Entradas etiquetadas como ‘Minería’

La prueba del carbón…. ¡perdón!, del algodón

Por Sergio de Otto – Periodista especializado en energía

carbón

Sobre el papel, es decir, por los compromisos de los programas electorales o por el discurso de los líderes de todos los grupos de la “oposición en funciones”, podríamos pensar que tenemos un Congreso de los Diputados en el que existe una amplia mayoría que quiere avanzar decididamente hacia un modelo energético más sostenible. ¿Decididamente? ¿Seguro?

Por contraposición a lo que ha sido la nefasta “no política” energética del PP, desde Bildu hasta Ciudadanos todos coinciden, con más o menos entusiasmo, con más o menos convicción (inequívoca en el caso de Equo) en señalar que tenemos que ocuparnos de “eso del Cambio Climático” empezando por cambiar el modelo energético. “Transición energética”, “apuesta por las renovables”, “movilidad sostenible”, “reducción de emisiones”, son términos, conceptos que manejan con frecuencia cuando hablan de energía. Incluso Ciudadanos logró arrancar al PP una ligera renuncia al tema del vergonzante “impuesto al sol” aunque fuera con una ambigua, muy ambigua, redacción en su infructuoso pacto de investidura.

El problema es que una cosa es hablar con un vocabulario distinto del que ha empleado el Gobierno estos últimos cuatro, ¡no, ya casi cinco años!, y otra es llevar a cabo una política “decidida” para cambiar el modelo energético, por decir en tres palabras la tarea que tenemos por delante, tan necesaria como viable, tan viable como oportuna.

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Políticos valientes, den un paso al frente: ¡Sí a la transición justa y ECOLÓGICA del carbón!

Por Tatiana Nuño – Responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace

Detención del mercante C. Summit en Tarragona

El pasado 27 de Mayo la Comisión Europea hizo pública la aprobación del plan de cierre de la minería de España y por hablar con claridad y sin engaños quiero explicar que este plan, lejos de lo que podemos leer y oír en los medios de comunicación, no es algo repentino que al gobierno en funciones se le haya ocurrido de repente y haya negociado por su cuenta, sino que responde a la Decisión del Consejo 2010/787/UE, de 10 de diciembre, relativa a las ayudas estatales destinadas a facilitar el cierre de minas de carbón no competitivas hasta 2018.

O dicho de otra manera según esta Decisión del año 2010, las ayudas a la minería del carbón se podrían prolongar hasta 2018 para las unidades de producción de carbón cuyo cierre estuviera planificado para ese mismo año y estaban sujetas a un plan de cierre que deberían presentar a la Comisión Europa. En Diciembre de 2013 España presentó el primer plan de cierre, negociado con sindicatos y patronal del carbón, pero fue rechazado precisamente por no contemplar específicamente el cierre de ninguna minería.

Por fin parece que la CE ha aprobado el plan de cierre y 2.130 millones en ayudas para la clausura de las minas de carbón, aprueba además las ayudas que se han dado hasta ahora, eso sí siempre condicionadas al cierre en 2018 a más tardar o de lo contrario tendrán que devolver las ayudas recibidas.

Sorprendentemente y contrario a toda normativa comunitaria, los sindicatos CCOO y UGT de Industria, junto con los empresarios del carbón reaccionan ante esta situación presentando hoy un documento donde piden a los representante de todos los grupos políticos y gobiernos autonómicos que firmen para la defensa de la minería del carbón.

El acuerdo que presentan no sólo pide contradecir la Decisión de la CE prorrogando las subvenciones a la extracción del carbón más allá de 2018, sino que también piden  subvencionar la quema del carbón nacional, lo que sería una ayuda de Estado y que por tanto habría que acabar devolviendo y piden que se les de dinero público a las eléctricas, propietarias de las térmicas, para que puedan realizar las modernizaciones para cumplir los límites de emisiones que marca la ley. Es decir una batería de medidas ilegales que además pretenden que paguemos todos los ciudadanos con los Presupuestos generales del Estado.

Por todas estas razones esperamos que den un paso al frente con valentía los partidos que se presentan a las próximas elecciones del 26J, los gobiernos autonómicos y los grupos políticos de los parlamentos autonómicos donde hay cuencas mineras y no firmen ni apoyen este acuerdo.

Desde Greenpeace bien nos damos cuenta de que hay que ser valiente para trabajar en alternativas sostenibles y para no subirse al carro del mensaje electoralista y simplista del carbón, pues revisando el panorama que hemos vivido en los últimos meses tanto en las Comunidades Autónomas como en el Congreso, cada vez que alguien salía tímidamente apoyando propuestas alternativas para las cuencas mineras, era lamentable ver como los otros grupos se le tiraban encima como leones hambrientos tachándoles de no apoyar un futuro para las personas.

Políticas y políticos de España, este mensaje es para ustedes: el verdadero futuro para las personas y las cuencas mineras es el de la transformación ecológica y social, porque seguir apoyando la quema de carbón y su extracción, no es ni futuro, ni cambio.

Les propongo hacer un acuerdo real y de futuro que incluya:

El cierre de todas las térmicas de carbón para el año 2025, como ya han hecho otros países, pues con esto veremos la reducción progresiva del uso de carbón desde ya y se acelerará la transición hacia un futuro 100% basado en energías renovables.

