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¡Pasos valientes por el cambio en la cumbre del carbón de hoy!

Por Tatiana Nuño – Responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace

Hoy se celebraba en Madrid la firma del acuerdo para apoyar el uso del carbón en un evento organizado por los sindicatos de Industria de CC. OO. y UGT junto con los empresarios del carbón.

De los partidos principales que se presentan a las próximas elecciones generales, solo el PSOE y Ciudadanos han firmado dicho acuerdo.

Children in Dharnai Village in India

A menos de tres días para que comience oficialmente la campaña electoral, desde Greenpeace queremos reconocer la valentía de Podemos e IU para dar una paso firme y valiente y posicionarse ante la delicadísima situación del carbón nacional, apostando así por alternativas, diversificación económica y un futuro viable y diferente. Podemos en concreto ha sido claro en sus declaraciones al rechazar el sistema de ayudas al carbón y pedir «mano dura» para este mineral de importación.

Me atrevo a decir que con la no firma de IU y Podemos, la nueva coalición Unidos Podemos (Podemos-IU-Equo y otras formaciones) se atreve a romper con algunos de los viejos tópicos establecidos y comienzan a hablar del carbón desde las alternativas, apoyando y defendiendo un futuro más sostenible y una transición justa para todas y todos.

Tampoco lo firma el PP, por ser precisamente un acuerdo que insta al gobierno en funciones a luchar para modificar la normativa europea y que haya ayudas al carbón más allá de 2018. Quiero volver a recordar que la reciente publicación de la CE responde a las subvenciones que se han concedido para un cierre planificado de la minería de carbón en España y que estaba pendiente desde 2010 y lo repito porque sigo oyendo que las ayudas eran para que las minas fueran competitivas, pero no, ese nunca fue el objetivo de las ayudas,ni tampoco es el de las ayudas que acaban de aprobar recientemente. Las ayudas son para incentivar el cierre y diversificar una economía sostenible.

Sorprendente que tanto el PSOE como Ciudadanos firmen dicho acuerdo, que como explicaba en mi anterior post  supone una batería de medidas ilegales que no ayudan en nada a garantizar un futuro viable y una economía alternativa para las personas que habitan en las cuencas mineras. Sorprendente además porque Ciudadanos ha manifestado en varias ocasiones el rechazo a las subvenciones al carbón y a pesar de haberse declarado en contra de la bonificación, firman un documento que pide ayudas con dinero público más allá de 2019 y que paguemos todos por las obras para la modernización que las centrales térmicas tienen que realizar para poder seguir operando cumpliendo con la normativa de emisiones.

Por otro lado sigo sin entender cómo es posible compaginar el programa electoral del PSOE que apuesta por frenar el cambio climático y una descarbonización del sistema energético apoyando a la vez las subvenciones al carbón y las ayudas a las térmicas.

¿Y por qué es importante acabar con las subvenciones al carbón?

Primero porque si queremos cumplir el compromiso asumido en el Acuerdo internacional del clima de París y sumar todos los esfuerzos para mantenernos lo más alejados posible del aumento de 2 ºC de temperaturas hay que acabar con las subvenciones al carbón y cualquier combustible fósil igual que no se puede permitir ningún financiamiento público a proyectos para la quema de carbón.

Y segundo, porque de las 18 centrales térmicas en las que se quema actualmente carbón en España, 8 de ellas (sin contar las dos que ya han cerrado) se construyeron para quemar el carbón que se extraía en las minas cercanas. Pues estás 8 térmicas gracias al Real Decreto del carbón por el que se las incentivaba por quemar carbón nacional, además de tener entrada preferente en el mercado eléctrico han ingresado más de 4.000 millones de euros en el periodo que duró dicho Real Decreto (2011-2014). Y no nos engañemos, estas térmicas propietarias de las grandes eléctricas, no sólo quemaban carbón nacional, sino que lo mezclaban con carbón importado, siendo esta mezcla con un porcentaje cada vez mayor de carbón importado.

Es muy probable que sin más subvenciones, ni para quemar carbón ni para sus obras de modernización vayan cerrando en los próximos años, así casi el 45% de la producción de electricidad con carbón podría cerrarse en el corto plazo, lo que estaría muy en la línea para la transición hacia un futuro basado sólo en energías renovables, frenar los peores impactos del cambio climático y mitigar los problemas en la salud por contaminación del aire.

Por supuesto sigue siendo imprescindible en cualquier programa electoral para las próximas elecciones concretar un plan con fecha de cierre para el año 2025 de todas las térmicas de carbón en España que ante todo incluya un plan de cierre justo para la minería de carbón garantizando empleos sostenibles.

Otros países como Gran Bretaña y Austria ya han definido su fecha para abandonar el uso del carbón para el año 2025 y gracias a ello ya ven cómo se reduce el uso de este combustible fósil, principal causante de las emisiones de gases de efecto invernadero y del del cambio climático.

Que a ninguno se le olvide que nuestra fuente estratégica local por excelencia son las energías renovables, que el año pasado  (a pesar de que los dos últimos años no se instaló ni un kW de energías renovables) produjeron en España más electricidad que ninguna otra fuente de energía y que ya proporcionan  8,1 millones de empleos en todo mundo.

Con este panorama y con este soplo de aire fresco y esperanza, hoy  hago un guiño especial al cambio, a los valientes y a la participación de todas las personas para construir un mundo verde y en paz! ¡Que ninguna persona deje de luchar!

 

Políticos valientes, den un paso al frente: ¡Sí a la transición justa y ECOLÓGICA del carbón!

