Los comedores escolares: ¿Vuestra primera opción o un mal necesario?

132529-362-550Hace ya bastantes semanas mi compañero Juan Revenga escribió un post titulado ¿Estás al corriente de la “verdadera” calidad nutricional del menú escolar de tus hijos?. En su momento os recomendé su lectura y lo sigo haciendo. No va precisamente a tranquilizar a muchos padres que dejan a sus hijos a comer en los colegios.

Tampoco es tranquilizador otros dos posts de los blogs Dime qué comes y Educando la alimentación que Juan Revenga recomendaba. Los posts se titulan Menus escolares en Baleares, suspenso general y A revisión la revisión de los menús escolares. Una crítica para el cambio.

Resumiendo mucho, y aunque se reconoce que estamos mejor que en otros sitios, lo que le dan de comer en los comedores escolares a los niños deja bastante que desear: demasiados fritos, demasiados lacteos comparados con frutas, muchísima proteína, más sal de la cuenta… Claro que es muy probable que en los hogares de esos niños pase exactamente lo mismo o que se coma aún peor (desde un punto de vista saludable).

Pero yo no soy nutricionista, y por eso no quiero hablar de los comedores del cole desde ese punto de vista (para eso está Revenga y los blogs que os enlazo).

Jaime come en el colegio. Afortunadamente Julia come en casa, pero tal vez llegue el día en el que le toque también comer en el comedor. Y me preocupa que se tope con alguien que pretenda obligar a comer, que insista en que coman más, que no respeten su hambre.

He escuchado a muchos padres loar las virtudes del comedor como un lugar en el que al fin enseñaron a sus hijos a comer de todo, en el que se les acabaron los remilgos. Miedo me da en mi caso. No tengo especial interés en que un desconocido les enseñe a comer.

Tal vez soy un caso raro porque no me preocupa si aparentemente comen poco o si hay determinados alimentos que no quieren probar. Esos listados en los que se dice si un niño ha comido bien mal o regular con un código de colores o de caritas sonrientes me preocupa. ¿Están comiendo bien o mal según quién y basándonse en qué criterios?

Para mí el comedor es un mal necesario, algo que toca aceptar cuando no queda más remedio. La primera opción es siempre comer en casa, si es posible.

¿Y para vosotros?

24 comentarios

  1. Dice ser albitaguapa2

    cuanta tonteria, miedo me da a enseñarle a comer undesconocido, si lo hiciérais los padres/madres no hace falta, y si ha comido bien pues es si come de todo no protesta, no hay que ser einstein para entenderlo, la vomida encasa esta mejor, pero claro muchos padres no les dan de todo

    17 octubre 2013 | 08:54

  2. Dice ser Sergio

    Hola madre reciente,
    Para mi que coman en casa es la mejor opción-
    Primero porque controlo lo que comen y segundo porque es más barato (el comedor escolar me costaría 100 euros al mes por cada niño). En mi caso 200 euros/mes

    En lo que no estoy de acuerdo contigo es en lo de no respetar su hambre y en lo de que hay una serie de alimentos que no quieran comer.

    En mi casa es obligatorio comer de todo- esta claro que si algo no les gusta no les voy a llenar el plato-.
    Y de forma no tan sorprendente, hay cosas que alguno de mis hijos rechazaba, y debido a «la obligación de comer un poco»- han pasado a ser de sus comidas favoritas.

    Creo que si hay cosas que rechazan y no le «obligas a comerlas» pasas a una situación en que ya no las comen por sístema. Y sus gustos van cambiando, por lo que lo que te decía lo que no les gusta hoy, quizá si que les guste mañana.

