“Viejo es el viento…y sopla"

Archivo de julio, 2012

«¿La culpa de la crisis? Los políticos que no ayudan, la gente que no trabaja…»

Tras Marta Mangué, estrella de nuestro balonmano, hoy ‘pasa por el aro’ Víctor Sada, jugador de la selección española de baloncesto. Os garantizo que alguna respuesta os sorprenderá.

Marta Mangué, pasando por el aro

Empiezo hoy una nueva sección dentro de ‘Bloggin from London‘. Su título, ‘Pasando por el aro’. Minientrevistas a nuestros deportistas olímpicos que nos ayuden a conocerlos un poco más. Son trece preguntas, algunas obvias, otras curiosas y alguna más impertinente, pero sin pasarse. La coincidencia de casi todos es total en una de las cuestiones, ya adivinaréis cual. Las preguntas son estas:

1. Nombre.
2. Profesión.
3. ¿Lo más duro de su profesión?
4. Si gana una medalla…
5. ¿Película preferida?
6. ¿Comida preferida?
7. ¿Libro preferido?
8. ¿Político preferido?
9. ¿Quién tiene la culpa de la crisis?
10. ¿Qué le pediría a Rajoy?
11. 94.000 euros por una medalla de oro a los españoles es…
12. ¿Su última borrachera?
13. Si tiene ocasión ¿participaría en el turismo sexual que dicen existe en la Villa Olímpica?

Pido disculpas anticipadas, pues en algunas entrevistas cambié el orden de las preguntas, pero creo que no alterará el producto. Ahh, y perdóneseme la vibración: sujetar cuaderno con preguntas, boli y cámara no es sencillo.

La primera que pasa por el aro es Marta Mangué, jugadora de la selección española de balonmano. Su respuesta más curiosa llegará al final…

Lágrimas de Ana

Ana Carrascosa abandona el tatami desconsolada

El madrugón ha sido importante para acercarse al Excel Arena, enorme complejo, donde tienen lugar varios deportes olímpicos: boxeo, halterofilia, judo…Este último era la razón de mi visita.

Siempre nos ha ido bien en este deporte y el equipo en Londres auguraba más de una medalla. En el momento que estoy escribiendo el blog, Sugoi Uriarte ya ha ganado el segundo combate. Tras el primero pasó por zona mixta como una exhalación, dejando muy claro su deseo de no hablar con nadie. Sus opciones de subir al podio son importantes.

Después llegó el turno de Ana Carrascosa. Partía como cabeza de serie y conocía de memoria a su rival, la luxemburguesa Marie Muller. Pero los Juegos Olímpicos tienen estas cosas, dos waza-ari han terminado con la aventura de Ana en apenas 2 minutos.

Cinco minutos después ha llegado a la zona mixta y ha intentado hablar. «Es uno de los peores días de mi vida«, le ha dado tiempo a decir antes de romper a llorar desconsolada y entrar al vestuario, donde ya la esperaba su familia.

Su entrenadora, Yolanda Soler, estaba casi peor que ella: «Tenéis que perdonarla pero está fatal. Ha entrado en el combate poco tensa y así ha pasado luego. Le faltó tensión, tensión», repite Yolanda. «Venía con toda la ilusión tras lo de Pekín, pero no ha podido ser». En tierras chinas, hace cuatro años, Ana combatía por la medalla de bronce cuando se le salió el hombro y tuvo que abandonar.

Los ingleses, encantados de haberse conocido

La llama olímpica, en el centro del estadio

No por menos esperado se criticará menos. El problema es sencillo, de espacio: las calles de Londres son lo que son y si se dobla la circulación diaria tanto coche no cabe y comienzan los problemas. Para colmo, el tráfico en el centro de la capital se ha cortado por el ciclismo…pues para que queríamos más.

Muchos miembros de la llamada ‘familia olímpica’ han comenzado a acordarse de los familiares de los organizadores olímpicos entre atasco y atasco: dos horas y media para una ruta de media o menos, tan solo 10 kilómetros. Ayer fue mucho peor, al menos para los medios de comunicación. La ceremonia de apertura concluyó a la una y media de la madrugada, hora inglesa. Afortunado fue el compañero que llegó a su hotel antes de las cuatro. La espera en la cola del autobús fue de dos horas, más menos.

