LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Supersolbes al rescate

José Luis Rodríguez Zapatero ya tiene a su fichaje estrella para las elecciones de 2008: Pedro Solbes. Contra todo pronóstico, el actual vicepresidente económico ha aceptado ser el número 2 del PSOE por Madrid y continuar en su puesto en el caso de que los socialistas obtengar una mayoría que les permita gobernar.

Una jugada maestra que va a limitar considerablemente el margen de maniobra del PP, que había convertido ya a la economía en su estandarte electoral, quizá suponiendo que la más que previsible ausencia de Solbes de las listas generaba una sombra de incertidumbre de la que podía sacar algún un rédito electoral.

La escenificación del sorprendente compromiso de Solbes no podía estar más calculada: Zapatero le invita a seguir en su mítin dominical -«Pedro Solbes nació para esto y es claro que todos queremos que siga en esto»- y al día siguiente él acepta muy gustosamente. Tema zanjado. Si el superministro económico ha puesto o no condiciones para seguir puede ser motivo de debate. Pero parecería increíble que no lo hubiera hecho.

Por lo pronto sabemos que quiere que se reduzca el papel de la Oficina Económica del Gobierno, que asesora directamente a Zapatero, para evitar las sorpresas desagradables que se llevó en el pasado cuando Miguel Sebastián estaba al frente.

Quién no recuerda las incómodas explicaciones que Solbes tuvo que dar en el Congreso por la supuesta operación lanzada por la mencionada oficina para desalojar a Fernando González de la presidencia del BBVA. O las sonadas discrepancias con más de un ministro sobre cómo financiar algunas de las iniciativas gubernamentales.

Si Solbes ha acabado aceptando el reto de ZP, alguna garantía tendrá de que todo eso no se va a volver a repetir.

El IRPF de Rajoy, calderilla para el PP

El anuncio del líder del PP, Mariano Rajoy, de que los trabajadores y pensionistas que ingresan menos de 16.000 euros al año no pagarán el impuesto sobre la renta si llega al Gobierno es sólo una parte de la batería de rebajas fiscales que los populares preparan para las elecciones de marzo.

1 ¿Qué otras rebajas se preparan? En su conferencia sobre vivienda de septiembre, el PP ya anunció su intención de rebajar el IRPF. Pero, además, propuso exenciones en el IBI para alquilar viviendas desocupadas, un tipo superreducido del IVA a las viviendas que no cuesten más de 160.000 euros, rdfsdeducir el impuesto de transmisiones patrimoniales, eliminar el impuesto de actos jurídicos documentados para la vivienda y rebajar el impuesto de plusvalías de los municipios.

2 ¿Qué consecuencias tendrían? Todas las medidas supondrían un descenso de los ingresos tributarios, que reducirían las arcas públicas del Estado, pero también de las comunidades autónomas y los Ayuntamientos. El temor de estas administraciones es la falta de concreción sobre el coste que tendrán.

3 ¿Se sabe cuánto se dejaría de ingresar? No. Se calcula que sólo la del IRPF puede costar entre 5.000 y 25.000 millones de euros, según el Gobierno. El PP dice que se compensaría por una mayor actividad económica. La última reforma del impuesto de la renta, la cuarta desde que se creó en 1977, ha costado 4.500 millones.

4 ¿Qué dicen los expertos? La legislación tributaria es muy compleja y prefieren esperar a conocer los detalles de la propuesta de Rajoy. Aún así, alertan de que no es bueno bajar los impuestos cuando la economía está en una fase de debilidad como la actual.

5 ¿Cuándo se aplicaría el nuevo IRPF del PP? Si el PP ganara las elecciones de marzo de 2008, en la declaración de la renta de 2010.

6 ¿A quién beneficiaría? A unos siete millones de contribuyentes, la mayoría mileuristas y pensionistas, que ingresan menos de 16.000 euros al año.

7 ¿Cuánto recauda ahora el IRPF? En 2006, 62.813 millones de euros, el 28% de los ingresos tributarios totales. Le siguen el IVA (25%) el Impuesto de Sociedades (17%) y los impuestos especiales (alcohol, tabaco, gasolina), con el 8,4%, y el resto.

