Galicia

Escultura en O Grove

Escultura en O Grove

Uno de los primeros viajes que hicimos con Jaime fue a Galicia. El primer post en mi blog, el 27 de noviembre de 2007 (pronto hará seis años) estaba protagonizado por una foto de mi bebé y mi santo tomada en lo alto del mirador de Santa Tecla. Se llamaba ser madre es vivir con miedo.

Y ser periodista es vivir en días como hoy inmerso en la tragedia. Se despliegan ante ti cascadas de fotos de cuerpos de todos los tamaños cubiertos por mantas, de hierros retorcidos, de lloros, de abrazos, de bomberos y policías con el rostro desencajado. Entran teletipos con las novedades. Lees los contenidos de tu medio y los que hacen otros. Aparecen cada vez más vídeos. Y a ratos contienes las lágrimas mientras trabajas, escribes o lees con un nudo en la garganta.

No quiero ni imaginar a los compañeros que están cubriéndolo, a todos los que trabajaron y siguen trabajando en los restos del tren, a los que atienden a los heridos, a los psicólogos que consuelan, a los familiares que sufren.

Galicia, esa tierra hermosa. Semejante y diferente al tiempo de mi Asturias. Gallegos y asturianos, primos hermanos, se dice. Es imposible no recordar hoy aquel viaje, sus paisajes, su gente. Recordar a la gente que conozco con raíces gallegas. Pensar en todos los directamente afectados por el accidente de tren en Santiago.

Tanto pensar hoy con cariño en Galicia y los gallegos por parte de tantos, tiene que servir de algo.

 

 

 

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