir calzada de acera ni ve peligro potencial en los coches. Le encanta nadar y se lanzaría felizmente de cabeza a cualquier superficie acuática en invierno o en verano. También le chifla trepar, cuanto más alto mejor (su hermana le llama ‘espiterman’), pero bajar no siempre es tan fácil como subir. Un gran miedo de padres de chicos con autismo es que se pierdan o escapen, ya que probablemente no pedirían ayuda, deambularían con su aspecto de niño sin discapacidad con el peligro que supone para ellos. Por eso si me lo llevo a comprar tengo que apañarme para no soltar su mano o acorralarle con mi cuerpo mientras pago, descargo la cesta y cargo mi carrito de la compra. Y empiezo a temer que sus abuelos le lleven por la calle. Ellos tienen poca capacidad de sprint por sus años y Jaime es clavadito a Dash, el niño de Los Increíbles, tanto que en Disney le compramos una camiseta en la que aparecía y estamos decididos a fabricarle un disfraz.

Pasa también dentro del hogar: Nosotros pusimos pronto unos topes en la ventana que impedían su apertura, al ver que se sentía demasiado atraído por ellas. Tuvimos esos topes hasta que mostraron ser claramente insuficientes un día que vi a Jaime jugando con los pies sobre las cuerdas de tender alegremente (vivimos en un tercero) y casi se me para el corazón. Mi miedo a unir los conceptos niños y alturas se elevó casi hasta la paranoia. Ese cierre es suficiente en casas con niños pequeños, pero Jaime es más fuerte y debió insistir hasta poder forzarlo. Esa misma semana teníamos ya rejas en todas las ventanas y doble cierre en la puerta de la terraza, una terraza que jamás usamos. Tal vez tendríamos que haberlo previsto antes: en su colegio todas las ventanas tienen rejas y las puertas ese mismo doble cierre. Si vamos a una casa de visita estamos constantemente pegados a él, para evitar sustos. Siempre cerramos la puerta de casa con varias vueltas de llave. Hace poco vimos que lo sabía abrir y ahora cerramos y quitamos la llave. Tenemos cierres de seguridad en determinados cajones y en la puerta del acuario que contiene el filtro. Su último descubrimiento consiste en apilar cosas para alcanzar las chuches, guardadas cada vez más alto.

Lo malo es que, por previsores que queramos ser, a veces vamos a ir por detrás de él. Así que vamos bunkerizando la casa gradualmente al tiempo que trabajamos para que llegue un día en que muchas o algunas de esas medidas no sean necesarias. 

¿Os dejáis pintarrajear por vuestros hijos pequeños?

No estoy hablando de si os dejáis maquillar por vuestros hijos pequeños, que también podría ser. De hecho Julia ha querido pintarnos tanto a su padre como a mí, y solo lo ha logrado conmigo y dependiendo de lo que yo fuera a hacer después.

Me refiero a si os dejáis pintar con sus pinturas infantiles. A modo de juego. Les encanta. Les gusta mucho pintarse ellos mismos. Os recomiendo trasladar un día la pintura de dedos a la bañera. Y les encanta que seamos su lienzo. A mí también me divierte que lo haga. Salvo que tenga que salir corriendo al trabajo, claro.

Es muy probable que la piel sea el primera superficie que usaron los humanos para dar rienda suelta a su creatividad, para jugar con los niños dejándoles que les pintaran, para adornarse, para transmitir mensajes a los demás…

Si nunca os habéis dejado pintarrajear os lo recomiendo. Sentáos un día con ellos a dibujar en un folio y proponedles que se salgan de él y colonicen vuestras manos, vuestros brazos.

Yo voy a intentar la próxima vez convertir mis dedos en personajes de un cuento. La idea me la ha dado una compañera:

Y en ello ando

Así termina el post que he escrito para el blog De retrones y hombres, un blog que ya os he recomendado en el pasado. Hoy ha sido publicado en su apartado ‘Otras voces’ mi recuerdo de una charla con otra madre de una niña con discapacidad en la otra cola del parque de Disney en París, mis pequeñas reflexiones al respecto, así que si os interesa leerme tendréis que ir al hogar digital de Raúl y Pablo.

