Se trata de una costumbre establecida hasta tal punto que resulta cómico si lo piensas.
Es como un bautismo ineludible para las madres recientes trabajadoras.
La mitad de los bebés que conozco no han sido bautizados en la pila, pero todos, absolutamente todos, han pasado antes o después por la empresa de su madre.
Por la de su padre, sólo a veces.
Ayer mismo vino una compañera con su precioso rorro, por eso he querido hablaros del tema.
Normalmente es siempre igual:
llegas con tu bebé, que se puede portar mejor o peor dependiendo de cómo sea y cómo le siente tanta atención, recorres las zonas de la empresa por las que sueles moverte, tus compañeros más allegados y tus jefes, sean hombres o mujeres, te preguntan amablemente qué tal va todo y le hacen alguna cucamona al peque, y muchas compañeras mujeres, algunas con las que tenías escasa relación, se acercan entusiasmadas a veros y hablar contigo.
En mi caso hubo algo un poco especial: el día que vine había un encuentro con La oreja de Van Gogh antes de su desintegración, y uno de mis jefes le puso a mi peque a Amaia en brazos antes de que me diera cuenta.
Cada trabajo tiene sus singularidades, supongo.
Por supuesto, repetiré visita a la empresa con el segundo. ¡Faltaría más!
Ah, madrereciente…He visto la foto antes de leer el tema de hoy y he reconocido a Amaia Montero y al otro chico de LODVG. Lo primero que he pensado es: «Hala esta! Ha ha buscado una foto en Google de una mujer con niño para ilustrar, y no se ha dao cuenta de que le ha salido la de La Oreja…!»Jajajaja! Muy bueno!
30 noviembre -0001 | 00:00
Hola! , yo soy fan de la oreja, y gracias a ese encuentro descubri la página de 20minutos y desde entonces me he vuelto asidua de ella y sus foros.Pues nada que llevo leyéndote desde hace tiempo y me ha hecho gracia saber que el peque del que hablas es el del encuentro,saludos
30 noviembre -0001 | 00:00
Pues ahora le falta la foto con la nueva, que esa solista ya esta descatalogada y no podemos tener al peque así de fuera de onda, faltaria mas.
30 noviembre -0001 | 00:00
En mi caso no solo hice una visita con el peque a mi lugar de trabajo, sino que me lo llevo alli todas las mañanas. Trabajo en un comercio donde puedo llevar a la nena sin problemas y allí la atiendo al mismo tiempo que atiendo a los clientes. A ninguno le ha importado hasta el momento ver a la peque allí, y muchas clientas hasta la han cogido en brazos y la han hecho unos mimines mientras les atendia. No me puedo quejar, tener a la peque conmigo mientras trabajo es una gran suerte, porque me daria mucha pena tener que verme obligada a dejarla en una guarderia con solo 4 meses
25 septiembre 2008 | 09:17
Yo no diria que estas obligado, mas bien es una bonita «tradicion». Yo lo he hecho con mis dos hijos tal y como lo describes: los he paseado por el lugar en donde paso mas horas. Ellos encantados, los compañeros de trabajo igual, porque asi se han podido escaquear unos minutos, comer un trozo de pastel y tomar una copita de cava.En mi caso, me he sentido hasta orgulloso, como diciendo a mi empresa «¿os pensabais que mi mundo era este trabajo? Pues no, tengo una vida, no como algunos, que no teneis mas que esta basura».
25 septiembre 2008 | 09:30
Tanto mi empresa como la de mi marido son un tanto atípicas conque no se dió la circunstacia. En mi caso la conocieron más tarde, no al principio.
25 septiembre 2008 | 09:37
Es que para eso se tienen los hijos, para exhibirlos y fardar de super-mamá/super-papá. Cuando se pasa la novedad ya no se exhiben tanto, pero al principio es como cuando tienes coche nuevo y quieres que todos se enteren. Una forma más de consumismo.