Comienzan a adivinarse algunas costuras en la organización de los Juegos: detalles como el transporte, algo caótico, y detalles como el Centro de Prensa. A media tarde ya es desaconsejable entrar a los baños. Por el olor, no me entendáis mal.

Quizás el problema no es ese. Se tiende siempre a comparar con lo más cercano y Pekín 2008 fue superior a casi todo. También su ceremonia, la mejor de cuantas se han visto nunca. La de ayer fue buena, bonita y barata (bueno, 34 millones de euros, poco más del precio de Coentrao).

Tras las dos horas y mucho, me asaltaron dos dudas: ¿Qué harán con el pebetero de la llama olímpica cuando haya atletismo y toque, por ejemplo, lanzar jabalina? Y la otra, ¿hacía falta que los ingleses nos demostraran una y otra vez que viven un escalón por encima del resto de los mortales?. Están encantados de haberse conocido.

¿Cuántas medallas crees que nos llevaremos? Mi pronóstico es 11

Y pienso que todavía estoy siendo optimista dentro de mi pesimismo. Creo que la delegación española salrá de los Juegos Olímpicos de Londres con menos de una docena de medallas. Ahí van mis cuentas.

Doy por segura una para la selección de baloncesto y dos para la sincronizada. También creo que sumarán cuatro la vela y el judo, un par para cada uno, pues nos sobran los candidatos en ambos deportes: Marina Alabau, Iker y Xabi, Uematsu, Cecilia Blanco, Oiana, Carrascosa…

A partir de ahí, todo es incertidumbre: llego a once pensando en David Cal, en una medalla para nuestro balonmano (cualquiera de las dos categorías), todavía confío en el equipo de fútbol para subir al podio y la última es la de propina, la que no esperas pero al final llega. ¿Triatlón con Noya, ciclismo, tiro olímpico con Fátima Gálvez, natación con Mireia Belmonte?

Sinceramente, espero equivocarme. ¿Y vosotros, cuántas medallas creéis que nos llevaremos?

¿Qué hacen más de 1.000 camas en el Estadio Olímpico?

A las 8.12 me he despertado hoy, justo doce horas antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres. No es que vaya de místico=flipado, es que todas las campanas de la ciudad se han puesto en marcha, siguiendo al hermano mayor, al gran Ben, y así no hace falta despertador.

En el Comité Organizador están como la novi@ el día de la boda, desquiciados porque todo vaya bien, salga bonito y pase rápido. El tiempo de momento respeta, la ciudad no está volcada, está lo siguiente, el caos circulatorio aún no ha llegado a tal y la ceremonia de apertura sigue siendo un secreto, o casi…

Pese al secreto impuesto por Danny Boyle, algunas fotos han comenzado ya a filtrarse por las rendijas de las redes sociales. 20minutos.es ha tenido acceso a un par de ellas que aquí os dejo. La primera instantánea me deja un chiste fácil y una enorme intriga. ¿Qué hacen más de mil camas alrededor del estadio y para qué servirán esta noche?

En cuanto a la segunda foto, una panorámica del escenario, habla por sí sola. Cuando la veo, me cuesta no pensar que de un momento a otro Frodo saldrá por algún lado con Sam, cuando eran felices y los pobres no sabían de anillos, señores oscuros y otras gaitas.

Escenario de la ceremonia de apertura en el Estadio Olímpico

Un paseo nocturno por el Londres de ‘Jack El Destripador’

AVISO: ESTE POST NO CONTARÁ LONDRES 2012, RECORDARÁ LONDRES 1888.

El ejercicio de recuerdo es complicado, pero el escenario ayuda, la noche también y el apartado banco de Mitre Street, aún más. Ya no queda nada de entonces, 144 años atrás, cuando en esta misma plaza fue asesinada Catherine Edowes, la cuarta víctima de Jack The Ripper.

Entrada a Mitre Street

Es el otro perfil que Londres también luce, el de tiempos pasados, noches oscuras y callejones siniestros. Así como el autobús de doble planta te lleva a Trafaltar, Picadilly o Buckingham, existe también otra atracción turística en La City, Jack. Serán dos horas y media junto a Juan Carlos, el guía. La historia comienza tal que así:

Agosto de 1888 y el East End londinense rezuma pus: prostitutas, delincuentes, borrachos, golfos y similar calaña deambulan por sus callejones, sobreviven. Estrechos pasadizos en los que apenas cabe una persona.