Os dejo solo con un párrafo:

imageElla no sabía apenas nada del autismo, igual que yo no sé nada de lo que afecta a su hija, pero vi a una niña inteligente, locuaz, paciente… Le gustaba mucho leer, me contó su madre. Y sentí envidia. Sentí por un momento que casi prefería que Jaime fuera así, un niño atado a equipos médicos y a una silla de ruedas pero conectado al mundo y con su cerebro intacto. No me gustó pensar así, pero creo que uno no puede hacer nada con los pensamientos que te toman al asalto, como ese, salvo ser sincero con ellos. Cometí el error de comentárselo. Ella comenzó entonces a contarme el calvario médico de su hija, todos sus problemas de salud, intervenciones y limitaciones físicas. No sé si fue un error. Realmente me alegro de que Jaime sea un niño fuerte como un toro, trepador y saltador, sin dolores, que no sabe apenas lo que es un médico, ni siquiera pisa el pediatra, salvo para las vacunas. Jaime es mi niño. Aquella niña de ojos ágiles era la niña de aquella inglesa. Cada padre de un niño con una discapacidad deberíamos escuchar a todos pero no comparar a nadie, no juzgar los casos ajenos.

La oveja rosa y las muchas maneras (todas válidas) de ser padres

Oveja rosa.comCon los años mis opiniones son más moderadas. Esa paleta de grises en la que veo representado el mundo deja claro que estoy envejeciendo. Pero hay determinados asuntos en los que sigo siendo tajante, en los que mi postura es blanca o negra (o verde, rosa o arcoiris).

Creo que las personas del mismo sexo deberían poder casarse si así lo desean. La ley no debe ser diferente para ellos. Y creo firmemente que pueden ser tan buenos padres como cualquiera y que tendrían que tener las mismas facilidades en cuanto a la concepción, adopción y crianza de los hijos que las parejas heterosexuales.

Me gustaría dejaros con las palabras de un adolescente (tiene apenas 19 años) que ejemplifica y expresa todo lo que yo pienso:

Por eso me ha alegrado saber esta semana del nacimiento de Oveja Rosa, una revista que se describe a sí misma como «la primera especializada en familias homoparentales en Europa y América Latina».

Madres lesbianas, padres gays, homosexuales que busquen información acerca de cómo tener o adoptar hijos, y familias diversas son el público objetivo de Oveja Rosa, la primera revista para familias homoparentales en Europa y América Latina. Se considera familia homoparental aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños.

“Las familias homoparentales han existido siempre pero cada vez tienen más armas legales para ocupar su lugar en la sociedad, para empoderarse. Oveja Rosa pretende dar el espacio informativo que otros medios no contemplan, como es el caso de las parejas formadas por personas del mismo sexo que tienen hijos”, señala María Jesús Méndez, directora de la revista.

Oveja Rosa
contendrá temas de salud, estilo de vida, pareja, consultorio de especialistas, madres, padres, bebés, niños, adolescentes, ocio, cultura, literatura, cine, viajes, etcétera. Se trata de la única revista digital especializada sólo en gays y lesbianas que tienen hijos y/o desean tenerlos.
En la actualidad, el concepto de la estructura familiar tradicional ha evolucionado y se ha diversificado hacia nuevas formas de convivencia. La figura del núcleo familiar formado por padre, madre e hijos ha dado paso a otras alternativas. En este sentido, las familias homoparentales se han convertido ya en una realidad más que palpable en nuestra sociedad. El matrimonio homosexual está aprobado en 14 países y varios estados de México y Estados Unidos. Las legislaciones van en alza. No obstante, hasta ahora ningún medio de comunicación había volcado sus contenidos a este público.

Pienso sinceramente que todo lo que podamos leer relativo a la maternidad es en un 98% independiente de si los padres son una pareja hetero o gay. Espero que mi blog pudiera servir o ser de interés a cualquier padre independientemente de su orientación sexual, sí que hay un 2% diferente y sí que tiene sentido que haya un medio especializado que lo trate y que trate ese otro 98% desde esa perspectiva.

Cómo la mejor manera de presentar algo es dejar una muestra, aquí tenéis un artículo de Marta Márquez llamado 10 maneras de acceder a la maternidad. Que lo disfrutéis.

