
Días más largos, cambio de armario, manga corta… Efectivamente, la temporada de terrazas se puede dar por inaugurada. Y para hacerlo en condiciones hemos seleccionado una decena de ellas en Barcelona, combinando clásicos muy conocidos con nuevas aperturas y algún descubrimiento que merece figurar ya mismo en el mapa de imprescindibles de la ciudad.
Por si el buen tiempo no fuera excusa suficiente, durante estos días y hasta el 12 de junio se celebra la sexta edición de la Semana de las Terrazas de los hoteles de Barcelona, una agenda con más de 200 actividades en nada menos que 66 hoteles de la ciudad. Igual que en años anteriores, las actividades incluyen conciertos, clases de baile, juegos para niños… Además esta vez, como novedad, se incorporan a la lista de propuestas las actividades gastronómicas, como catas o talleres de cocina.
Pero más allá de las actividades especiales durante estos días, ahí va una selección con algunas de las terrazas más apetecibles de la ciudad. Para darse un capricho -nos ha quedado una selección con bastante glamour y no especialmente económica, la verdad-, descubrir las nuevas y volver a las que echábamos de menos desde el año pasado.
Barcelonas, las mejores vistas desde el Gran Hotel La Florida

Si la nota de una terraza se midiera por altura e historia, sin duda estamos ante uno de los nuevos referentes. Y es que el mítico Gran Hotel La Florida -situado en el Tibidabo y con las mejores vistas de la ciudad- acaba de ampliar su oferta gastronómica con el restaurante Barcelonas.
Al mando de la cocina, Iván Tarragó con una propuesta que revisa los clásicos canales pero con el toque internacional que siempre se busca en un hotel. Pero, con permiso de sus propuestas -gambón con mousse de hummus, bacalao con garbanzos masala…) y su comedido ticket medio -entre los 25 y los 30 euros-, las vistas desde el restaurante y la propia terraza son las auténticas protagonistas del lugar. Atentos también a la carta de cócteles y de tes helados.
Windsor, un clásico para las noches de primavera

Camino de cumplir los 20 años, el Windsor es uno de esos nombres instalados desde hace mucho en el imaginario de Barcelona. De aires clásicos, la terraza interior aporta un nuevo ambiente a uno de esos restaurantes a los que hay que ir o dejarse llevar. Además del menú de mediodía (unos 30 euros), por las noches, esta tranquila terraza -estamos en pleno centro, pero reina el silencio- luce incluso más con diferentes menús degustación a partir de 50 euros.
De la cocina se encarga Carlos Alconchel que, sin renunciar al recetario clásico ni al respeto por el producto, también hace guiños a los más atrevidos con platos como la original hamburguesa de vieira. De todos modos, en la carta no pueden faltar clásicos del Windsor como el arroz a banda, el steak tartar de filete cortado a cuchillo, los pies de cerdo rellenos de butifarra del Perol, o su famosa crema catalana. Por cierto, la espectacular carta de vinos (450 referencias y 150 licores), este año se ha puesto al día en versión digital para hacer un poco más sencilla la elección.
Salt, a pie de playa

Para quienes prefieran el mar a las alturas, las propuestas de Salt en el hotel W ya forman parte de la tradición cuando empieza el buen tiempo. Informal pero con el estilo propio de esos lugares a los que se va también para dejarse ver, los cócteles y las hamburguesas son los protagonistas de este espacio que cuenta con una terraza (beach club) de 150 metros e incluso zona de tumbonas en la arena de la playa.
Abierto todos los días, los más madrugadores podrán plantarse en la playa a las 10 de la mañana -si el clima acompaña- y alargar el día hasta la 1 de la madrugada en este mismo espacio o en la zona de restaurante. Una comida con vistas a la playa, una cena tranquila, un cóctel de noche… hay tiempo para todo. Y días, que la primavera acaba de empezar.
Skybar, cena con vistas en el hotel Grand Central

Hay que perder el miedo a los hoteles, traspasar esa especie de frontera que es la recepción y aprovechar los restaurantes y terrazas que ofrecen y que no son exclusiva de los turistas. En el caso del hotel Grand Central -situado en la siempre bulliciosa Via Laietana de Barcelona- la lista de deberes es doble. De entrada, descubrir la cocina de su City Restaurant, que cuenta desde el otoño pasado con el chef Alberto Vicente al mando de los fogones, y que ofrece un interesante menú de mediodía (22 euros) y otras propuestas con menús degustación y de mercado.
Pero cuando cae la tarde hay que subir a la última planta para descubrir una de las mejores terrazas de la ciudad: Skybar. Tal vez sea su piscina o las vistas sobre el barrio del Born, pero cuando atardece acabar aquí el día es un plan inmejorable. Y quedarse a cenar, también.
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