El Ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha ido demasiado lejos: decir lo mismo que desde hace años recomienda la OMS y las evidencias científicas sobre el consumo de carne. Cabría suponer que ese es parte de su trabajo pero, por lo visto, en 2021 lo de la carne sigue siendo tabú en España. Uno de los países, y aquí radica parte del problema, donde más carne comemos.
Al menos para quienes anteponen el negocio a la salud y el medioambiente. Y para los políticos que aprovechan cualquier excusa para hacer su particular campaña. Da igual lo que diga la ciencia, repiten algunos abanderando una supuesta libertad, nadie te puede decir que comas menos carne.
A estas alturas no habría que explicarlo, porque es un tema de sobra conocido. Pero por si queda algún despistado lo repetiremos una vez más: cuanta menos carne comas, mejor para tu cuerpo y para el planeta. Y para los animales, claro. Pero incluso sacando esa parte de la ecuación, si el mensaje animalista no interesa, la conclusión es la misma.
El 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, mientras que para que tengamos 1 kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua.
De ello os hablo en este vídeo:#MenosCarneMásVida pic.twitter.com/wMDOd1GI8J
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) July 7, 2021
Nadie ha dicho que haya que dejar de comer carne, sino que el camino pasa por comer menos carne. Y mejor, a ser posible. Algo que, sorpresa, tampoco le gusta escuchar a la ganadería industrial y a quienes se empeñan en hacer creer que el cerdo nace en las bandejas de plástico del supermercado.
Que el mensaje de Garzón no iba a gustar a los de siempre estaba cantado. En un país donde todavía hay que discutir que el alcohol no es bueno, donde algunos se enfadan si les dicen las copas que pueden beber al conducir, e incluso se cuestiona que haya que poner freno a la publicidad de alimentos insanos para niños, lo de la carne es de primaria. Y algunos siguen en la guardería.
Lo que era menos previsible es que el propio Presidente se pronunciara sobre el tema para, básicamente, intentar quedar bien con todos y acabar quedando regular con el sentido común.
“Un chuletón al punto es insuperable”, ha comentado Pedro Sánchez en un torpe intento por quitarle importancia al asunto y jugar a la equidistancia entre lo evidente y el mercado. El ganadero y el electorado.
Y es que, por mucho que nos guste el chuletón, es perfectamente compatible con lo dicho por el Ministro de Consumo. Y esa es la parte que se le olvidó a Sánchez: recordar que el tema no es si te gusta o no la carne, sino que lo ideal es comer menos.
Es lo que tienen la ciencia y la salud, que a veces no van de la mano del mercado. Pero queremos pensar que el papel de los políticos en general, y de los presidentes en particular, es defender lo primero, por mucho que eso enfade a la industria ofendida de turno.
A los otros, los abonados a la polémica semanal por el motivo que sea, les da igual que hablamos de carne. Si Garzón dijera que es recomendable respirar, posiblemente también lo criticarían asegurando que nadie les va a decir a ellos si tienen o no que respirar.
Y, por cierto, Pedro, el chuletón mejor poco hecho. Y de vaca vieja.