1.- Inseminación artificial en clínica fertilidad. Esta opción es la más común y la más conocida. Hay clínicas de fertilidad en casi todas las grandes ciudades. La técnica es muy sencilla: consiste en introducir una muestra de semen de un donante anónimo, mediante una cánula, por la vagina y soltarlos en el cuello del útero para que lleguen con facilidad al óvulo. Esta técnica tiene una fiabilidad del 25% en el primer intento y aumenta con la repetición. Se suelen intentar entre 4 y 6 inseminaciones. Si no hay éxito se cambiaría de técnica. Su precio oscila desde los 800 a los 1.500 euros.

2.- Inseminación casera. Esta opción es para las más arriesgadas. Teóricamente no es legal. En el registro civil suelen pedir un certificado que entrega la clínica como que el proceso se ha llevado a cabo de forma legal. Pero no en todos los registros lo hacen. Puede ser una opción si no tenéis muchos recursos. Existen páginas web en las que muchos hombres se ofrecen voluntarios como donantes. No piden ningún dato sobre vosotras ni sobre los niños que nazcan. De hecho, ni siquiera tienen por qué enterarse de que el proceso ha sido positivo. Muchos de ellos han sido donantes en clínicas y tienen las analíticas para vuestra tranquilidad. La opción consiste en concretar con él un día en el que la gestante sea fértil e introducir el semen vosotras mismas con una jeringuilla larga. El precio puede variar pero podría ser unos 50 euros por intento. Hay muchos tipos de “donantes anónimos ilegales”. Los hay que piden 30 euros, pero también los hay que piden 400, porque aportan una buena genética (cociente intelectual alto o belleza). Vamos, casi a la carta. Hay todo un mercado negro.

3.- Fecundación in vitro (FIV). Cuando la inseminación no funciona o existe algún problema de base, se intenta la FIV. En esta técnica se estimulan los ovarios para que en vez de generar un óvulo se desarrollen entre 10 y 20. Se extraen pinchando los ovarios y en el laboratorio se fecundan. Los que resultan fecundados finalmente se dejan en observación 48 horas y de los que sobreviven a este proceso, entre 1 y 3, se implantan en la gestante y los otros pueden congelarse ya fecundados para siguientes intentos. La probabilidad es notablemente superior, entre el 50 y el 80% y su precio entre 4.000 y 8.000 euros.

4.- ICSI o Microinyección intracitoplásmica de espermatozoides. Es el escalón más alto, de momento, de las opciones en clínicas u hospitales. La técnica es muy similar ala FIV solo que, en el momento de la fecundación, no se deja el esperma fecundar a los óvulos de manera natural. En este caso se fecundan uno a uno con un solo espermatozoide. Como su nombre indica, es una microinyección la que, una vez seleccionado el espermatozoide, lo introduce directamente en el citoplasma del óvulo. La probabilidad de éxito es muy alta, ya que tanto óvulo como espermatozoide son seleccionados por su calidad. El precio puede rondar los 10.000 euros.

5.- Donación de óvulo o Método Ropa. El método Ropa, recepción de óvulos de la pareja, es realizar una FIV a la madre no gestante e implantar los óvulos ya fecundados en la gestante. De esta manera, la madre gestante dará a luz a un bebé genéticamente de la no gestante. Así, una será madre gestante y la otra madre biológica. Tanto el porcentaje de éxito como el precio es el mismo que en una FIV. Se recomienda que sea la mujer más joven la que aporte la carga genética.

6.- Adopción. Es un proceso en el que una pareja pone en conocimiento de su comunidad su intención de adoptar un menor y, a raíz de eso, se pone en marcha un complejo sistema hasta que se da el visto bueno, es decir, la idoneidad de la pareja para criar a un niño o niña. Para llegar a este fin hay que pasar un sinfín de entrevistas con psicólogos, curso de formación, declaración de idoneidad, tramitación, viajes al país y procesos administrativos. Además, hay que sumar que no todos los países aceptan como candidatos a parejas homosexuales. Los precios son muy variados porque depende de los países y de los viajes que haya que realizar antes de que os entreguen al niño o la niña. Y el tiempo de espera pues puede alargarse hasta dos años.

7.- Acogimiento familiar. Este proceso es parecido a la adopción, con la particularidad de que los niños, que generalmente vienen de familias desestructuradas o con problemas, van a seguir teniendo visitas con sus familiares. Generalmente, son niños que necesitan tratamiento psicológico porque han vivido situaciones poco recomendables para ellos. El acogimiento puede solicitarse de manera temporal o permanente. Cada una de las opciones lleva asociadas unos requisitos pero, en líneas generales, el trámite es similar a la adopción.

