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Alberto Nadal debe revisar sus datos sobre las renovables

Carlos Bravo – Coordinador del Secretariado Técnico de la Alianza Mar Blava

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Hace unos días leí que el actual Secretario de Estado de Energía en funciones, Alberto Nadal, quiere ser ministro de Energía y Cambio Climático, la nueva cartera que el Partido Popular parece estar perfilando de cara a un posible futuro gobierno en esta legislatura.

La noticia tiene una parte buena y una mala. La buena es que el PP parece haber asumido ya algunos de los planteamientos de la Fundación Renovables, la cual reclamó públicamente, el pasado mes de abril, la necesidad de que en esta legislatura se creara un ministerio de Energía y Cambio Climático. Ese ministerio, si estuviera dotado con todas las competencias en la materia, permitiría acoplar la política energética con el desafío del cambio climático, cosa que hasta ahora no se ha hecho en España. Su primera misión debería ser la de elaborar una eficaz Ley de Transición Energética, que permita eliminar los obstáculos de todo tipo que se interponen en la meta de alcanzar un sistema energético eficiente y 100% renovable.

La parte mala es que, si ese ministerio recayese finalmente en Alberto Nadal, sería poco menos que inservible, porque, conociendo los planteamientos energéticos que defiende el Sr. Nadal, es seguro que no se avanzaría hacia esa meta, sino todo lo contrario. No en vano, Alberto Nadal ha sido uno de los principales artífices de la nefasta política energética desarrollada por el gobierno de Rajoy en estos últimos años, caracterizada por ignorar el potencial del ahorro y la eficiencia energética, torpedear el desarrollo de las renovables y favorecer la permanencia de los combustibles fósiles y la energía nuclear en el mix energético español y, de paso, lograr que España haya aumentado sus emisiones de CO2 en 2015.

Hace unos días, en este mismo blog, Domingo Jiménez Beltrán lamentaba que Alberto Nadal, pudiera seguir mintiendo, impunemente, sobre las energías renovables, al mantener, en un foro energético recientemente celebrado, su habitual mantra de que las renovables siguen siendo más caras que las energías convencionales y que habrá que esperar hasta 20 años para revertir la situación.

Como afirmaba Jiménez Beltrán, todos los informes de situación y tendencias del sector energético contradicen esa afirmación del Sr. Nadal, puesto que en ellos se puede comprobar que en 2015 ya se han realizado más inversiones en generación eléctrica de fuentes renovables que en cualquier tipo de fuente energética convencional.

En efecto, también en el riguroso informe “The World Nuclear Industry Status Report 2016”, de Mycle Schneider, Antony Froggatt y colaboradores, recientemente publicado, se puede comprobar, otra vez más, que las renovables son las fuentes de energías más pujantes, las que más están creciendo y las que tienen un futuro más prometedor.

Así, como destaca este informe, en 2015 la inversión mundial en energías renovables alcanzó un récord histórico de 286.000 millones de US$, superando el máximo anterior de 2011 en un 2,7%. China invirtió el año pasado en renovables más de 100.000 millones de US$, casi el doble que en 2013. Chile y México entraron por primera vez en el Top Ten de inversores en renovables, duplicando ambos su inversión en estas energías con respecto al año anterior. Un importante impulso a la inversión energías renovables también se dio en la India (con un crecimiento del 44%), en el Reino Unido (en su caso, aumento del 60%) y en los Estados Unidos (incremento del 21,5%). En comparación, las decisiones de inversión en nuevas plantas de energía nuclear a nivel mundial fue un orden de magnitud inferior al de las inversiones en energías renovables.

Siguiendo la comparación entre las renovables y la energía nuclear, en cuanto a potencia instalada, los 147 GW de energía renovable instalados en 2015 representaron más del 60% de las adiciones netas de capacidad mundial de generación de energía. La energía eólica y la solar fotovoltaica tuvieron aumentos récord por segundo año consecutivo, lo que representa alrededor del 77% de toda la capacidad de energía renovable añadida, con 63 nuevos GW en energía eólica y 50 GW en energía solar, en comparación con un aumento de 11 GW en energía nuclear.

China continuó la aceleración de su despliegue de energía eólica con 31 GW añadidos en 2015, casi el doble de la cantidad que instaló en 2013, y alcanzó en 2015 un total de 146 GW de capacidad eólica instalada, excediendo así significativamente su objetivo inicial de 100 GW eólicos para 2015. China añadió también 14 GW de energía solar y logró superar a Alemania como el mayor operador solar mundial, aunque, lamentablemente, comenzó hasta 7,6 GW de nueva capacidad nuclear, lo que supone más del 68% del aumento global, que el país asiático acapara casi en solitario.

Desde el año 2000, se han añadido 417 GW de energía eólica y 229 GW de energía solar a las redes eléctricas de todo el mundo. Paralelamente, teniendo en cuenta el hecho de que 37 GW nucleares se encuentran actualmente en parada de muy larga duración (LTO), la capacidad nuclear operativa mundial cayó en 8 GW.

En cuanto a producción de electricidad, el crecimiento anual en 2015 de la generación mundial de energía solar fue de más del 33% y la de energía eólica se incrementó en más del 17%, mientras que la de energía nuclear aumentó tan sólo un 1,3%, y ello debido exclusivamente a China.

Desde 1997, cuando se firmó el Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, al año 2015, a nivel mundial, la producción eléctrica con energía eólica se ha incrementado en 829 TWh, con energía solar fotovoltaica en 252 TWh, y, en comparación, con energía nuclear, sólo en 178 TWh.

En el país que más está apostando en los últimos tiempos por la energía nuclear, es decir China, en 2015 (al igual que en los tres años anteriores) la producción de electricidad a partir del viento (185 TWh) superó a la de la energía nuclear (161 TWh). El mismo fenómeno se observa en la India, donde la energía eólica (41 TWh) superó a la nuclear (35 TWh) por cuarto año consecutivo. Del consumo total de electricidad de Estados Unidos, el 8% fue generada por energías renovables no hidráulicas en 2015, frente a un 2,7% en 2007.

Las cifras de la Unión Europea ilustran el rápido declive del papel de la energía nuclear: durante el periodo 1997-2014, el viento produjo 303 TWh adicionales y la solar 109 TWh, mientras que la generación de energía nuclear se redujo en 65 TWh.

En resumen, los datos de 2015 muestran que la generación de energía a base de energías renovables está disfrutando de un rápido y continuado crecimiento, mientras que la producción de energía nuclear, con exclusión de China, se está reduciendo en todo el mundo.

De acuerdo con los autores del citado informe, los plazos de entrega cortos, su fácil fabricación e instalación y la producción en masa rápidamente escalable, son factores clave que explican el acelerado ritmo de implantación de las energías renovables. Su alto nivel de aceptación y la rápida caída de los costes del sistema acelerarán aún más su desarrollo en los próximos años.

No sabemos si Alberto Nadal será ministro de Energía y Cambio Climático, pero, si quisiera serlo sin hacer el ridículo internacional, por lo menos debería actualizar sus datos sobre energías renovables y ponerse a la altura de los nuevos tiempos, más aún después de la firma del Acuerdo de París.