Dicen que la adolescencia es la etapa en que uno deja de hacer preguntas y empieza a dudar de las respuestas

«Tu hijo no ha dormido en mi casa»


-¿Diga?

-Hola, soy la madre de J., siento llamar tan temprano, ¿le puedes decir que se ponga?

-Si, un momento.

Efectivamente, era muy temprano y yo estaba aún medio dormida. Al entrar al cuarto de mi hijo en busca de su amigo creí reconocer a J. Pero cuando el chaval que dormía junto a mi hijo se dio la vuelta para responder a mi llamada me di cuenta de mi error: el que estaba en la cama, y al que yo había visto llegar la noche anterior, era otro de los amigos de la pandilla.

No podía creerlo, y empecé a soltar preguntas: ¿Y J.? ¿dónde está? ¿por qué cree su madre que está aquí?, ¿qué le digo yo ahora?

Mi hijo y su amigo se miraron con cara de sorpresa, mientras intentaban desperezarse y decir algo coherente. Según su versión, ni J. había planeado venir a dormir a casa ni sabían nada sobre su paradero.

Así que me he encontré en la difícil situación de explicar a una madre por teléfono que su hijo no había dormido en mi casa.

El chaval tenía el móvil apagado o fuera de cobertura. Tenía que tomar unas medicinas, lo que incrementaba la preocupación de su madre. Dos minutos después fue el padre quien llamó, quería hablar con mi hijo y el otro amigo para averiguar dónde podía estar su hijo.

Llamamos entre todos a los móviles de sus amigos. Los padres llamaron también a la casa de alguno de ellos. Finalmente, el chaval dio señales de vida a través del móvil del amigo con el que realmente había dormido.

Todo quedó en un susto. En uno de esos que a los padres nos dejan tan inquietos y a los que los chavales apenas dan importancia.

6 comentarios

  1. Dice ser Jorge

    El chaval perdido estaría dormido con esa cara de angelito, como si lo viera. Y los padres dando vueltas al mundo para encontrarle. ¡Qué inconscientes son cuando quieren! Y lo peor de todo es que no se dan ni cuenta.Ánimo, Jana, que cualquier día te pasa a tí y ya ves que siempre aparecen en algun sitio.

    18 julio 2008 | 17:31

  2. Dice ser laura

    Es cierto que a veces los hijos nos dan unos sustos tremendos. Y ellos, mientras, tan tranquilos. Bueno, cuando sean padres ellos se darán cuenta de lo mal que se pasa en ocasiones como la narrada.

    18 julio 2008 | 17:56

  3. Menuda papeleta, eso lo he hecho yo alguna vez, pero siempre di señales de vida a mis padres …

    19 julio 2008 | 1:36

  4. Dice ser AL

    El día uno de enero de 1980 la mayoría de los que censuran los comentarios en este periódico no habian nacido. Quizá por eso no pueden entenderlo. Quizá por eso les resbale (sobre las coberturas de sus móviles) que en la noche de ese día, una chica de 18 años, inteligente, guapa, culta, comprometida, estudiante,trabajadora, humilde, fuera sacada de su casa a punta de pistola, no muy lejos de donde, a buen seguro, el joven Arsenio Escolar hacía planes sobre su futuro y se veía a sí mismo como un gran adalid de esta democracia que, en aquel entonces, aún no había «terminado de nacer».Yolanda fue arrancada de su casa, «paseada», insultada, vejada, humillada, ofendida, golpeada, torturada… su tormento duró varias horas hasta que uno de aquellos asesinos que temían la llegada de lo que ahora vuelve a estar vigente en este diario, se cansó de darle paliza tras paliza y en un momento dado, y en aquella noche fría a la orilla de una carretra que nadie transitaba, la sacó del coche y le pegó dos tiros en la cabeza. Su compañero, el otro matón, bajó del coche y como si de un perro malherido se tratase, se acercó a Yolanda, sangrando en el suelo, y le dio el tiro de gracia en la sien, a escasos centímetros de una piel que había nacido para ser acariciada y respetada y para durar en el tiempo.¿Para qué murió Yolanda y otros tantos cientos de sacrificados?¿Para qué?Si ahora mismo Yolanda resucitara y le contaran que ya existe la libertad de expresión y todo aquello por lo que ella dio su vida, se mearía de risa después de dejar aquí un comentario respetuoso pero discrepante y ver cómo a los pocos segundos su opinión desaparecía… como ella un día despareció en la nada, para nada…http://www.hackobeo.com/abchtml/yolanda.htmlETERNAMENTE YOLANDA GONZÁLEZ MARTÍN, ETERNAMENTE

    20 julio 2008 | 6:21

  5. Dice ser Mariano

    De todas formas, noto cierta resignación por parte de todos los padres (desde Juana y la madre que llama, hasta los mismos foristas).Los chavales son menores, tienen que cumplir normas o atenerse a las consecuencias. El chaval en cuestión incumplió la norma de mantener informados a sus padres acerca de sus desplazamientos. Esto no le coarta su libertad, sólo le obliga a cuidar de sus padres, que se supone que son “seres queridos”.Si ha incumplido esa norma, el menor debe ser castigado. Con un castigo que de verdad le cause impresión.

    21 julio 2008 | 11:45

  6. Dice ser Lidia N/R

    Cuando estaba en el instituto éramos un grupo de cuatro. Como yo vivía más lejos del barrio de las demás me dejaban dormir con ellas, pero siempre tenía que decir por adelantado dónde iba a estar, a qué hora volvería y si estarían sus padres o no.Al principio los míos llamaban, pero se les pasó enseguida. Lo que duró hasta que se nos rompió la amistad fue que el día siguiente tenía que estar en casa antes de las 10 de la mañana. Así que estuviera donde estuviera yo me levantaba (a menudo antes que los padres de mis amigas), desayunaba sola en su cocina, abría las puertas y me daba el piro. Sus padres lo sabían, me habían explicado cómo hacerlo para que no les despertase, pero ninguno se lo exigía a sus hijas. Y luego el lunes me contaban a qué habían estado jugando o dónde habían ido por la mañana… pufffffffffff

    22 julio 2008 | 9:42

Los comentarios están cerrados.