Perdonen la temeridad de declarar algunas intenciones

Decía Flaubert que hace falta tener talento para leer bien. Porque no basta con transitar desde la distancia y en modo vertical páginas impresas o en pantalla. Leer requiere un esfuerzo, muy bien pagado por cierto, pero un esfuerzo al fin y al cabo. Es también una elección: ¿Pongo la tele o abro un libro?

Samale/ O. Ayuso

Samale/ O. Ayuso

No vamos aun así a culpar a la tele del abandono frecuente de los libros. La responsabilidad y la elección es nuestra, no es el mando el que nos lleva hasta ese “no tengo tiempo para leer”. No caeremos en ese cinismo. Por eso también hace falta talento, elegir lo requiere. Y elegir bien… no digamos. 

Aún así… huyamos del elitismo. Porque este blog —o diario de lecturas o columna o historia de otras historias— es un intento de escapada de todo el esnobismo al que sí podemos responsabilizar de que muchos se hayan quedado sin una guía que no sean «anuncios en marquesinas».

Son tantos los libros que prometen ser “el mejor de los últimos tiempos” que no es de extrañar que tantos acaben desistiendo y entonces, sí, elijan no abrir un libro más. No hablemos ya de comprarlo porque… los precios no ayudan ni tampoco tanta «publicidad equívoca».

Lo que aquí queremos es que quien abra una obra se quede sin ganas de guardar la ropa y salir de ella bien peinado. Porque la auténtica lectura requiere de conciencias autónomas, de mentes no secuestradas. De almas tendentes al órdago, dispuestas a jugarse el todo por el todo sin previo aviso ni condiciones pactadas de antemano.

La literatura es algo así, decía Bolaño, como la lucha de un samurái contra un monstruo. Uno tiene que salir a pelear mentalizado de que lo más probable es que acabe siendo derrotado. Pero es preciso codiciar el combate cuerpo a cuerpo y prenderle fuego al miedo. Querer enfangarse y atreverse a alcanzar el borde del precipicio, si lo que realmente se quiere es terminar viendo —y sintiendo— algo.

Samale / O. Ayuso

Samale / O. Ayuso

Quienes bien la practican bien lo saben: no vale andarse con remilgos. Atrincherados en el altar de sus dormitorios conocen la recompensa: han visitado ya varias veces la tierra de los buscadores de la Fuente de la Eterna Juventud, la Ciudad Encantada de los Césares, El Dorado.

Por eso reconocen también lo que no es leer. Y saben que el asunto no va de acumular volúmenes en estanterías inertes ni de merodear como mercaderes por los círculos de la literatura oficialista.

Los lectores que aman la literatura son en su mayoría aquellos que un día decidieron poner toda la carne en el asador: aceptaron los riesgos y optaron por ver el mundo a través de esa lente de realidad aumentada que es la literatura. Algunos eligieron la evasión, el entretenimiento sin más, pero es que lograr tal fin es ya en sí, bien logrado claro está, una verdadera complicación para quien escribe. Recibir la aparente sencillez y huir del mundo es siempre fruto de una mano atenta, fuerte, con talento. Difícil saber qué es más complejo. No vamos a separarlo ni hacer aspavientos ante una novela que evada. Sí, en cambio, huiremos de lo barato y lo simple —que no lo sencillo—, la literatura de usar y tirar que tanto daño hace a otros que no ven ni verán la luz porque hay demasiados puestos ocupados.

Leer como consentimiento de las reglas de este juego que es en el fondo un acto de fe. Porque leer es creer: uno se pone en manos de sus autores y se deja mecer por sus historias. Y se imagina en otros cuerpos y en otras mentes, como habitante de mundos distintos. Se convence entonces de que la ficción puede ser un territorio mucho más potente que el tangible y de que la literatura, la metáfora, como decía Ortega, es probablemente la potencia más fértil que el hombre posee.

Conscientes de todo ello, nosotras no solo creemos que leer no mata y que su hábito hace más pequeña a la ignorancia. Sino que imaginamos la vida y la literatura como las caras de una misma moneda. De un mismo espacio que observamos como un laberinto babélico, como un universo en el que todas las combinaciones son posibles y en el que todos los libros que nos llamen la atención tienen cabida.

Buscaremos, por ello, no imponernos más limitaciones que la propia curiosidad. Y la necesidad de hablar de los títulos y autores que para nosotras tengan verdadero interés, sean de hace siglos o recién llegados. Hablaremos, y vamos ya a echarnos a la retórica, sobre lo que nos dé la gana para que este blog sea un sitio vivo y, sobre todo, libre.Malaysian children participate in "Read2008 : One Nation Reading Together" in Putrajaya

8 comentarios

  1. Ya lo decía el divino Burges. «Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca». Hablemos pues de libros. ¡Bienvenidas a la blogosfera!