    Como ejemplo, a mi hija le gustan casi todas las frutas- no el kiwi-. Mi mujer cuando les da la fruta a mi hija no le pone kiwi (piensa que no es necesario que coma todas las frutas- come casi de todas- es una opción respetable) Yo no pienso lo mismo, y suelo poner un kiwi- a mi hijo le doy un 85% del kiwi y a mi hija 3 trozitos. Paso de no quererlo (un día me tuve que enfadar con ella y les cambié el plato de fruta y mi hija tuve que comerse el 85 % del kiwi). De eso pasamos a «Papá que bueno eres que sólo tengo que comer tres trozitos de kiwi» a en estos momentos- «Papá, ponme por favor mucho kiwi» Ummm

    Es sólo un ejemplo
    Un saludo

    17 octubre 2013 | 09:31

  3. Dice ser a comer

    Pues no la dejes a comedor y listo, aunque se supone que ya debería estar enseñada a comer y, por supuesto, haber probado de todo, comiendo todo lo que se precisa. El problema es que se permite escoger y seleccionar a los niños en algo tan serio e importante como es la alimentación, la hora de la comida no ha de ser un suplicio, pero si formal y respetuosa y han de saber que con la comida ni se juega ni se hacen figuritas ni se juega al «pito pito», ni se manosea ni se desprecia, esto lo quiero y esto no lo quiero, esa es tarea de los padres. Se juega y se escogen los juegos, no la comida. El problema lo tienen los profesores de comedor, que tienen que batallar con un puñado de niños mal educados, exigentes y mal comedores.

    17 octubre 2013 | 09:34

  4. Dice ser albitaguapa2

    lo de que no respeten su hambre es que es de traca, pues nada si no come nada o solo quiere hamburguesas, habrá que respetar su hambre también

    17 octubre 2013 | 09:40

  5. Dice ser Corderella

    Yo no he dejado a mis hijos a comedor más que en casos puntuales en los que por circunstancias no llegaba a recogerlos. Y en las tutorias con los profesores me han preguntado más de una vez «¿por qué no se quedan a comedor?», como si eso fuera lo raro. Piensan que si comen en casa es porque no saben comer o son unos remilgados. El caso es que no creo que tenga que dar explicaciones para justificar mi elección , que a mí me parece la correcta.

    A mí nunca me ha gustado comer fuera en el trabajo, siempre me he llevado la comida de casa porque puedo elegir qué comer y cuánta cantidad.Me gusta saber lo que comen mis hijos, y también disfrutar de ellos durante la hora de la comida, que hacemos juntos. A mi hijo mayor no le gustaba el comedor porque decía que había mucho ruido y se ponía nervioso. Si puedo ayudarles a que estén más relajados y descansen un par de horas en casa, seguiré haciéndolo mientras pueda.

    Considero que enseñar a comer es una labor de los padres, no de los colegios. Aunque últimamente parece que los padres están delegando demasiado en los colegios, y ¡así nos va!

    17 octubre 2013 | 09:44

  6. Dice ser albitaguapa2

    pero tú lo haces bien corderrella si comen de todo, otra cosa es que en fin no se que horarios laborales hay que tener para poderlo hacer así

    17 octubre 2013 | 09:46

  7. Dice ser ANA

    Buenos días,

    No estoy para nada de acuerdo ni con el título de este artículo ni con su contenido. Para muchos padres no es nuestra primera opción es una necesidad por nuestros horarios laborales y la calidad de este servicio en nuestro caso fue decisiva a la hora de escoger un centro escolar u otro.
    Mi hija comenzó en Septiembre P3, al principio le costó pero poco a poco vi como las monitoras del comedor se la fueron ganando por lo que para estas profesionales no tengo más que buenas palabras por su dedicación y mano derecha, pues en menos de un mes mi hija come allí lo que rechaza en casa y me consta por su actitud que no la obligan en absoluto, la invitan a probar sin presiones.
    Sus monitoras eran tan desconocidas como sus maestras o el personal que la cuidó en la guardería a las que mi hija en poco tiempo ha cogido mucho cariño, por algo será, y estoy covencida que tienen más paciencia de la que tenemos muchas madres cuando sujetamos eternamente una cuchara esperando que se coman algo que sabemos que no les gusta.
    Mensualmente nos llega la hoja de menú a casa y a la semana sólo sirven uno o dos lácteos de postre, el resto es fruta y en la mayoría de guarniciones hay verdura o ensalada, también hay platos de cuchara, carne y pescado.
    Diariamente nos llega a casa una nota, indicando detalladamente lo que ha comido de cada plato (poco, mucho, bastante, probado, incluso escupido si no le ha gustado), lógicamente si la información fuera incorrecta, cuando yo le consulto a mi hija no vería coincidencias y las hay pues los niños se explican desde bien pequeños.
    La parte negativa del comedor es el importante gasto económico que supone para muchos padres, porque estoy convencida que la mayoria de los niños que comen en casa sus padres les sirven lo que saben que les gusta por miedo a que no coman, por comodidad o por falta de tiempo.
    En mi opinión es el comedor es una necesidad, que cuando cumple con los requisitos nutricionales y profesionales aporta a nuestros hijos un equilibrio nutricional mucho más controlado que en casa y les ayuda en su desarrollo personal, estoy convencida que si comiera en casa y les sirviera «menús equilibrados» más de un día se iría al cole sin comer.

