Cuando tienes hijos es frecuente encontrarte en el otro lado del espejo.
Me explicaré mejor: hay situaciones que conocías perfectamente desde el punto de vista del niño y de repente pasas a encontrártelas desde la perspectiva de tus padres.
Según tus hijos van creciendo es algo cada vez más frecuente. Lógico. Vamos encontrando más recuerdos almacenados.
Hoy he ido a matronatación con el peque, que ya está a un mes de cumplir tres años.
La cosa es que esta mañana ha madrugado bastante. Con el calor tiene el sueño más ligero y le ha despertado su padre al irse a trabajar.
Eso sumado a la actividad en la piscina y al runrún del coche camino a casa ha hecho que al entrar en el garaje estuviera profundamente dormido.
Así que le he llevado en brazos a casa, con la cabeza apoyada sobre mi hombro, dormido pero agarrado a mí al tiempo, y ahora se está echando una siestecilla del carnero.
Y mientras iba camino de casa (el garaje está a un par de manzanas) iba reviviendo cuando mi padre hacía lo mismo, esa sensación de estar vencida por el sueño tan a gusto y notar como te sacaban del coche, el balanceo de los tres tramos de escaleras segura en otros brazos y cómo te depositaban suavemente en tu cama.
No se está mal a ninguno de los dos lados del espejo. De momento…
Es muy bonito acordarse y rememorar aquellos tiempos de tierna infancia, cuando todo lo ves con un cristal que se va empañando al pasar los años . La felicito ,porque ha logrado emocionarme con tan sutíl spot. gracias.Clica sobre mi nombre
30 noviembre -0001 | 00:00
Creo que tienes que tener una sensibilidad especial para entender los problemas de tu hijo poniéndote en su sitio. Hay padres que olvidan que fueron niños un día.http://www.vamosacorrer.com/
30 noviembre -0001 | 00:00
La verdad es que las dos cosas son preciosas, ese recuerdo de cuando eres peque y te llevan asi en brazos, y la sensación del crío que se te duerme encima con la confianza total… mmm qué bonito, a mi me pasó con unos peques que cuidaba y es precioso, cuando te echa los bracitos al cuello, y ahora pronto me pasará con el mio… en lo que no habia caido hasta ahora es en eso que dices, en lo de recordar las vivencias propias
30 noviembre -0001 | 00:00
A mi, desde que nació mi peque, mi familia siempre me dice que actúo igual que lo hacía mi padre conmigo. Vamos que soy una copia de mi padre pero en mujer (en cuanto al trato y la educación que le doy a mi peque… se entiende jejejeje) y el peque soy yo cuando era pequeña.La verdad que revivir estos momentos, me da bastante melancolía y a veces consiguen que se me salten las lágrimas (me separan 600Km de mis padres) pero a la vez me siento muy orgullosa del legado que me han dejado.En fin, momentos mágicos que se repiten de generación en generación.Salu2 MR!
16 julio 2009 | 13:11
Un post muy bonito, al principio pensé que te referías a un momento de esos de reganyinas… jeje… Es verdad que los recuerdos positios de la infancia son los más dulces.He tenido que buscar lo que era la matronatación! Nunca había oído el nombre! jajajaja Es que ya hace tiempo que no vivo en Espanya y por aquí se llama símplemente natación de bebes 😀 y en tu caso sería más bien para ninyos pequenyos. Ya ves, de todo aprendemos cosas nuevas!
16 julio 2009 | 13:12
Me encanta llevarle en cuello dormido porque creo que él disfruta, pero no recuerdo que yo lo disfurtara tanto de hijo, como lo disfruto de padre.Los mayores sabemos lo bueno que es que te lleven en cuello dormido, porque ya nadie lo hace. Ellos lo dan por supuesto.
16 julio 2009 | 13:25
Bonita entrada la de hoy. Me pasa muy a menudo con los míos, que son niños, y especialmente con el mayor (el peque es todavía muy peque). Me hacen recordar momentos de mi feliz infancia, eso me motiva todavía más para darles tranquilidad y felicidad. El otro día, sin más, saqué trastos de la buhardilla de mis padres y encontramos juguetes míos, olvidados. Se puso a jugar con ellos en el mismo sitio en que yo lo hacía, fue muy emocionante.
16 julio 2009 | 13:48
Yo creía que la natación de los padres con los niños era para bebés, para niños de edad inferior a tres años. Pensé que a esta edad ya los podía enseñar un monitor en condiciones junto con otros niños.
16 julio 2009 | 13:49
a mi lo que me preocupa más es cuando tenga 15 años y se vaya de juerga o a la discoteca, y luego llege a casa oliendo a tabaco y alcohol…porque en ese momento no se yo si me veré en el espejo, que todos hemos tenido 15 años y hemos bebido y fumado( bueno igual todos no, pero si muchos de nosotros), pero con los hijos eso se olvida rápido y no pensamos que nosotros en su día también fuimos rebeldes…http://www.lamamavaca.blogspot.com/
16 julio 2009 | 14:05
Mándaselo a Bibiana, sentara pedagogía en ella. Aunque los frutos de perdición no suelen ser recuperables.
