Aunque también hay procesiones y cofradías, lo cierto es que en Bilbao la Semana Santa no se vive con la misma pasión que en otras zonas. Al menos si hablamos de fervor religioso, porque cuando se trata de comer, la cosa se pone más seria. ¿Nada de carne? ¿Ayuno y abstinencia? Parece que en el botxo hay una forma alternativa de celebrar estos días que, como no, son también una buena excusa para comer.
Y es que, desde hace ya ocho años, la Taberna Plaza Nueva organiza su particular procesión de pintxos durante estos días. Situada en la plaza más conocida del Casco Viejo bilbaíno, y lugar de peregrinaje habitual cuando se trata de tomar algo o comer unos pinchos, cuando llegan estas fechas el local cambia su decoración y barra para, entre capirotes de nazarenos y emblemas de cofradías, transformar su barra en un original paso de Semana Santa.
Nueve pintxos dedicados a otras tantas cofradías de Bilbao -nos cuenta desde el otro lado de la barra Jon de Miguel- conviven con los habituales de la barra, que también se adaptan a la temporada con algún que otro guiño: pimientos rellenos colocados de punta sobre el pan, triángulos de maíz decorando las gildas, o cruces de pimiento, esperan en la barra.
Es mediodía y el local está a tope. Aquella imagen del Bilbao desierto en Semana Santa hace ya tiempo que ha cambiado, al menos en el centro de la ciudad. Jon y su hermano Txema despachan a buen ritmo a locales y turistas que a estas horas pasean por la Plaza Nueva aprovechando el sol. No siempre llueve en la capital del mundo.