    17 octubre 2013 | 09:55

  8. Dice ser miss spider

    Yo estoy de acuerdo con Sergio en que hay que insistir, sin agobiarlos demasiado, dándole una de cal y una de arena, pero insistir. No olvidemos que hay mucha gente en el mundo que no tiene nada que comer, nuestros hijos son unos privilegiados y no van a tener ningún trauma porque se les obligue a comer de todo, aunque a veces la comida no les haga mucha gracia.

    Mi madre insistió (tuvo muchísima paciencia porque era pésima para comer y no me gustaba nada) y gracias a ella soy una adulta que come sano y de todo, conozco muchos adultos que comen a base de caprichos y comidas poco saludables.
    Mi hija no quería los garbanzos y ahora me los pide, si no hubiese insistido seguiría sin comer garbanzos. Y en casa, la ración de fruta diaria es sagrada, la hayan comido o no en el comedor del colegio, y mis dos hijos lo tienen completamente asumido. Conozco niños que no prueban la fruta.

    Respecto a lo del comedor escolar, es evidente que en la mayoría de los casos es una necesidad. En mi caso he de decir que estoy contenta porque veo los menús y son bastante completos y saludables (bastante fruta, legumbres dos o tres veces por semana, carne pescado,..), siempre me informan de si han comido bien o mal y en ningún caso los obligan a comer si un día, por el motivo que sea, no tienen hambre.

    Saludos,

    17 octubre 2013 | 10:09

  9. Dice ser Marina

    Yo afortunadamente siempre he podido dejar a la niña a comer con sus abuelos. La calidad de la comida de los comedores escolares jamás podrá ser igual que la comida casera , no es igual cocinar para 4 que para 200, ni eligen la calidad de los productos igual. Por necesidad la he dejado alguna vez en el comedor, y aunque come muy bien y de todo, no le gustan las comidas que hacen en el comedor.

    17 octubre 2013 | 10:09

  10. Dice ser rg

    POner a los comedores en la picota es algo que no me extraña porque tanto su control como su modus operandi está muy mal vigilado y gestionado, y Sanidad no impone unos mínimos en un asunto importante. Muchos intereses económicos y empresariales sin escrúpulos.

    Peeero, intentar su mejora y control es esencial, no demonizarlos por automatisomo como el de «como en casa nada», Ja!!!!
    Eso venía a decir, mucha gente, por no decir la mayoría, da por sentado que en SU casa se come muy bien y nada más lejos de la realidad viendo los carros de la compra y los conocimientos esgrimidos por la gente, la verdad, quizás en vez de tanto artículo científico, tanta base formativa pero nada práctca ni de quejas serias, deberían fijarse en qué, como, cuando comen en sus casas que consideran el mejor lugar para hacerlo, y en el caso de los niños puede serlo pero ni por aproximación significa que en casa se esté a salvo de disparates simplemente creer que comer verduras, por ejemplo, es un puré o una quimera de guisos cuando si se consumen, en especial hortalizas, debería abandonarse la idea de cocinarlas o prepararlas en exceso.

