El primer gran consejo que nos dieron cuando comenzamos a tratar con Jaime fue ese: «agáchate, háblale a su altura». Desde entonces lo he oído en diferentes sitios, siempre orientado a niños con problemas de comunicación, por ejemplo en el programa Hanen o en el fantástico libro Hablando nos entendemos los dos.
Pero es un consejo extensible a cualquier niño, aunque no tenga problemas para comunicarse. Si queremos hablar con ellos, siempre es recomendable ponernos a su altura. Con dos años miden menos de 90 centímetros, con cuatro o cinco pasan del metro por poco. Es decir, que podemos sacarles entre 60 cincuenta centímetros y un metro. Además de que un adulto pueda parecer amenazador a un niño por su altura, es que la distancia dificulta que le entienda.
Mi santo jugó muchos años al baloncesto. Mide cerca de 190 centímetros y yo supero por poco los 160. Solo son treinta centímetros de diferencia, poco comparado con la diferencia entre un adulto y un niño pequeño, y siempre recuerdo que cuando se reunía con sus compañeros del equipo de baloncesto en un bar o cualquier sitio con mucho sonido de ambiente, las conversaciones sobrevolaban por encima de mi cabeza sin que yo me enterase de mucho a menos que me esforzase sobremanera. Era frecuente que acabase desconectando y pensando en mis cosas.
A veces, cuando Jaime se ponía nervioso o protestaba por que no quería hacer algo, simplemente poniéndome a su altura y hablándole lograba centrarle y que me escuchase. Y he seguido haciéndolo con Julia.
Parece mentira que un gesto tan tonto como arrodillarse frente a un niño para hablarle mirándole a los ojos pueda tener tanta trascendencia.
Y funciona tambien con perros.
03 mayo 2012 | 09:59
cierto,es muy efectivo,mi hijo tiene 9 años, tiene sindrome de Asperger y es una de las mejores formas de centrar su atencion.un saludo.
03 mayo 2012 | 12:22
Huy perdon estos comentarios son para las madrs… los padres tal vez no debemos mezclarnos en estos temas….. (lease con ironia)
Como quereis igualdad e implicacion si aun existen diferencias y catalogacion de madre como educadora, criadora y protectora…….
en fin..
03 mayo 2012 | 12:37
Muy buena recomendación y muy buen libro para todos los papás, tengan o no hijos con necesidades de apoyo.
03 mayo 2012 | 13:15
Yo siempre cojo al niño y lo pongo a mi altura, aunque a veces se asusta, claro que eso tambien les pasa a mis amigas y a sus maridos.
Clica sobre mi nombre
03 mayo 2012 | 13:55
Mi hijo acaba de cumplir 3 años y está diagnósticado de TEA desde hace uno. Cuando se enfada o quieres que te atienda te agachas, le hablas y todo solucionado. El libro «hablando nos entendemos los dos» es buenísimo… se lo recomiendo a todos los padres y profesionales.
03 mayo 2012 | 15:08
Sí, yo lo suelo hacer.
03 mayo 2012 | 22:15
pues si cuando bajas a su nivel utilizas un lenguaje agresivo da igual que estes levantado o sentado por decir algo….Recuerodo una vez en un dia malo por muchas cosas que solo para cerrarlo bin, una gran travesura de mi hijo mayor , no le grite, no le pegue, se lo dije suave, mirandole a los ojos, pero lo hice llorar a moco tendido …Le hice daño con palabras suaves y sin levantar la voz, quiza un grito o incluso un coscorron no le hubieran dolido tanto…..
Las formas son importantes pero el fondo, que decimos , que queremos darles a entender es muy muy importante
04 mayo 2012 | 15:07