    05 septiembre 2013 | 09:05

  2. Dice ser Lector

    El propósito es fantástico, por eso espero que no os limitéis a la narrativa y deis también un lugar al ensayo filosófico (especialmente el político), que a diferencia de muchos libros de ficción, intenta hacerse cargo del mundo que habitamos. La literatura de evasión, recurso fácil para el insatisfecho con el presente, para el apocado, para el desesperanzado, para el consumidor de libros, es el opio de las clases medias formadas.

    Estamos aquí y hemos de tomar las riendas de nuestros destinos, decididos y sin miedo. El camino es angosto y está flanqueado por una selva tenebrosa habitada por extraños seres. Los hobbits y los grises con sus cincuenta sombras son distracciones demoníacas que acechan entre esos bosques de la noche. Algunos jinetes caen en sus garras, cierto es, e ignoran una y otra vez la llamada del futuro; acaban desorientados y perdidos en el bosque, con la esperanza de que un Virgilio los rescate. El tigre, encendido en luz, deberá atenazar sus corazones y así avivar su valor, encender su ánimo y alumbrar sus espíritus. En sus rayados trazos pueden leerse letras salvajes.

    05 septiembre 2013 | 09:11

  3. Dice ser gato a los mandos

    El libro es caro y obsoleto. Ahora mismo el feroz esfuerzo de la industria editora por mantenerse viva en el formato papel, hace que haya unos precios salvajes, que se trasladan vergonzosamente al formato electrónico a pesar de ahorrarse gastos de distribución, producción y edición.
    A falta de reinventarse la industria literaria, se quedan atrás textos poco conocidos pero de mucha más fuerza que muchos betseller y pasan de largo adornando estanterías mientras que cientos de miles de ejemplares de basura se pasean y recomiendan a través de los medios. Y presos por nuestro bolsillo dejamos de elegir, para buscar lo que otros han dicho que es bueno, y perdemos visibilidad, y posibilidad, y capacidad de decidir sobre lo que leemos.

    Así, frente a la declaración de intenciones abro un tema a debate: ¿Son los libros en este momento un artículo de lujo? ¿Se ha convertido leer en el vicio de unos pocos?

    Escribe un consumidor de literatura que ralla la adicción, y que dejé de comprar libros porque, a dos por semana, era impensable mantener ese gasto, ni ese espacio en casa…

    05 septiembre 2013 | 09:14

  4. Dice ser P.incorrecto

    Según el que. Si solo lees la Razón y el 20mitutos quizás tu no te mueras pero tus neuronas si.

    05 septiembre 2013 | 14:06

  5. Dice ser Alejandro

    Señor Lector,

    Me hace gracia su comentario… Se las da de intelectual (y posiblemente así sea), y a pesar de ello trata con una carencia de respeto a las «clases medias formadas» que resulta insultante. Debería pararse a pensar que todos esos libros que tanto crítica han hecho más por la literatura de lo que su estrecha mente pueda llegar a ver. Esas novelas de «recurso fácil» para «insatisfechos» han acercado el maravilloso mundo de la literatura a muchos usuarios que utilizarían sus preciados ensayos filosóficos para limpiarse el culo. Seguro que con esa prosa con la que nos ha deleitado, le resultaría sencillo llegar a tener el éxito de escritores como Ken Follet o Noah Gordon, pero usted jamás rebajaría su intelecto a ese nivel…no???? Quizás es que tanto ensayo ha truncado su imaginación.

    05 septiembre 2013 | 14:35

  6. Dice ser Mariana

    Yo sobre leer poco sé, únicamente que a las dos lineas del articulo ya me ha aburrido.
    Me voy a leer lo del Grey famoso que para mentes planas vamos que chutamos.
    Que le vaya bien con esa mente superior.

    05 septiembre 2013 | 15:22

  7. Dice ser Alejandra

    Enhorabuena blogueras, ya veo que esta sección es nueva en 20 minutos, antes cuando trabajaba cogía el periódico, y ahora lo sigo en la web todos los días. Este comienzo me ha gustado. Aunque no lo parezca la gente lee y no es un artículo de lujo como dicen algunos, hay muchas tiendas de segunda mano en los que se puede comprar mucho más barato.

    05 septiembre 2013 | 16:40

  8. Dice ser P.incorrecto

    Para LECTOR

    Mira que he leído jilipollezes en mi vida, tengo más de 2000 libros, me gusta Investigación y ciencia y tengo la biblioteca científica Salvat con tropecientos mil investigadores. Y mogollón de clásicos. Pero jamás, jamás he leído algo tan pedante y absurdo como lo que defines como salvación del mundo mundial.
    Me da la sensación que tus libros son: la conjura Judeo masónica y la transmutación del alma del conejo.
    Vete a predicar a una columna en el desierto.

    05 septiembre 2013 | 18:54

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