    Os fijais en las compras de los demás??? yo sí, soy un cotilla y por supuesto también compro algunas mierdas de vez en cuando pero sólo sobr el papel se come bien en casa, el resto HAY QUE VERLO.

    17 octubre 2013 | 10:14

  11. Dice ser AGA

    rg, bastante de acuerdo contigo. Como en casa no se come en ningun sitio… pues no es verdad. Que poquita gente come en casa realmente bien!

    Me sorprenden las quejas de los comedores… Mi madre trabaja en un colegio concertado y me cuenta la cantidad de controles que pasa la comida, no solo sanitarios logicos, sino que los menus son revisados por un nutricionista, casi no contienen fritos, se controlan las cantidades… Asi que colegios donde se cuida la alimentacion haberlos haylos. Y aunque tal vez el sabor no sea perfecto porque no es lo mismo cocinar para dos que para cien, estan controlados por un profesional, cosa que en casa no.

    Por otro lado, ese desconocido que dices que les ensenia a comer es tambien un profesional. No dudo de tu capacidad para educar a tus hijos, de la que no se nada, pero no creo que todo el mundo lo haga tan bien como ese profesional.

    Con lo de respetar su hambre… Creo que algunos haceis pequenios dictadores

    17 octubre 2013 | 11:28

  12. Dice ser mari mar

    Mis hijos, es el segundo año que van a comedor. Para mí, en estos momentos, es un beneficio.
    Yo no los llevo para que los enseñen a comer, ni para que se acostumbren a comer de todo….ni nada de éso. Creo que ésto es nuestra responsabilidad y hay que enseñarlos en casa.
    Propiciar buenos hábitos, es nuestra obligación, pero en caso de no tener circunstancialmente disponibilidad, el comedor (bien gestionado), puede ser una buena opción.

    Yo, sí me he preocupado de documentarme sobre cómo trabajan con los niños, me refiero al equipo humanano, y de cómo trabaja el catering, me refiero a los menús, y estoy contenta.

    Sobre todo y lo más importante, mis hijos están contentos y felices.

    17 octubre 2013 | 11:41

  13. Dice ser Nacheras

    Pues como dicen los gallegos, depende…… hay casas donde la calidad de la comida es ínfima (pizzas congeladas, hamburguesas, patatas fritas congeladas, las nefastas «varitas» de merluza, etc) básicamente porque el papá y la mamá de turno no saben ni freir un huevo y por lo tanto cualquier comida de rancho va a ser infinitamente superior, y al revés, colegios donde la calidad y la variedad de la comida es lamentable (que yo creo que son los menos, dicho sea de paso……). Por la impresión que tengo, la comida en los colegios suele ser bastante aceptable hablando en términos generales, que no quiere decir lo que se oye muchas veces por ahi que «es que al nene no le gusta la comida que le ponen en el cole». No confundamos los términos-

    Con lo cual, en mi opinión comer en casa de entrada sí (como se decía en los 80), siempre y cuando cumplan unos mínimos exigibles. Que aquí no hay ninguna inspección ni ningún organismo para controlarlo. Si no, mejor que coman en el comedor de la mili que van a comer mejor con diferencia…..

    Otro mito a desterrar es lo de la «fruta de postre». La fruta después de comer no aporta absolutamente nada, ya que todos los macronutrientes y micronutrientes que lleva la fruta ya se han asimiliado en el primer y segundo plato, y con lo cual todo lo que se pueda aprovechar de la fruta se elimina via orina, via sudor, etc. La fruta es perfecta para la merienda, es decir, entre horas (pues exactamente igual que los adultos, ni más ni menos) en vez de tanto bocadillo o peor aún, bollería industrial. Con lo cual, de postre un lácteo tamaño pequeño no está tan mal, o directamente, NADA. No estamos hablando de un castigo de tebeo de Zipi y Zape, es una comida perfectamente prescindible y se supone que ya se ha comido suficientemente bien en la comida (repito, se supone…..).