8.- Co-parentalidad. Bajo este nombre encontramos la forma en la que el donante no es un mero espectador sin voz ni voto. En este caso el donante asume el papel de padre de la criatura que venga a este mundo. Se crea un vínculo entre la pareja y el padre biológico. Esto puede tener dos lecturas y legalmente es complicado pero es una opción como cualquier otra. En España no es legal tener dos madres y un padre pero puede ser un padre sin filiación o una persona cercana a la familia.

9.-Fecundación de un óvulo con otro óvulo. Este caso, por ser el más sorprendente, merece ser tratado de manera independiente. No obstante, a modo informativo, apuntamos que es un método que está en proceso de desarrollo y sobre el que hay diversas líneas de investigación. Podría utilizarse en casos de enfermedades ligadas al cromosoma Y. Hay quien afirma que no se pueden generar bebés sanos sin el cromosoma Y, quien apoya la idea de que hay que continuar investigando y que, quizá en un futuro, podamos tener niñas preciosas biológicamente de dos mujeres.

10.- Maternidad subrogada. Conocido coloquialmente como “vientre de alquiler“. Esta opción suele verse más en parejas heterosexuales y homosexuales hombres. Generalmente las mujeres lesbianas no acceden a este método porque al tener dos úteros es más factible que uno de los dos o los dos sea sano. Además, es un proceso muy caro. Puede llegar a los 200.000 euros. Al igual que muchos otros procesos, en España no está legalizado así que ha de llevarse a cabo en algunos estados de Estados Unidos o la India. Si ninguno de los dos úteros puede albergar un feto, la maternidad subrogada es una buena opción. Una de las dos aportaría el óvulo y una persona anónima el semen y una mujer que conoceríamos sería la encargada de llevar a cabo la gestación. Se realiza un contrato por el cual ésta está obligada al finalizar la gestación a entregar el bebé a sus madres, no teniendo ninguna vinculación legal con el niño o la niña.

Da igual el modo. La esencia no varía.  ¿No os parece?

Ni bueno ni malo

Es algo que he hablado con frecuencia con mi círculo cercano. Que el carácter de nuestros hijos sea de determinada forma no es ni bueno ni malo.

Imaginad, un niño que no  da nunca su brazo a torcer, al que es imposible convencer a menos que lo vea muy claro, que mantiene su postura frente a quien sea si cree que está en lo cierto o en su derecho. Tal vez se le tache de terco, de cabezota, de inflexible.

En cambio imaginad a un niño dócil, al que se le lleva y se le trae por dónde queremos. Sin posturas ni opiniones firmes. Dúctil como la plastilina. Probablemente se considere que es un bendito, que su forma de ser es una virtud.

¿Seguro?

Probablemente ese primer niño, según vaya creciendo descubra que ser terco y cabezota tiene sus ventajas, que no depender de la opinión ajena, tener seguridad en si mismo y defender lo suyo le viene bien muchas veces. Y otras muchas mal, eso también. Ni bueno ni malo.

Probablemente el segundo niño descubra que ser dócil y dejarse llevar le complica la vida en muchas situaciones. En otras se las facilitará. Ni bueno ni malo.

Al final la conclusión parece ser que cuando una forma de ser de un niño nos resulta  cómoda tiene connotaciones positivas y cuando nos complica la existencia, cuando nos hace más difícil dirigirle, las tiene negativas.

No me parece lo mejor, la verdad. Creo que hay que respetar el carácter que tiene cada niño. Nuestra labor como padres es aceptarles como son y darles herramientas para que estén lo mejor preparados posible para ser felices en este mundo. No juzgarles. Mucho menos clasificarles.

Egoistas, llorones, cabezotas, interesados, vagos, cobardicas, sosos, cariñosos, raspas, buenones, movidos, parados… tengamos cuidado a la hora de colocar etiquetas.

¿Ha cambiado vuestra relación con los zapatos de tacón tras la maternidad?

gtres_u239034_015Nunca he sido de usar tacones, lo reconozco. Soy de esas mujeres que, aún reconociendo lo que estilizan y lo elegantes que son, siempre ha primado la comodidad. Ahora, con los años, los llevo con más frecuencia que antes, pero o son tacones de cuña que apenas notas que los llevas, o me los pongo únicamente para ir a trabajar y cuando sé que no voy a tener que trotar mucho. Y lo primero que hago al llegar a casa es bajarme de ellos y ponerme calzado más práctico para ir al parque, lanzar niños por los aires o ir de aca para allá con las extraescolares.

