Hoy termina una de las épocas más convulsas en la reciente historia política de Estados Unidos. Y es que si algo no es discutible, más allá de ideologías o partidos, es que la presidencia de Donald Trump ha sido trepidante -por llamarlo de algún modo- desde antes incluso de comenzar hasta el último minuto.
Mucho se ha escrito estos días sobre el legado de estos cuatro años y sobre el trabajo que la administración de Joe Biden y Kamala Harris tienen por delante. Y aunque es verdad que no es comparable con temas como la salida de Estados Unidos de la OMS -por citar un ejemplo-, lo cierto es que este mandato también ha dejado unos cuantos titulares entre curiosos y estridentes relacionados con Trump y la gastronomía. O la comida rápida. O lo que sea. Repasamos algunos de ellos.
Trump y la coliflor
Los gustos de Donal Trump a la hora de comer han llenado centenares de titulares durante estos cuatro años. Antes incluso de las elecciones que le hicieron presidente, ya se hablaba de su pasión por la comida rápida. Y no es solo que le gusten las hamburguesas o el pollo frito sino que, como él mismo ha explicado, es un firme defensor de las cadenas de comida rápida porque le parecen más limpias y seguras que un restaurante al uso.
¿La carne? Muy hecha, por supuesto. ¿La comida mexicana? Solo para la foto y, en realidad, productos industriales Tex Mex. ¿Verduras? Pues no se le ha visto nunca comiéndolas y, de hecho, su médico asegura que le escondía coliflor en el menú para que se la comiera.
Gastronomía digna de un niño de 5 años malcriado para un señor con acceso al botón nuclear. ¿Qué puede salir mal?
Pasta, queso en spray y menús escolares
Por supuesto, esa visión de la alimentación va mucho más allá de lo anecdótico. Porque una cosa son los chistes con sus negocios fracasados de filetes congelados o del vodka Trump -no es broma ninguna de las dos cosas- y otra ver las decisiones de su gobierno en un tema tan delicado como la alimentación en los colegios.