    Y perdona pero con todos los respetos, sobre lo que he leido de «respetar su hambre» directamente no tengo palabras…… ya puestos «respetemos también su tiempo de ocio» y dejémosles jugar con la videoconsola 3 horas seguidas. Un poquito de por favor.

    17 octubre 2013 | 13:14

  14. Dice ser Inés

    Creo que, con «respetar su hambre» madrereciente se refiere a no forzar a terminar un plato cuando ya se ha probado y al niño le salen los garbanzos por las orejas. No todos tenemos el mismo apetito ni necesitamos exactamente la misma cantidad de un alimento. Si hay un primero y un segundo y no nos cabe el último trozo de filete, pues se deja y no pasa absolutamente nada.
    Esto no quiere decir que se les den guarrerías sustitutivas a los niños o se les deje picotear entre horas.
    Pero yo he visto padres que pretenden que el niño meriende 2 piezas de fruta y 2 yogures y si solo come una de cada (que ya es excesivo) montan en cólera porque el niño no come.

    Y dicho esto, para mí el comedor es un «mal» necesario. Tanto mi marido como yo trabajamos y los abuelos u otros familiares no tienen por qué cargar con la responsabilidad de recoger a nuestros hijos y darles de comer.
    Es un gasto, pero no queda otra.

    17 octubre 2013 | 13:34

  15. Dice ser a comer

    Inés, ¿te parece excesivo que un niño meriende un yogur y una pieza de fruta?. Yo alucino. Evidentemente, con estos planes, mejor cualquier comedor escolar.

    17 octubre 2013 | 14:12

  16. Dice ser albitaguapa2

    ines, la mayoria de la gente entiende por respetar su hambre que si qieren comer a las 4 y solo un plato lo hagan y eso es totalmente inadmisible

    17 octubre 2013 | 16:20

  17. Dice ser madre reciente

    Albita, la frase en la que hablo de respetar su hambre enlaza a mi visión del asunto, que coincide con lo que dice Albita y bastantes nutricionistas especializados en niños, como Julio Basulto que es al que hago referencia en ese post.

    17 octubre 2013 | 16:24

  18. Dice ser Nacheras

    Es que a mi eso de «respetar su hambre» me huele a atajos….. el «si no le gusta, pues que no se lo coma» es comodísimo para los niños y más aún para los padres, y yo no entiendo así como se debe educar a los hijos, y válido en cualquier ámbito de la vida (aunque lo respeto). Y no estamos hablando de amenazar, ser déspota, utilizar chantaje emocional, etc, es simplemente «cómete las judías verdes. Son las normas y así es la vida» utilizando una energía firme pero tranquila, como dice el encantador de perros.

    Que hay que insistir?? pues claro. Que puede llegar a ser un coñazo?? ni lo dudes. Qué es más cómodo para nosotros «respetar su hambre» y todos tan amigos?? ya lo creo. Pero al final con un poco de paciencia, en el caso de mi hija Alicia, funcionó, y al final las judías verdes o la merluza cocida con unas patatitas (muerte a las varitas congeladas) no es que le encante, pero se las come sin problemas. También valiéndonos del refuerzo positivo, no solo con insistencia, felicitándola cuando lo hace bien y «montando una fiesta» jejeje, o premiándola con un heladito de postre. Que le gusta más el arroz con tomate y los macarrones?? coño y a mi, pero al final ha conseguido comer más o menos de todo, y ya sin premios posteriores y sin postres especiales. No se come el plato hasta arriba, que no se trata de eso, pero un ración razonable sí se la come sin protestar.

    18 octubre 2013 | 08:13

  19. Dice ser Inés

    A comer, ese es el problema. Que tú alucinas sin mirar la constitución del niño ni sus necesidades. Ale, todos a merendar una manzana y un yogur ¡¡sin dejar ni un pedacito!! y de ahí no salimos.
    Habrá días en los que el mismo niño tendrá más o menos apetito (como los adultos), que habrá hecho una comida más pesada o una más ligera,…, pero ¿para qué vamos a tener esto en cuenta? ¡¡Misma cantidad de merienda a todos y listo!!! Y el que se quede con hambre que se aguante y al que le sale por las orejas también.