Nobel a la evidencia

La asignación eficiente de recursos escasos que, según uno de los padres de la ciencia económica, Adam Smith, procuraban el mercado y «la mano invisible» que lo guiaba ha existido siempre más en el papel que en la realidad. Y si no que se lo digan a las tres compañías de móvil que operan en España y a las que Competencia ha abierto un expediente por incrementar a la vez y en el mismo porcentaje sus tarifas con motivo de la entrada en vigor de la ley que prohibía el redondeo en las llamadas.

Pues bien, el premio Nobel de Economía de este año ha decidido reconocer la labor de un economista y dos matemáticos norteamericanos que han dedicado su carrera a desmontar la teoría y demostrar la evidencia: contra lo que dice la teoría clásica, ni la competencia es totalmente libre, ni los consumidores están totalmente informados a la hora de tomar sus decisiones, ni la mayoría de transacciones se dan en mercados abiertos, etc, etc, etc.

Leonid Hurwicz, Eric Maskin y Roger Myerson, los tres premiados, han conseguido proporcionarnos las herramientas -la llamada teoría del diseño de mecanismos- para detectar en qué situaciones los mercados funcionas bien o no como consecuencia del uso estratégico que los agentes económicos hacen de la información privada que poseen.

Sus enseñanzas se pueden aplicar tanto al ámbito específico de la economía -la actividad de las empresas, el comportamiento de los consumidores, el funcionamiento de un sector…-, como a las regulaciones impuestas por los gobiernos en algunos mercados, o incluso al diseño de políticas sociales eficientes que permitan mejorar los niveles de bienestar de la población.

Por cierto, que otra vez el galardón va a parar a Estados Unidos, y ya van 41 de 61 en la historia de estos premios, que acostumbran a premiar aportaciones que, incluso la de este año, van en la línea de reforzar el establishment sin tomar demasiados riesgos. Para eso está el Nobel de la Paz, supongo, y ahí están Yunus y a sus microcréditos.

El «dinero negro» aquí es «morado»

A partir de ahora en vez de «dinero negro» habrá que hablar de «dinero morado», por el color de los billetes de 500 euros que se usan en los grandes fraudes a Hacienda, como cuenta hoy Claudi Pérez en El País.

Por lo que parece este tipo de billetes campan a sus anchas por España como no lo hacen en ningún otro país de la Unión Europea, aunque les prometo que aún no he tenido ninguno entre mis manos y no conozco a nadie que los suela usar habitualmente.

La Agencia Tributaria parece decidida a meter mano en el asunto después de mucho tiempo de permanecer impasible ante tal desaguisado ante la estupefacción del mismísimo Banco de España. En su campaña de cerco al fraude, consiguió que en 2006 se declarasen unas doscientas operaciones con billetes de 500 euros. Para ahorrarse la inspección, claro.

Hay una evidencia clara: el «dinero morado» está claramente vinculado al sector inmobiliario y si el fisco realmente quiere coger el toro por los cuernos ya sabe por donde debe empezar.

Jubilarse a los 67, a los 70, a los…

Alemania acaba de ampliar la edad de la jubilación de los 65 a los 67 años, pero ya se está planteando la posibilidad de llegar a los 70 o incluso ir más allá. Lo ha dicho su ministro de Economía provocando el cabreo generalizado de sus pensionistas actuales y futuros.

El Gobierno alemán cree que ese es el mejor camino para reducir el coste del envejecimiento en un país con una de las tasas de natalidad más bajas de Europa (el año pasado las muertes superaron por primera vez a a los nacimientos) y un descenso persistente de la cifra de inmigrantes.

Los más pesimistas auguran que, si se mantiene esta tendencia demográfica, la mayor economía de Europa tendrá serios problemas para hacer frente al gasto en pensiones y sanidad a medida que la edad media de la población siguen subiendo.