Las mujeres que son capaces de aguantar todo el día encaramadas en sus tacones mientras atienden a sus niños, hacen la compra y los llevan a matronatación cuentan con toda mi admiración por su equilibrio y su capacidad de aguante.

Durante todo el embarazo fui prácticamente plana. Ahí sí que me daban miedo los tacones. Pero también he visto madres futuras sobre tacones de aguja.

Es como en las bodas. No sé si os habrá pasado, pero en ese tipo de celebraciones en las que hay que ponerse de tiros largos soy de las que descarta atuendos y zapatos que me van a restar movilidad o que se descolocan (y te descocan) con facilidad si voy a ir con los peques. En la imagen podéis ver a Jessica Bueno en una boda, con pamela y todo. Si se me ocurriera a mí ponerme en ese plan acabaría bailando descalza y con la pamela colgando sobre la oreja o abandonada en la mesa junto al bolsito de turno.

¿Ha cambiado vuestra relación con los zapatos de tacón tras la maternidad?

Un par de cuentos para perder el miedo a los monstruos


Este viernes hemos celebrado una fiesta de Halloween en casa. Sí, será una celebración ajena, importada y comercial, pero entre que mis niños se lo pasen bien disfrazándose y llevar flores de plástico al cementerio, lo tengo claro. Aunque no son incompatibles. Además, en mi familia nunca ha habido tradición por celebrar al modo tradicional esta festividad.

Vinieron cinco niños: dos primas de Jaime y Julia y tres compañeros del cole. Todos disfrazados, por supuesto. Decoramos la casa, preparé una merienda en la que había sandwiches, chuches (un día es un día), unas castañas que salieron malísimas y calabaza asada que estaba riquísima pero que reconozco que tuvo más exito entre los adultos que con los niños (se corta en tiras, se espolvorea con azúcar moreno y se mete en el horno, os lo recomiendo).

Tenía previstas muchas actividades con ellos: aprender el baile del zombie, preparar unas calabazas, pintar calaveras, jugar al juego de mesa de la cucaracha (ese juego merece un post aparte), leer unos cuentos de monstruos y un concurso de sustos. No dio tiempo a todo. Los sustos y el pintar se quedaron pendientes para el año que viene.

Los cuentos en cambio fueron un éxito, pero es que son cuentos muy buenos para niños de entre unos 3 y 7 años. Uno de ellos Julia lo tiene hace tiempo y es uno de sus favoritos. Se llama ‘Fuera de aquí horrible monstruo verde’ y con él vemos aparecer rasgo a rasgo a un monstruo que el niño hará desaparecer a grito pelado pasando páginas hasta llegar al final: «¡Y no vuelvas más hasta que lo diga yo!». Es decir, lo que hace es animar a los pequeños a empoderarse, a aprender a decir no, a enfrentarse y a alejar aquello que no les gusta.

‘¿Estás ahí, monstruo?’ de la editorial Bruño fue una adquisición de cara a la fiesta. Permite perder el miedo a lo desconocido, a lo que apenas se ve, a comprender que la imaginación puede jugarnos malas pasadas si estamos predispuestos a ello. Tiene en cada página unas solapas que no se abren, metes la mano (si te atreves) para tocar las babas del monstruo, sus garras, su pelaje… que en realidad acaban siendo pintura de papá, un buho, conejitos…

Ambos tienen el mismo objetivo: que los niños pierdan el miedo a los monstruos, a la oscuridad en casa.

No es que mis niños sean miedosos en ese sentido (Jaime nada, Julia casi nada), pero aceptaré encantada más recomendaciones de libros de ese tipo.

«¿Qué videojuego me recomiendas para regalar a un niño?»

disneyinfinityYa os he contado en el pasado que a mi santo y a mí nos gustan los videojuegos, los que están bien hechos (algunos son incluso obras de arte). De padres jugones, imagino que es más fácil que salgan niños jugones. No somos padres que vemos a los videojuegos como algo negativo (esa amenaza contra la inocencia infantil, esos un ladrones de tiempo…), tenemos una visión positiva, creemos que son un estupendo entretenimiento (son incluso educativos) si se juegan con moderación, a los títulos indicados, y de manera social, en familia.

