Suena a moderno, pero en realidad no tiene nada de nuevo: cocina lenta, sin prisas, de esas de chup-chup de toda la vida. Así que nada de asustarse con eso de slow cooker porque hablamos simplemente de una olla de cocción lenta. Igual el angilicismo, en este caso, suena mejor.
Pero aunque no sea nuevo, desde hace un tiempo se ha convertido en uno de los aparatos de moda en la cocina. Así que, quienes se hayan encontrado una debajo del árbol o estén planteándose incluirla en la carta a los Reyes están a punto de asomarse a un mundo en el que puedes cocinar más despacio y dedicándole menos tiempo.
¿Cómo se entiende eso? Para descubrirlo hemos hablado con Marta Miranda, autora del libro Slow Cooker, del blog Crockpotting, y nuestra gurú favorita cuando hablamos de recetas en estos aparatos.
¿Por qué una olla lenta en nuestra cocina mejorará nuestra vida o, al menos, nuestros platos?
Si pones un slow cooker en tu vida, ésta puede mejorar mucho en el aspecto glotón, y también puedes ahorrar tiempo en la cocina sin sacrificar la calidad de tus comidas, incluso aumentándola. La cocción lenta es perfecta para elaborar guisos de legumbres, trata muy bien las carnes de segunda, que salen melosas y tiernas, y se le puede sacar mucho partido para otras elaboraciones. Además, permite cocinar sin prestar atención, y eso, en estos días, es una gran ventaja.
Pero tampoco sirve para todo, ¿verdad?
No sirve para freír, para cocer arroz, ni para gratinar. No hay ningún electrodoméstico que sirva para todo, y la olla de cocción lenta no es una excepción.
Suena a algo muy moderno, pero en realidad en el libro los guisos de toda la vida tienen gran protagonismo
No es nada moderno, se inventó en los años 50 y se empezó a comercializar en los 70 en Estados Unidos. En España llevamos un poco de retraso con el slow cooking y nos parece una novedad ultrasónica, pero es algo muy entroncado con la cocina tradicional, los guisos y el chup chup.