Allí se gana la vida como puede Mary Ann Nichols, ‘Polly’, 40 años, prostituta, alcohólica y divorciada. La noche del 31 de agosto, tras juntarse con sus compañeras de gremio en el ‘Ten Bells’, regresa al hospicio con la esperanza de poder dormir. Son cuatro peniques que no tiene y que la dejan en la calle. Charla con una amiga y ya nadie vuelve a saber de ella hasta que su cadaver aparece degollado y destripado junto a la estación de Whitechapel.

Por la misma zona muere el 8 de septiembre Annie Chapman. Hay quién asegura haberla visto con un hombre elegante, declaración que trastocará a la policía y dará pie a la habitual imagen que nos llega de Jack El Destripador. La policía empieza a verse sobrepasada por la magnitud del caso y una misteriosa carta llegada el 29 de septiembre bautiza para la eternidad al asesino: «Dear Boss, dicen que me habéis encontrado, pero no es cierto……Jack The Ripper».

«La policía de Londres es la más estúpida del mundo», llegará a publicar la prensa norteamericana.

Callejón actual en Whitechapel

El 30 de septiembre, de madrugada, dos o tres latigazos caen sobre un pequeño poni que se niega a seguir avanzando por el estrecho callejón. Se asusta ante el cuerpo de Elisabeth Stride, degollada, pero no destripada, lo que sugiere que Jack fue interrumpido y que no debía andar lejos. No se equivocan, y menos de una hora después la policía encuentra otro cuerpo, el de Katherine Edowes. El asesino repitió su asqueroso ritual y además la desfiguró.

En esa zona, un testigo afirma haber visto minutos antes un carruaje real y la policía metropolitana, en plena disputa con la de La City, se ve obligada a borrar un grafiti, quizás obra del psicópata, incriminando a la comunidad judía. Los ánimos por entonces estaban más que tensos.

La historia termina, y comienza la leyenda, en el Ten Bells, hoy plagado de ejecutivos a una cerveza pegados. De allí sale Mary Jane Kelly la noche del 9 de noviembre de 1888, cantando hacia el hostal, donde ya la conocen y sufren (por su voz). Unas horas después, por la mañana, el conserje cree encontrar en la habitación lo que parece ser Mary Jane. Baste un detalle: su piel había sido doblada en la cómoda. El resto del cuerpo, sobre la cama.

Aspecto actual del Ten Bells

Algunos dirán después que Mary Jane no durmió en esa habitación aquella noche, que cedió su colchón a otra desafortunada prostituta y que regresó a Irlanda tras saber lo ocurrido.

Jack, se cuenta, dejó de matar a partir de entonces. La policía nunca fue capaz de resolver el caso: hubo, hay y habrá tantos sospechosos como teorías disparatadas. Desde el duque de Clarence al médico personal de la reina, desde un policía del cuerpo al judío Aaron Kaminsky….. Nombres y apellidos que alimentan la leyenda noche tras noche y la mantienen viva en los oscuros callejones de Whitechapel. Allí, a esas horas, un escalofrío surge y te recorre el cuerpo. Todavía.

 

¿La deportista más sexy de los Juegos?

O al menos eso dicen las listas que circulan por la red. En todas ellas aparece Leryn Franco como una de las deportistas más sexys del mundo, y por ende, de los Juegos Olímpicos de Londres.

Esta lanzadora de jabalina paraguaya las pasó ayer canutas. Enfundada en un traje de pantalón, chaqueta y camisa, aguantó la ceremonia de izada de bandera bajo un cielo como una parrilla. «Estoy que me muero», confesó después.

Son los terceros Juegos Olímpicos para Leryn, que considera ya un premio estar aquí. La medalla es imposible, como ella misma reconoce, pues «la jabalina en Paraguay no da para comer». Gana más dinero en la pasarela y en la televisión que en la pista de atletismo.

Entre mil y una interrupciones de periodistas, compañeros y otros deportistas a la caza de la foto, me cuenta sus ganas de volver a España, donde tiene muchos amigos y puede disfrutar de «vuestro precioso sol» y también demuestra no estar muy puesta en cuanto a nuestras opciones de medalla: «Ustedes tienen un equipo de atletismo muy fuerte y creo que tienen amplias opciones de podio».

