Hablemos de natalidad en España, una de las cosas positivas en las que la inmigración suma y multiplica. Primero, un dato numérico para los que no están tan convencidos de ese aporte: de los niños nacidos en España entre 1996 y 2005, un total de 424.640 fueron hijos de parejas en las que al menos uno de los progenitores era de origen extranjero. La cifra representa más del 10% de todos los nacimientos que se produjeron en España durante esos años.
Pero no vamos a hablar de la tasa de fecundidad en España, en lugar de eso queremos saber qué pasa después con esos bebés-estadística. ¿Se imagina una niña de pocos meses pidiendo un permiso de residencia en España? Pues eso ocurre y no por culpa de este país, sino por las normas jurídicas que imperan en los países de origen.
La niña a la que hago mención se llama Regina Dávila y es hija de una pareja de mexicanos que reside con todas las de ley hace 3 años en Madrid. La pequeña, sin embargo, no tiene papeles, y le han asignado un día de abril, para que coloque las huellas en su permiso de residencia.
Eso es así porque algunos países siguen el principio ius sanguinis(derecho de sangre), y trasmiten la nacionalidad a los descendientes de sus nacionales, independientemente del lugar donde nazcan. República Dominicana, México y Nicaragua, del lado de Latinoamérica, están dentro de esa lista de países.
En el caso de Regina, la niña nació en España y la única opción fue registrarla como mexicana, pero para que la pequeña pueda permanecer aquí necesita tener un permiso de residencia, al igual que sus padres, y solamente al año de residencia podrá solicitar la nacionalidad española por el hecho de haber nacido en territorio español.
Pero mientras eso llega, los padres de la niña tienen que renovar cada mes una tarjeta de seguridad social, para que la pequeña pueda acceder a los servicios como la vacunación. Y si quieren sacarla del país deben solicitar un documento de viaje en la embajada mexicana. Filas, dinero, solicitudes, sellos, y un largo etcétera es lo que les espera a esta pareja de padres mexicanos. Y frente a eso, sólo paciencia.