Si los alemanes duran más años, cobrarán su jubilación y serán ususarios de los servicios sanitarios durante más tiempo. Solución: que empiecen a recibir su pensión más tarde. A los 67 años, a los 70, a los… Pero igual ni así les salen las cuentas porque se calcula que en 2035 casi se habrá doblado el porcentaje de población total mayor de 65 años: del 18% actual pasará al 30%.

Pero el debate sobre el futuro del sistema público de pensiones no afecta sólo a los alemanes y trasciende al ámbito europeo. En España ya ha habido voces favorables a tomar la misma vía que los alemanes, aunque los pronósticos catastrofistas suelen venir acompañados del servicio de estudios de prestigiosos bancos que aspiran a colocar sus pensiones privadas en el mercado. Lo cual resta credibilidad a la amenaza aunque ello no quiera decir que no exista. El hecho cierto es que la edad media de jubilación en España está alrededor de los 63 años, en parte gracias a las prejubilaciones masivas de grandes empresas tipo Endesa, Telefónica y demás.

Por el momento, desde el Gobierno cualquier decisión se planteaba siempre desde el consenso de los agentes sociales aunque el nuevo director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, David Taguas, parece ir por libre. Recientemente ha advertido de que la Seguridad Social será deficitaria entre 2011 y 2015 si no se hacen reformas para garantizar su futuro. O sea, lo mismo que decía cuando emitía sus informes como jefe del Servicio de Estudios del BBVA. Este pronóstico casi apocalíptico no ha sentado demasiado bien en el Ministerio de Trabajo, encargado de lidiar con el tema.

¿Qué opináis? ¿Hay que retrasar la edad de jubilación? ¿Se garantizaría así el futuro de nuestras pensiones? ¿O hacen falta otras medidas? ¿Cuáles?

La que nos espera en 2007

Parece obligado en estas fechas preguntarse qué nos espera este año en el terreno económico. No pienso eludir dicha obligación, aunque deba advertirles, como decía un célebre catedrático en esta materia, que los economistas son mejores haciendo pronósticos sobre el pasado que sobre el futuro. Para intentar errar lo mínimo el tiro, parece claro que la semilla de lo que nos depara la economía para este 2007 que acabamos de estrenar la hemos plantado en el año que acabamos de dejar atrás.

* Seguirá la batalla abierta en el sector eléctrico, que mañana mismo puede vivir un capítulo definitivo, ya que el Tribunal Supremo decide si desbloquea o no la guerra de ofertas por Endesa entre Gas Natural y la alemana E.ON. Y que en las próximas semanas puede salir de los juzgados mercantiles, donde sigue latente, para permitir a los accionistas de la primera eléctrica española pronunciarse sobre cuál quieren que sea su futuro. Será la hora de comprobar con qué cartas afrontan los jugadores –las dos eléctricas, la gasista y la constructora Acciona– la partida tras muchos meses de indefinición, de jugadas de farol y de algún que otro as en la manga. También habrá que ver cómo culmina la compra de Scotish Power por parte de Iberdrola y cómo encaja en el nuevo panorama eléctrico español y europeo la tercera en discordia, Unión Fenosa. Y para que no nos quedemos al margen de esos movimientos que han hecho saltar chispas en el sector eléctrico, el Gobierno nos ha ‘obsequiado’ con un sensible incremento del recibo de la luz que empezaremos a pagar a partir de este mes.

* Veremos el resultado de las leyes que el Gobierno aprobó en la recta final del año, la de dependencia y la de protección de los consumidores (o antirredondeo). Dos normativas ambiciosas destinadas a mejorarnos la vida o, como mínimo, a evitarnos algún que otro disgusto, como los que nos dan algunas compañías de servicios con sus malos ídem. El último caso que conozco es el de una usuaria a quien la empresa está cobrando los consumos de otro cliente por un error interno de su departamento de facturación. Le han pedido que sea ella la que comunique a la compañía el error por carta y con fotocopia del DNI (!). Así le darán de baja, subsanarán el error, y luego podrá solicitar –por carta, claro– de nuevo el alta. ¿Puede haber mayor desparpajo y cara dura? También empezaremos a notar este año el efecto del nuevo impuesto de la renta, que pagaremos en 2008. Y seguiremos atentos a las consecuencias de la desaforada ley de la propiedad intelectual, aprobada en junio pasado, que dio origen al denostado ‘canon digital’. Eso, por no hablar ya de la ley antitabaco, que ha cambiado la vida a millones de fumadores y al sector de la hostelería desde enero de 2006 y ha mejorado sustancialmente la de los que no le damos al tabaco.

