¿Por qué escribo? Muchos blogueros de 20minutos estamos intentando responder a esta pregunta en distintos posts desde la pasada semana. El guante lo arrojó Daniel Díaz y yo lo recojo encantada.
Escribir forma parte de lo que soy, es mi manera de ganarme la vida, es un instrumento que me ayuda a pisar este mundo de manera más consciente, feliz y equilibrada. Escribo porque lo necesito, porque es mi oficio y porque al escribir aprendo a hacerlo mejor. Escribo este blog para dar una visión normalizada del autismo, para transmitir mi visión de una crianza relajada, natural y respetuosa. Y estoy escribiendo por las noches, mientras los niños duermen, una novela sobre padres de niños con discapacidad que se conocen en un centro de atención temprana.
Pero sobre todo escribo porque fui una niña que leía mucho, muchísimo. Cuando llegaba el momento de escribir la carta de los Reyes Magos o mi cumpleaños, nueve de cada diez veces pedía libros. Leía más rápido de lo que mis padres eran capaces de sostener, por eso algunos de mis libros favoritos de infancia y juventud los he podido leer más de diez veces y leí bastantes años antes de los recomendable libros de adultos que rondaban por casa.
Leer y escribir es lo único que se me ocurre que puedo hacer para luchar contra el paso del tiempo. Tal vez luchar no es el verbo adecuado. Es imposible vencerle. En realidad leo y escribo para acompañar el paso del tiempo de la mejor manera y en la mejor condición posible.
Leo y escribo soñando que mis hijos también disfruten algún día leyendo y escribiendo, convencida de que leer y escribir será para ellos la munición indispensable en su vida.
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Por cierto que esa niña de la imagen, con ese pelo indomable, bien podría haber sido yo…
El gran problema de esta sociedad es que cuando más va madurando, va perdiendo paulatinamente las buenas costumbres, como la de leer. No le hecho la culpa a nadie, acaso sólo a las nuevas tecnologías, que han cultivado un sistema de lenguaje empobrecido, aparatoso y, muchas veces, inceptable, donde los más jóvenes han asumido una forma de lectura en clave, que no vale para leer un buen libro o analizar un texto sin errores. Esa es la realidad que percibo sonre el libro y la lectura. A mí, afortunadamente, me siguen gustando los buenos libros y trato d ecultivar esa cultura en mis hijos.
http://interesproductivo.blogspot.com.es
19 noviembre 2013 | 08:39
Es muy fácil culpar a las nuevas tecnologías, a ordenadores e internet, etc del empobrecimiento paulatino de nuestra cultura, es muy fácil decir que la culpa es de otros y no reconocer que hicimos mal cada uno, a titulo personal y profesional (dependiendo cual sea nuestra profesión).
Pero la verdadera culpa, primeramente es del sistema establecido y del sistema educativo, que no promueve la lectura y cultivar nuestras mentes por miedo a que se piense por uno mismo y se deje de ser un borrego.
Y segundo, es nuestra, por perpetuar dicho sistema, por permitir esta «dictadura de la estupidez».
19 noviembre 2013 | 11:04
Precioso post, MR (y preciosa foto)
19 noviembre 2013 | 11:07
Yo lo veo difícil, en poco tiempo las nuevas tecnologías (nos guste o no), lo han cambiado todo, sobre todo, los soportes y las formas.
No hace tanto que comprábamos cintas casette para escuchar música y han desaparecido, tal vez (ójala me equivoque), con los libros suceda lo mismo, quizá porque cada vez somos más cómodos y estamos abonados a ley del mínimo esfuerzo.
Yo siempre he disfrutado leyendo, otros hace años, siguiendo al Sereno y escuchando vinilos, mañana quién sabe.
Por mucho que intentemos inculcar ciertos hábitos, la sociedad, su cultura y sus valores han sufrido un cambio tremendo en muy poco tiempo y sí, las nuevas tecnologías y su falta de dosificación y control han tenido mucho que ver.
19 noviembre 2013 | 11:32
Una recomendacion. entra a Bonsai y tendras una grata sorpresa
19 noviembre 2013 | 12:14
Yo también he sido una niña donde los libros han sido gran parte de su vida, a día de hoy, puedo leerme de dos a tres libros por semana, contando que soy madre trabajadora.
Los libros son maravillosos, te hacen reir, llorar, pensar, ilusionarte, recapacitar,…., hoy como madre de dos niñas, sueño con que ellas también vivan mi misma experiencia, empezando por el ejemplo, por la lectura de cuentos por las noches, ir a una librería con ilusión, sentarse en el suelo a ver qué joya nos llevamos a casa……
No hay mayor piropo de una hija que diga a sus amigos: mi mamá es como la de la Bella y la Bestia, va leyendo por todos lados y no se da cuenta lo que pasa al alrededor….
19 noviembre 2013 | 12:25
A mi me habria gustado leer mucho mas de joven, para tener mas conociemientos, pero nunca he tenido tiempo, no he tenido la necesidad de llenar mi tiempo libre de lectura, de lo cual me alegro, ya que considero que he tenido una juventud de gran movimiento y disfrutando con el resto de personas.
Hoy en dia, termino leyendo para dormir, es el unico momento en mi agetreada vida que por aburrimiento lo hago.
Quiero que mis hijos lean, para conocer mas, tener mas cultura, pero dentro de unos limites, en el que no se creen seres asociales.
Besos <:-)
19 noviembre 2013 | 13:56
Yo no sueño con que mis hijos hagan o amen lo que yo por mucho que a mí me apasione. Sueño con que encuentren lo que a ellos les llene y apasione y sean tan felices con lo que hagan como lo soy yo con mi profesión y aficciones o más. Sueño con que tengan capacidad de elección, encuentren su camino, sea el que sea, me guste a mí más o menos, nosotros les damos las bases y la mejor preparación educativa y cultural que podemos y, a partir de ahí, ellos empiezan a construir su mundo, sus gustos y sus aficciones.
19 noviembre 2013 | 14:09
Yo creo que el gusto por la lectura se les puede transmitir o regalar (porque yo lo considero un regalo para toda vida) a los niños, a pesar de las nuevas tecnologías.
Yo a mis hijos, de tres años y seis recién cumplidos, les limito los horarios de video-juegos, tele, etc…. y todas las noches antes de dormir leo con ellos. Es el momento del cuento (aunque leemos varios) y ellos mismos me lo piden.
Aunque la mayor sabe leer, y algunos cuentos los lee sola, les suelo leer yo en voz alta y, unas veces más y otras veces menos (según el libro), veo en sus caras cómo disfrutan de la lectura.
A la mayor le estoy leyendo ahora «Las aventuras de Pippi Calzaslargas» de Editorial Juventud, y le encanta. Todas las noches me pide que leamos las historias de Pippi; y curiosamente, a la famosa serie de televisión basada en ellas (que ponen en el canal Panda, por si a alguien le interesa) no le hace ni caso.
Aparte de crear un hábito o rutina de lectura, creo que es importante que a los padres les guste leer y lean; y que disfruten leyendo con sus hijos.
Saludos.
21 noviembre 2013 | 14:30