“No a los corazones, sí a los chicharrones” es su grito de guerra cada 14 de febrero desde hace años. Ana Vega -más conocida como Biscayenne, y habitual de la casa- se propuso hace tiempo acabar con las clásicas cursiladas de San Valentín y, a base de grasa rica, convertir la fiesta más edulcorada del año en San Pancetín.
Una propuesta que por aquí secundamos cada año, pero que esta vez ha ido un paso más allá en Bilbao. Y es que, con el apoyo de la singular Academia del Cerdo Txarriduna, durante estos días se están repartiendo pintxos de panceta a la plancha en el Café Lago, uno de los clásicos del Casco Viejo bilbaíno.
Según explicaron los autoproclamados “activistas anti-San Valentín” durante la presentación de esta original iniciativa, la idea es honrar a San Pancetín y celebrar esta onomástica alternativa como forma de salir al paso de las cursilerías típicas de estas fechas. “El cerdo es amor, lo demás puro marketing”, apuntaron Vega y Boni García, miembros de la citada academia dedicada al cerdo.
Así, durante todo este fin de semana, la iniciativa -con la que sin duda la OMS no estaría muy de acuerdo- contempla repartir en este céntrico bar (Correos, 3) nada menos que 100 kilos de panceta ibérica a todos los que se acerquen por allí.
Para los que Bilbao les quede un poco lejos, también pueden animarse a compartir sus propias recetas porcinas con el hashtag #SanPancetín.
Claro que el amor y el cerdo también pueden ser compatibles con el romanticismo en San Valentín. Al menos eso es lo que aseguran en Sizzl, la red social pensada para que los amantes del bacon encuentren su pareja ideal.