* Asistiremos a nuevos juicios por corrupción, ya sean de la operación Malaya, del caso Andratx, de lío de Telde o de los múltiples casos de irregularidades urbanísticas que están siendo objeto de investigación o que están a punto de serlo. Y veremos cómo se resuelve en los tribunales la operación contra Forum Filatélico –ayer supimos que sus activos sólo cubren el 24,5% de los 3.800 millones de deuda que acumula– y Afinsa.

* El frenazo suave de las hipotecas y del encarecimiento de la vivienda es otra de las esperanzas con la que empezamos el año. Y más nos vale, porque los créditos hipotecarios rozan ya los 900.000 millones de euros y se acercan a los 950.000 millones del PIB español, o sea, del valor de lo que toda nuestra economía puede producir en un año. Y los tipos de interés mantendrán su senda ascendente en una coyuntura que, según todas las predicciones solventes, seguirá siendo favorable al crecimiento, aunque quizá a un ritmo bastante menor al actual.

Persiguiendo al comisario Almunia

«A la economía española le conviene un ajuste gradual». Lo dice Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, en la entrevista que hoy publica 20 minutos. La hice el viernes pasado, primero mientras lo acompañaba en su coche oficial por Madrid de camino a Atocha, y después andando por los pasillos de la estación hasta que llegamos a las puertas del AVE que lo llevaba a Córdoba. Y todo ello mientras soportaba los sudores causados por la intempestiva canícula otoñal madrileña: «¡Esto parece el Caribe!», exclamó el entrevistado, supongo que recordando los días plomizos de Bruselas, donde vive actualmente.

La previsión era que el comisario nos atendería a las 8.15 de la mañana en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid, donde asistía a un desayuno informativo con periodistas económicos. Y allí estábamos el fotógrafo del periódico, Jorge París, y un servidor esperándole, medio adormilados, desde las 8.00. Pero un pequeño retraso y las obligaciones del comisario no nos permitieron cumplir nuestro objetivo, así que no quedó otra que esperar a que acabara el desayuno hacia las 10.30, subirse al coche y perseguirlo por Atocha para poder ofrecer esa entrevista hoy a nuestros lectores.

Más riqueza, pero mal repartida

Magnífico artículo el que abría este domingo la sección de Economía del diario El País. Se trata de un buen retrato de la situación de la economía española tras diez años de crecimiento sin interrupción y el balance general que se extrae de la lectura del mismo es en general positivo.

El pulso de la economía española se acelera.

El ciclo de bonanza se alarga un año más, con un crecimiento que en 2006 se acercará al 4%.

Contra todo pronóstico, la economía española no ha levantado el pie del acelerador en 2006.

Aunque tener el «pulso acelerado» puede ser el síntoma de algún problema de salud, y si no «levantas el pie del acelerador» te acabarán quitando puntos del carné de conducir o, lo que es peor, tendrás un accidente de tráfico.

Lo cierto es que lo más valioso de este excelente trabajo no se encuentra en el texto de la información, sinó en dos cuadros resumen que sumados describen a la perfección el «buen-mal» estado de nuestra economía.

Muy prácticos tanto para aquellos que quieran defender la política económica del Gobierno,

como para los que estén más próximos a las tesis de la oposición.

A los que no pertenezcan a ninguno de estos grupos les recomiendo que sumen los dos: la conclusión es que crecemos mucho (inversión, Bolsa, empleo, renta…), pero esa riqueza se reparte mal (diferencial de renta con la UE, precariedad laboral, precios de la vivienda, inflación,…).