También os he hablado de que Skylanders es el juego favorito de Julia. No voy a repetirme, que no es plan.

Bueno, pues a Skylanders le ha salido un serio rival en el salón de mi casa (y seguro que es extrapolable a muchos salones y cuartos infantiles). Hace unas semanas desembarcó en casa una flamante Wii U acompañada del juego Disney Infinity y tres personajes: Jack Sparrow, el papá de los Increíbles y el monstruo Sully.

Me resulta inevitable comparar ambos juegos. Primero porque ambos se caracterizan por usar figuras de personajes que coleccionar (en el caso del juego de Disney se amplía con escenarios y accesorios o power discs), que guardan el avance del juego y a los que se pone sobre una plataforma. Lo mejor que han inventado contra la piratería de los videojuegos. Y a los niños les encanta. Julia ya ha pedido para Reyes varias figuras nuevas (Rayo McQueen, el monstruo que se vuelve invisible y el niño de los increíbles). Segundo porque son videojuegos muy bien hechos, por desgracia es frecuente que los títulos que van al segmento infantil tengan la calidad justa o sean directamente malos, estos dos son apuestas importantes de Disney y Activision y se nota.

swapHasta ahí las similitudes. Ahora lo que he visto diferente. Este mismo mes saldrá al mercado Skylanders SwapForce, la tercera entrega de la saga. Esa franquicia funciona a base de nuevos títulos cuyos personajes son incompatibles entre ellos (cosa que cambia en este nuevo título). En cambio Disney Infinity tiene una estrategia completamente diferente: su universo es ampliable hasta el infinito (no por nada el nombre) a costa de sacar nuevos playsets, conjuntos de nuevas figuras con sus respectivos mundos. Podríamos decir que cada figura de una familia determinada supone acceder a un nuevo juego bastante diferente. Si yo ahora comprara una figura de Cars tendría acceso a ese mundo, que ahora nos está vetado. Y cada familia de figuras tiene su aventura. No esperéis ver al llanero solitario navegando los mares piratas de Jack Sparrow (aunque molaría, lo dejo dicho por si alguien de Disney toma nota). Y personajes y mundos atractivos conocidos por todos Disney tiene a patadas, una gran ventaja.

Precisamente esa concepción hace que la primera vez que pones el juego sea más complejo. Hasta que el niño entiende de qué va y le pilla el tranquillo va a tener que insistir. No engancha a la primera de cambio. Julia estuvo mucho tiempo entusiasmada jugando una y otra vez a ‘La chispa de la vida’, la intro jugable que es realmente bonita y más sencilla. Y el manejo también es más complejo, sobre todo en algunos mundos. Julia es capaz de recorrer ella solita sin ayuda cualquier escenario de Skylanders en el modo fácil, en cambio con Disney Infinity nosotros somos su mando con frecuencia. Tampoco ayuda que el mando de la Wii es más complejo y demasiado grande para sus manitas que el pad normal de la Xbox, de hecho estamos a puntito de comprar uno mucho más sencillito para la Wii U (uno que además resista mejor una posible caída). Y aunque es verdad que Julia es muy pequeña y están más pensados para niños a partir de 7 años que con los 4/5 de mi hija, a mí también me cuesta usar de forma fluida ese mando.

rapunzelEstamos deseando que llegue el playset que incluye a Rapunzel, porque los personajes que han salido de entrada tienen poco sex-appeal para Julia, han pensado más en los niños, que suelen ser más jugones, que en las niñas (¿la pescadilla que se muerde la cola?). No ha visto Piratas del Caribe ni El llanero solitario (auguro el éxito justo para esas figuras) y Cars, Monstruos S.A. y Los Increíbles son películas que conoce pero que no le gustan especialmente.

Skylanders es un juego que ya he regalado a un niño (una comunión). También regalaría Disney Infinity. Por mi pasado escribiendo de tecnología y videojuegos a veces algunas madres me han pedido recomendación sobre qué juegos comprar a sus hijos. Estos dos serían mis primeras opciones.

Por cierto, que a Jaime de la Wii U le encanta poder ver en la tele grande vídeos de Youtube de las paradas de Disney. Algún año tenemos que ir a Orlando, aunque nos cueste un coche. Pero esa es otra historia.