-¿Se atrevieron?
-Osaron
¿Curvas?
-Eses.
-¿Nadar río arriba?
-Ni idea, ¿cuántas letras tiene?
A mi hijo pequeño le ha dado por los crucigramas. Todos los días coge algún periódico para hacerlo. Y dos segundos después empieza a lanzar preguntas al aire en busca de respuesta de su hermano o mía.
Le hacemos caso un rato, pero a la cuarta o quinta pregunta uno de los dos acaba diciéndole que lo haga él solito.
Eso creía que estaba haciendo desde la semana pasada, pero ayer descubrí que había encontrado otro método: las búsquedas en Google.
No podía creerlo cuando le vi, con el crucigrama, el ratón y el boli, tecleando y rellenando huecos en el papel casi al mismo tiempo.
-Eso no vale, así cualquiera…
-¿Cómo que no vale?, me habéis dicho que me buscara la vida y eso he hecho. Tú siempre dices que Google lo sabe todo…
Es cierto, a veces no sé cómo podíamos vivir sin él, pero nunca se me hubiera ocurrido utilizarlo para resolver un crucigrama.