Un plan de transición justa y ecológica para las cuencas mineras.

Rechazar cualquier ayuda pública a las grandes eléctricas propietarias de las térmicas de carbón.

Eliminar cualquier subvención a los combustibles fósiles tanto importados como nacionales y penalizarlos por ser contrarios al Acuerdo internacional del clima de París e internalizar los costes que causa por los daños a la salud y por los impactos del cambio climático.

La energía secuestrada

Mariano Sidrach de Cardona

Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga 

La aprobación por la Comisión de Industria del Congreso de la Proposición no de Ley para subvencionar el uso de carbón nacional en las centrales térmicas pone de manifiesto el grave problema que tenemos en este país en lo referente a qué modelo energético queremos tener.

Espero que estas reflexiones ayuden al necesario debate social en este tema.

Las sociedades actuales están basadas en el conocimiento científico y la innovación tecnológica. Las tecnologías viejas van dejando su lugar a las nuevas, más eficientes, más rentables y menos contaminantes, en un proceso que muchas veces supone la destrucción de modos de vida, de privilegios económicos y también de poder político. Este proceso hace que se produzcan avances y que las sociedades prosperen, pero también significa amenazas en el modo de vida de aquellos que trabajan con tecnologías que han quedado obsoletas o que obtienen beneficios de las mismas.

Central térmica de carbón

Es normal que aquellos que ven amenazado su modo de vida, intenten aferrarse a su pasado y se resistan a ver cómo se pierde una actividad que han estado desarrollando durante generaciones. Supongo que la misma sensación tuvieron en su día aquellos que trabajaban con coches de caballo cuando empezaron los vehículos a motor o los que bajaban hielo de los neveros de la sierra ante la aparición de los frigoríficos, por poner algunos ejemplos.

Hay que recordar, además, que las centrales térmicas generan grandes beneficios a las compañías eléctricas y habría que preguntarse si es razonable seguir importando carbón para el mantenimiento de estas centrales, que tanto perjudican el medioambiente, cuando no aprovechamos los recursos renovables de los que disponemos de forma gratuita.

En este contexto, la pregunta es si con el estado actual de la tecnología es razonable mantener la actividad minera para extraer carbón para producir energía eléctrica.

Yo no encuentro razones convincentes. En España tenemos una potencia instalada en centrales térmicas de carbón de 10.972 MW que han cubierto en 2014 el 16,5% de la demanda de electricidad. Si miramos la capacidad actual que tenemos de generación eléctrica, que es excedentaria en un 30%, no parece que exista problema si prescindimos de ellas. Además, disponemos de tecnologías renovables y limpias que pueden sustituir a las centrales térmicas de carbón y generar electricidad a precios competitivos.

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Ni «pedos» en el metro ni carbón en el mix energético

juancastromini

Juan Castro -Gil – Secretario de ANPIER 

¿Aceptaríamos que la gente se tirase constantemente pedos en el metro? Sí, ya sé que la evacuación de los gases de nuestro intestino es imprescindible, pero ¿te parecería bien que no existiesen normas de buen comportamiento que nos hiciesen mantener cierta disciplina en nuestros esfínteres evitando una catarsis masiva de detonaciones repletas de oloroso metano mientras vas leyendo este irreverente artículo entre parada y parada? Evidentemente no.

Hubo un tiempo en que se dejaba fumar en los medios de transporte públicos. Recuerdo perfectamente cómo de las últimas diez filas de asientos de los autobuses salía una humareda increíble que por supuesto, se extendía a la parte delantera, sucumbiendo a la nube tóxica el resto de pasajeros, niños incluidos.

La sociedad ha ido evolucionando hacia comportamientos menos agresivos con nuestro entorno directo. El problema es que únicamente reaccionamos cuando los efectos se despliegan de forma inmediata en nuestras narices. Sin embargo, cuando las incidencias son menos visibles y, además, afectan de algún modo a nuestros hábitos cotidianos o incluso a nuestra cartera, parece como que nuestro nivel de permisibilidad asciende hasta el infinito.

El planeta entero es un medio de transporte mucho más pequeño de lo que pensamos. Nuestro sistema de generación energética, en manos de muy pocas personas, está basado fundamentalmente en tecnologías muy contaminantes y, sin embargo, una enorme mayoría de personas mira hacia otro lado. En algunas ocasiones, por desconocimiento –seguramente inducido–, en otras por intereses más sucios que los residuos que provocan.

Me sorprende como algunos justifican la perpetuación de políticas contaminantes con argumentos sociales y de derechos de los trabajadores de algunos territorios. ¿Es que tan poco hemos aprendido de comportamientos anteriores? ¿Es que no somos capaces de ver que la transición hacia la descarbonización de la generación eléctrica tiene que ser una oportunidad de cambio real para las zonas que siempre han vivido vinculadas al carbón y que es preciso darles expectativas reales y limpias de futuro y no mantenerlos siempre en el mismo bucle imposible?

Es evidente que el camino no será fácil, pero si no empezamos a exigir que los políticos, nuevos y viejos, dejen de permitir las flatulencias en el metro, es mejor que empecemos a acostumbrarnos a que nuestro viaje vital sea mucho más desagradable de lo que imaginamos.

Josefa Celestín

  • Imagen: Josefa Celestín