    El niño del que hablaba tiene 2 años y está catalogado por sus padres como «malcomedor». Para él, sí me parece excesivo que se coma una manzana y un yogur todos los días (mientras sus padres tratan de meterle otra manzana y otro yogur a base de gritos y bufidos).

    Según los nutricionistas, en general estamos sobrealimentados y, en particular, está bien visto sobrealimentar a los niños. ¿Cuántos niños malcomedores, cuando son adultos están a dieta permanente!!!?? Quizá es que no les enseñaron a comer, sino a engullir…

    Nacheras, ¿premiar con un helado? Para mí la comida no es un premio ni un castigo (también he oido decir «te perdono este cachito» cuando el niño ya se ha comido 2 filetes, en fin…).
    Con estos planteamientos, es lógico que haya tantos adultos que no tienen una relación normal con la comida.

    18 octubre 2013 | 09:36

  20. Dice ser Nacheras

    Sí Inés, premiar con un heladito (tamaño pequeño, o un poco de flan, etc). Lo has leido bien. A ti en un tu trabajo (si lo tienes), también te premian con una paga extra (y no hay recortes, claro), te das un pequeño homenaje con tu pareja de vez en cuando, vais al cine, u os vais de viaje a una casita rural por vuestro aniversario. Pues el helado de Alicia, lo mismo. Como la vida misma, hecha a base de «castigos» y «recompensas», no le des más vueltas.

    Pero como decía, ya no hace falta, cuando hay algo que no le gusta en exceso nos lo hace saber, lo dice….. pero se lo come. Tarda 5 o 10 minutos más, pero se lo come. Y ya sin helados, ni postres en general porque además «no creo en él», no veo que el postre sea una comida necesaria a lo largo del día, y yo de hecho no lo como nunca. Yo un café solo, mi santa un menta-poleo (si a eso se le puede llamar postre), y a correr.

    Sí estoy de acuerdo contigo en que a veces tendemos a sobre-alimentar a los niños (y en ocasiones yo el primero, lo reconozco) pero procuro no hacerlo. Precisamente por eso no come postre, y para merendar solo come una pieza de fruta y ya, y no se queda con hambre en absoluto. Lo de fruta y yogur a mi también me parece excesivo, efectivamente…… aunque cada niño es un mundo, claro. Habrá otros que se quedarán con hambre y les dan un bollycao, un bocata de chorizo, de foie-gras, etc. No es el caso de Alicia.

    18 octubre 2013 | 10:12

  21. Dice ser vivian

    Para mi el comedor escolar de mi hijo no es «un mal necesario», es un invento maravilloso. Aunque fuera ama de casa y siempre que mi economía me lo permitiera, lo dejaría allí. Los menús que nos pasan son de lo más equilibrado, mucho más que si le tuviera que preparar yo la comida a diario. Come mucha más fruta que en casa y hasta nos sugieren la cena.

    Afortunadamente, mi hijo (4 años) no tiene problemas para comer aunque de vez en cuando protesta porque no quiere verdura o… como todos. Pero eso de tener que ir al cole, venga corre a casa, venga corre que hay que comer, venga corre que es tarde… no es sano ni para madres/padres ni hijas/os.

    A parte que los niños se comportan distintos cuand están juntos y sin madres y padres. «Si el de al lado se come la coliflor, pues eso quiere decir que estará buena y yo la voy a probar tb». Doy fe de esto.

    Así que no sataniceis tanto los comedores que no es para tanto. Yo no veo más que ventajas, quitando el coste económico, claro.

    18 octubre 2013 | 14:06

  22. Dice ser Myriam

    Para mi el comedor escolar es en mi caso, totalmente necesario, nunca un mal.

    Como se ha dicho anteriormente, son menús equilibrados que los críos han de comer les gusten más o les gusten menos, (lo mismo que en mi casa).