Su lugar entre las deportistas más sexys le sorprende primero y le halaga después: «Bueno, es bonito. A cualquier mujer le gusta que la consideren bonita, ¿No?«.

 

Pues qué les íbamos a regalar, pues un torito

Primer acto oficial de la delegación española en Londres con la izada de bandera en la Villa Olímpica. Allí nos fuimos los plumillas, sabedores de que en este tipo de eventos hay buffet libre de deportistas, relajados y muy entrevistables. Un auténtico paraíso comparado con las zonas mixtas de la mitad de estadios de fútbol españoles y la simpatía de los que por allí desfilan.

Entre las cuatro delegaciones presentes en el turno de izada, Suiza, Chipre, Senegal y España, no fue difícil distinguir a los nuestros. Hay división de opiniones cuando les preguntas por su indumentaria, pero comienza a ganar la indiferencia. «Venga, hazme una buena foto con el uniforme que llamais friki«, decía algún deportista y algún directivo.

Después, llegó el momento solemne: la izada de bandera, el himno nacional y la entrega del regalo. Cada delegación hizo el suyo. ¿Y qué regalamos nosotros? Un torito, con aires a lo Dalí, pero torito. No, la sevillana no iba en el kit.

La desbandada deportiva, ejecutiva y periodística fue progresiva, aunque todavía quedaba una imagen por comentar: la llegada de 20 deportistas del equipo serbio, en bloque, y el pasillo que les dedicaron. Ver a Djokovic y Ana Ivanovic de frente obliga a apartarse a cualquiera, y a mirar, a mirar mucho, aunque no quedó claro a quién más.

Campanazo por la mañana y la nueva ‘peli’ de Danny Boyle por la noche

A dos días del comienzo de los Juegos Olímpicos de Londres, la enorme colmena bulle de actividad. En el centro de prensa ya quedan pocas mesas libres, ondean las banderas de las delegaciones en la Villa Olímpica y en el Comité Organizador continúan achicando marrón tras marrón.

La ceremonia de apertura del viernes continúa siendo un sobre confidencial con alguna esquina mordida por la que escapa información. ¿Qué se sabe? Empezará a las 20.12, el Estadio Olímpico quedará convertido en una típica campiña inglesa donde no faltarán vacas, patos, cerdos y ovejas, y no será una ceremonia, será una película con Danny Boyle al mando. El creador de ‘Trainspotting’ y ‘Slumdog Millonaire’ ha llegado a Londres con el pack completo de estrella: rezuma genialidad y genio.

De momento, el Comité Organizador ha conseguido que  recorte el excesivo metraje de la ceremonia pero aún negocia la última condición impuesta por Boyle: como toda película que se precie, no quiere que la retransmisión de la BBC vaya relatando cada detalle de la ceremonia: se ve y se interpreta, pero no se cuenta. Tampoco los 40.000 participantes en el ensayo del lunes pudieron abrir la boca. Se dice que por contrato. Lo que no estaba firmado es que a la salida se bloqueara la red de metro y muchos tuvieran que volver a casa a patita, literalmente.

Otro misterio es la identidad del último portador de la antorcha. Pelean por el privilegio dos mitos británicos: el bicampeón olímpico de decatlón Daley Thompson y el pentacampeón de remo Steve Redgrave. Y cuando digo pelean es porque lo hacen, a rajada limpia cada día en plan ‘tú no te lo mereces, pues anda que tú…’.

¿Más detalles? Se espera la presencia de cien jefes de Estado, Michelle Obama y Dilma Rousseff compartirán confidencias, Vladimir Putin posiblemente no vaya pero no se perderá el judo y hay reuniones diplomáticas de alto nivel con un claro objetivo: evitar los sitios contiguos a los invitados menos invitables: el presidente de Azerbaian, Ilham Aliyev, y el presidente de Ruanda Paul Kagame.

Y ya termino: doce horas antes del inicio del show, el Big Ben tomará la palabra. Desde el funeral por el rey Jorge VI, el 15 de febrero de 1952, el viejo campanario nunca se saltaba su dieta diaria de repiqueo. Esta vez tendrá un buen motivo: durante tres minutos todas las campanas de Gran Bretaña retumbarán a la vez. Más valdrá un sonido que mil palabras.