25 septiembre 2008 | 09:38
Yo como en ese momento no trabajaba no tuve que ir a mi empresa, pero en la empresa de mi marido empezaron a preguntar que cuándo nos aparecíamos ahi. Asique a las tres semanas me vestí y preparé todo y le di de mamar y me fui a la parada del bus. Recuerdo que tuve que llevar algo de pastelería porque es tradición. Asique ahi se juntaron y charlando y yo solo pensando: ay madre mía, aguanta sin que te de por querer mamar! jaja! Y no era por no darle de mamar ahí, que aqui casi too el mundo da de mamar donde quiera, es que al principio tardaba una hora y no me apetecía tener que estar sentada ahí una hora! jaja! Qué rapido pasa el tiempo…
25 septiembre 2008 | 09:43
RORRO!!?? Muerta me he quedao..
25 septiembre 2008 | 10:24
qué sentimientos tan positivos, «bebes»…yo no lo he hecho. los primeros meses no me atrevía a salir de la zona de mi casa más que para ir al pediatra. entre pechos, biberones complementarios y siestas, el tiempo que me quedaba para moverme era muy poquito. imposible ir y volver. supongo que seré un poco agonías porque la primera vez que me moví con ellas ya tenían seis meses y medio!
25 septiembre 2008 | 10:29
¿Es como una tradición? yo no lo sabía, pero debe ser que tenemos alguna impronta genética que nos impele llevar al nene al curro, y yo, que he ido de contrato en contrato y de trabajo en trabajo, he paseado al nene desde los 0 a los 3 añetes por los diversos ambientes laborales que he vivido. De hecho, hace poco mi jefe hasta me preguntó entre bromas si de verdad tenía un hijo o me lo estaba inventando, y yo, para sacarle de dudas lo planté al dia siguiente para que quedase bien claro, que además de tirarme trabajando 7 horas de mi vida, tenía una vida familiar. Su padre hizo lo propio claro, incluso mucho antes que yo y el pitufo ya ha ido varias veces más y conoce a los compañeros. Es como una manera de integrar e incorporar todas las facetas de tu vida en ese rato que tu hijo está paseando por donde tú estás a diario ¿no?
25 septiembre 2008 | 10:35
En mi caso fue mucho mejor, madre… Yo estaba con el doctorado y de cuando en cuando iba a mi despacho para currar. Una de las veces me trajo mi marido a Supergirl para que la enchufase a la teta… Mi marido aprovecho para ir al baño y en ese momento me llama un compañero de otro piso, que se marcha, que si puedo bajar cinco minutos para discutir una cosa con el… bajo con la niña y en la escalera me encuentro con mi jefe… bueno, como si hubiera llevado un cesto entre los brazos: empezo a contarme una cosa de trabajo y yo, tratando de pararle a el para ir al despacho del otro y tratando de parar a la peque, que intentaba hacerle monerias… Menos mal que Superman llego al rescate en aquel momento, porque en pocas ocasiones me he sentido tan incomoda…Un supersaludo
25 septiembre 2008 | 11:10
éa, hace tiempo que quería soltar ese palabro en algún post 🙂
25 septiembre 2008 | 11:13
En mi caso, al trabajar a cincuenta kilómetros de casa no era cuestión de llevar a la niña, pero a la oficina de mi marido sí que la llevé. Y fue tal y como contais la mayoría. Todo el mundo se levantó de su puesto de trabajo, le hacían cucamonas, y de paso se tomaban un respiro, que falta hace.