    Lo de respetar el hambre está muy bien: si sólo comen un poco a la hora de comer, que les quede claro que hasta la hora de merendar no hay mas comida y será la apropiada para merienda (no porque tenga mucha hambre, les demos cantidad como si fuera la hora de la comida que se han saltado), así su propio apetito aprenderá a regularse de forma saludable y no a comer entre horas y por gustos.

    24 octubre 2013 | 13:08

  23. Con la correcta inversión y planificación, un comedor escolar ofrece las máximas cotas de calidad y seguridad alimentaria, al tiempo que un aporte nutricional variado y saludable. Saludos.

    27 octubre 2013 | 17:47

  24. Dice ser Erika

    Leí en su día el articulo de Juan Revenga y en fin, nada de acuerdo en mi situación. No sé como irá en otros coles pero en el de mis hijos de postre siempre hay fruta, no les dan fritos más que un día al mes en el que hacen «menú de fiesta» (que es menú normal pero con patatas fritas acompañando un pescado a la plancha o bien algo rebozado con ensalada) y no obligan a acabarte el plato pero tienes que probarlo (al menos una cucharada), pero ese no es el tema del post…

    Yo obligo a probar siempre pq es muy común que los ñajos rechacen alimentos solo por su aspecto y que se pierdan algo que les encantará (en mi casa fue criminal el día que les di mejillones, menudas caras y llantos. Ahora los piden, pq pasado el disgusto y tras probarlos son uno de sus platos favoritos)
    Yo solo hago una comida para todos y comen de eso o no comen, así de simple: que no quieren todo el brocoli y solo comen dos trocitos, pues bien pero no voy a correr a freírles unas patatas o hacerles unas zanahorias, ni les prometo helado si se lo comen todo. Si se dejan medio plato y a la hora piden comida, lo siento la cocina esta cerrada hasta la merienda: y funciona igual para ellos, niños, que para nosotros los adultos. Aplico la misma norma para todos, pq todos somos personas: el hambre es una necesidad, el picoteo sin sentido y de garguerías es gula.

    Y eso no quita que un fin de semana de merienda tomemos palomitas y chuches u otro día hagamos un «breakfast for dinner», no soy extremista con la alimentación pero esa ha de ser algo excepcional, que cuando lo hacemos lo disfrutamos mil pq se sale de lo ordinario.

    No sé como será tu crio, el mio, también TEA, es hiperselectivo con la comida y hace huelgas de hambre. Su hermana neurotípica solo comería garguerias, así que establecimos esas reglas en casa: probarlo todo, no hay segundos menús ni premios y se come cuando toca (5 veces al día: 3 comidas «grandes» y dos snacks). La cantidad es totalmente secundaria: me da igual si vacían el plato, si repiten o si dejan la mitad, tienen claro que hasta la próxima comida/merienda/cena no hay nada más que agua y funciona. Se acaban autoregulando, Es como el sueño: puedes ser un ave nocturna , como es mi caso, pero el despertador sonará a las siete independientemente que hayas dormido 8 horas o no, tienes que autoregularte para seguir con el ritmo de vida y no ir enfurruñada todo el día.

    Y sobre el comedor, los míos son usuarios semifijos: dos/tres días a la semana y sin problemas. Podría escanearos un menú y veríais que hay mucha fruta y verdura, mucha legumbre, proteínas a la plancha y mucho plato de las abuelas . Se adaptan a cada niño dentro de parámetros razonables: a mi ñajo no le gusta el arroz con «tropezones» pues de primero si hay arroz con verduras, le ponen arroz blanco y las verduras salteadas al lado sin tocarse (es un caso especial por ser TEA en cole ordinario), mi hija detesta el kiwi, pues cuando toca: le ponen mitad de kiwi y mitad de piña…Y como dije al principio, no obligan a acabarse el plato pero tienen que probarlo: si después de probarlo ven un problema importante, lo adaptan.

    22 junio 2016 | 16:11

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