Ni encurtidos ni banderillas parecen ligar bien con el concepto gourmet. Aceitunas, cebolletas, pepinillos y compañía siempre han sido un tapeo popular, asequible y sin ínfulas gastronómicas.
De eso se trata, en realidad, de mantener esa filosofía pero convirtiendo los encurtidos y todas sus posibles combinaciones -muchas más de las que igual imaginamos- en un producto de calidad.
Una especie de revolución del encurtido que comenzó hace ya unos años en un puesto del Mercado De la Villa de Vallecas y que ahora llega a todo el país de la mano de la tienda online de Bombas, lagartos y cohetes de Vallekas. Con k, sí, así lo escriben ellos.
“Tenemos nombre de establecimiento pirotécnico. Colorido, divertido y cañí, igual que nuestros productos”, explican los responsables de este puesto de mercado que se definen como banderilleros de segunda generación.
Pese a que a la vista del cuidado diseño de los productos que llegan a casa o de la imagen gráfica de la marca podría parece que estamos hablando de la última ocurrencia hipster en el mundo de la gastronomía, la historia de esta tienda se remonta a 1965, cuando abrió sus puertas el mercado y, con él, la correspondiente tienda de encurtidos que no puede -no debe- faltar en ningún mercado que presuma de serlo.
Estas tres banderillas (bombas, lagartos y cohetes) no tardaron en convertirse en la especialidad de El Aperitivo, el susodicho puesto del mercado, y desde hace años Kike Martínez y Bea Vinaches se encargaron de demostrar que un palillo daba para mucho más y que admitía nuevos ingredientes y combinaciones.