16 julio 2009 | 14:09
Buenas tardes, Madre Reciente.Es la primera vez que escribo en tu blog, aunque lo sigo desde hace tiempo.Tengo 22 años y aunque le tengo pánico al momento del parto tengo muchísimas ganas de ser madre. Gracias a tu blog voy tomando ideas, consejos y estoy aprendiendo un montón.Aún ahora, que no soy madre, a menudo me acuerdo de cuando yo era pequeña (tengo recuerdos de cuando estaba en el carrito) y pienso que el día en el que me toque ser mami, quiero que mis hijos tengan unos recuerdos tan bonitos como los míos.Gracias por este blog 🙂
16 julio 2009 | 15:06
La infancia de tus hijos es seguramente la etapa más feliz de tu vida. Ellos dependen de ti y tú controlas (más o menos) la situación. Por supuesto, ese «estar del otro lado», recordando nuestras sensaciones de niños forma parte de la felicidad de la etapa.Lógicamente, como es fácil que también recuerdes cómo te sentías luego en la adolescencia, eso ya te está anticipando cómo se sentirán tus hijos y te servirá para intentar comprenderlos poniéndote en su lugar. Pero lo malo es que es entonces cuando comprenderás la responsabilidad que sentían tus padres y los motivos por los que también tú tendrás que ponerte en su lugar. Es la etapa de «sois los peores padres del mundo» (título muy disputado entre los padres de adolescentes) que tendrás que tomar con resignación. Al fin y al cabo, nuestras culpas de la adolescencia las purgamos cuando nuestros hijos llegan a la suya. También es el momento de pedirles perdón a los propios padres por la vara que les dimos.
16 julio 2009 | 15:07
Ser padres es mucho más que eso. Parece que de niños somos camadas a las que sólo hay que cuidar.
16 julio 2009 | 18:43
Es curioso, al empezar a leer tu post se me vino a la mente otro tipo de recuerdos. De momentos con mis padres en los que ahora me reflejo como madre. Por ejemplo, acabo de llegar de la piscina y ahora entiendo anécdotas que cuenta mi padre de las vacaciones de las que yo no guardo especial recuerdo pero para él fueron momentos especiales. Hoy jugando a las «aguadillas» con mis enanos he tenido algunos momentos mágicos, no sé si para ellos simplemente ha sido un día divertido, pero para mí ha habido un par de ratos que me han dejado tocada (en el sentido entrañable).Ay, voy a por al «aftersun» que con tanto momento guay estoy como un tomate 🙁
16 julio 2009 | 20:42
Desde el otro lado del espejo se siente la responsabilidad de tener que decidir por una vida que aunque se sienta y duela como propia no lo es. El peso de las decisiones son como yunques que incrementan su tonelaje a cada paso pues las dificultades de la edad son únicas y complejas. El entramado de sensaciones evocan esos recuerdos de antaño cuando era una misma a la que llevaban en brazos. Es entonces cuando se comprende la soledad de no saber si se acierta o por el contrario se está errando y marcando el camino, aunque compartido, no propio.Quieres que te lleven a caballito para recordar lo fácil que era llevar las riendas sin ninguna responsabilidad pero ese tiempo pasó y toca afrontar los errores que se cometen, a lo largo de la vida, tanto si estás en un lado del espejo como si estás en el otro.Maduras, lo que envejece mucho, y tratando de pasar el nudo de la garganta pides perdón por los errores de antaño y rezas para no cometer los mismos u otros que te depare la vida al otro lado del espejo.Y así concluyo el misterioso mundo de los espejos y sus reflejos.
16 julio 2009 | 22:11
De acuerdo, esa sensación uno no la olvida una y la revive con los hijos, es mágico!
17 julio 2009 | 04:16
Sí, yo tambien recuerdo cuando me llevaban en brazos, y lo bien que me sentía.Pero disfruto más siendo yo la que cojo a mis hijos, cuando te abrazan el cuello y apoyan la cabecita en tu hombro medio dormidos…que gozada!!!Otra cosa es cuando empiecen a salir por la noche, como dice lady A. Es que a mí siempre me ha gustado mucho la juerga, espero que no salgan a madre…jejejejeej.Muy bonito el post, MR.
17 julio 2009 | 10:10
Que pocos comentarios para un post tan interesante.Se notan las vacances…
21 julio 2009 | 10:37
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
27 julio 2009 | 16:41
Tambien a mi me parece que se disfruta tanto o mas en el papel de madre que en el de hijo.
14 septiembre 2009 | 01:14
Hola,
muy bonitos esas sensaciones agradables que nos impregnan para siempre!
Besos!
Anabel
11 febrero 2018 | 08:50