25 septiembre 2008 | 11:15
A mi, además de lo dicho, me pasaba como a Moi, bastante tenía y con el día a día, la verdad es que tampoco me atrevía a moverme mucho lejos de casa…
25 septiembre 2008 | 11:22
En mi caso a la peque la llevé con casi nueve meses, ya me había incorporado y todo pero el problema que tenía era la distancia ya que yo vivo en Madrid pero por entonces la oficce la tenía en San Fernando de Henares que traducido a KM eran 40 de ido y otros 40 de vuelta…Además tampoco teníamos dos coches, (como ahora, precisamente que me trasladaron a Madrid juas!)y mi parejo se lo llevaba día sí y día también al curro de forma que no me apetecía llevarla en dos trenes y un autobús hasta allí y solo la llevé cuando compramos el segundo todopoderoso coche en el que cabe todo porque el anterior era para una pareja sin peques ( en mi caso un 306 de tres puesrtas comodísimo para sacar y meter un bebé)Podrías hacer un post sobre ello, es decir, sobre los cambios obligados que hacemos los padres recién estrenados de coche, normalmente al monovolumen de moda…aunque en mi caso fue a uno tipo «ranchera», o «avant» que queda más snob, jajajajaajaj
25 septiembre 2008 | 11:29
Pues yo creo que quedaria con ellos en el cafe de las 11, que todos los dias salimos a tomar. Asi solo estoy con quien quiero estar y en un ambiente más ludico.Aunque ya veremos…
25 septiembre 2008 | 11:59
JO como mola!! con Amaia Montero! Mi favorita :DSinceramente esta chica no tenia que haberse ido de LODV; ahora estoy oyendo el ultimo disco donde aparece la nueva (…pronuncian tu nombre tartamudeando, supongo que piensas que chica más tonta y me quiero morir… -canción Jueves, en memoria a las victimas del 11M).Cuando saque el disco Amaia Montero me lo compro fijo (mira que a mi padre también le encanta como canta esta chica y tiene 63 añazos… le sentó igual de fatal como a mi que se fuera :().Por lo de pasear por la empresa, mi madre es autónoma y es peluquera. Su negocio es suyo, pero no pudo tener maternidad como el resto de las madres (yo llegué a casa un domingo y ella trabajaba un martes). Asi que me he criado prácticamente en la pelu de mi mamá, si ella no podia atenderme ya lo hacian las señoras que esperaban su turno… una me daba de comer, otra me dormia… otra jugaba conmigo… mientras mi mamá peinaba y peinaba. Tanto fue asi que cuando fui más grandecita siempre iba pidiendole permiso hasta para ir al baño (y en cambio a la cangu que me cuidaba desde los tres añitos era como si tal cosa).Asi que ahora cuando visito la pelu de mi madre todas saltan con «Uyyyyy como has crecido!!, mira que chiquitita eras cuando te conoci!!!», y joer, que ya hace casi un cuarto de siglo de eso XDD.En cambio, mi padre me llevó un dia a donde trabajaba, que era una fábrica de billares, me acuerdo perfectamente (tenia cuatro años) y me enseñó todo lo que habia alli. De hecho me hizo una mesita de billar con sus palitos, sus bolas ^^ y aún la conservo. También me hizo un sillón, con sus propias manos, y recuerdo el dia que me lo trajo también (con cuatro años y aún con tres y medio ya podia retener cosas en mi memoria).
25 septiembre 2008 | 13:17
Garlik, lo que tú dices que es consumismo se llama «presentación en sociedad del nuevo retoño». Al igual que lo presentas a la familia, a los amigos, lo presentas también en tu ambiente de trabajo, porque tus compañeros de trabajo no solo son eso, también son conocidos que desean conocer al bebé.
25 septiembre 2008 | 13:23
Yo recuerdo que mi padre nos llevó una vez a la oficina donde trabajaba a mi hermana y a mi, pero fue en sabado. No habia nadie. Tenia algo que hacer. Nos dio unos papeles y unos bolis para que nos entretuviesemos pintando y asi hicimos.Ya se que el concepto es distinto. Pero recuerdo que me esperaba algo parecido al cole, con aulas y tal. Asi que al ver una sola estancia le pregunté: Papa, y cuando pases de curso, ¿a donde vas a ir?» Que ingenua, jeje.
25 septiembre 2008 | 14:41