Por Tatiana Nuño – Responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace

Detención del mercante C. Summit en Tarragona

El pasado 27 de Mayo la Comisión Europea hizo pública la aprobación del plan de cierre de la minería de España y por hablar con claridad y sin engaños quiero explicar que este plan, lejos de lo que podemos leer y oír en los medios de comunicación, no es algo repentino que al gobierno en funciones se le haya ocurrido de repente y haya negociado por su cuenta, sino que responde a la Decisión del Consejo 2010/787/UE, de 10 de diciembre, relativa a las ayudas estatales destinadas a facilitar el cierre de minas de carbón no competitivas hasta 2018.

O dicho de otra manera según esta Decisión del año 2010, las ayudas a la minería del carbón se podrían prolongar hasta 2018 para las unidades de producción de carbón cuyo cierre estuviera planificado para ese mismo año y estaban sujetas a un plan de cierre que deberían presentar a la Comisión Europa. En Diciembre de 2013 España presentó el primer plan de cierre, negociado con sindicatos y patronal del carbón, pero fue rechazado precisamente por no contemplar específicamente el cierre de ninguna minería.

Por fin parece que la CE ha aprobado el plan de cierre y 2.130 millones en ayudas para la clausura de las minas de carbón, aprueba además las ayudas que se han dado hasta ahora, eso sí siempre condicionadas al cierre en 2018 a más tardar o de lo contrario tendrán que devolver las ayudas recibidas.

Sorprendentemente y contrario a toda normativa comunitaria, los sindicatos CCOO y UGT de Industria, junto con los empresarios del carbón reaccionan ante esta situación presentando hoy un documento donde piden a los representante de todos los grupos políticos y gobiernos autonómicos que firmen para la defensa de la minería del carbón.

El acuerdo que presentan no sólo pide contradecir la Decisión de la CE prorrogando las subvenciones a la extracción del carbón más allá de 2018, sino que también piden  subvencionar la quema del carbón nacional, lo que sería una ayuda de Estado y que por tanto habría que acabar devolviendo y piden que se les de dinero público a las eléctricas, propietarias de las térmicas, para que puedan realizar las modernizaciones para cumplir los límites de emisiones que marca la ley. Es decir una batería de medidas ilegales que además pretenden que paguemos todos los ciudadanos con los Presupuestos generales del Estado.

Por todas estas razones esperamos que den un paso al frente con valentía los partidos que se presentan a las próximas elecciones del 26J, los gobiernos autonómicos y los grupos políticos de los parlamentos autonómicos donde hay cuencas mineras y no firmen ni apoyen este acuerdo.

Desde Greenpeace bien nos damos cuenta de que hay que ser valiente para trabajar en alternativas sostenibles y para no subirse al carro del mensaje electoralista y simplista del carbón, pues revisando el panorama que hemos vivido en los últimos meses tanto en las Comunidades Autónomas como en el Congreso, cada vez que alguien salía tímidamente apoyando propuestas alternativas para las cuencas mineras, era lamentable ver como los otros grupos se le tiraban encima como leones hambrientos tachándoles de no apoyar un futuro para las personas.

Políticas y políticos de España, este mensaje es para ustedes: el verdadero futuro para las personas y las cuencas mineras es el de la transformación ecológica y social, porque seguir apoyando la quema de carbón y su extracción, no es ni futuro, ni cambio.

Les propongo hacer un acuerdo real y de futuro que incluya:

El cierre de todas las térmicas de carbón para el año 2025, como ya han hecho otros países, pues con esto veremos la reducción progresiva del uso de carbón desde ya y se acelerará la transición hacia un futuro 100% basado en energías renovables.

Un plan de transición justa y ecológica para las cuencas mineras.

Rechazar cualquier ayuda pública a las grandes eléctricas propietarias de las térmicas de carbón.

Eliminar cualquier subvención a los combustibles fósiles tanto importados como nacionales y penalizarlos por ser contrarios al Acuerdo internacional del clima de París e internalizar los costes que causa por los daños a la salud y por los impactos del cambio climático.

En la segunda vuelta electoral, sí toca hablar de energía

Por Fernando Ferrando – Vicepresidente de la Fundación Renovables

Algo ha cambiado y para bien en la política española en materia energética. Si analizamos estos casi cuatro meses de legislatura hemos podido ver como en el Parlamento se han discutido y votado iniciativas y Proyectos No de Ley (PNL) que eran impensables en los anteriores periodos de sesiones en los que tanto el Partido Popular como el PSOE habían mantenido un perfil bajo en la adecuación de nuestro modelo energético.

Elecciones_

Las razones de por qué hemos vivido un proceso tan inmovilista hay que buscarlas, por un lado, en la servidumbre política en el mantenimiento de los privilegios del sector energético tradicional y, por otro, en la inexistencia de un compromiso con la sostenibilidad.

La energía es un bien básico, cuyo acceso universal no está garantizado en España principalmente porque la liberalización, mediante un proceso de desregularización del sector energético, ha supuesto anteponer la libertad del mercado a su consideración como bien de utilidad pública. Podríamos decir que ha primado el negocio frente a la cobertura de las necesidades sociales.

La energía también es el motor del desarrollo económico y su incorporación como coste en la producción de bienes y servicios es uno de los elementos principales que define la competitividad de nuestra economía.

España es uno de los países energéticamente más dependientes de nuestro entorno económico, con más de 20 puntos porcentuales de diferencia con la media de los países de la Unión Europea. En los últimos años más del 75% de la energía que consumimos la tenemos que comprar al exterior, con el consiguiente déficit de nuestra balanza comercial y con las incertidumbres añadidas por depender de fuentes de energía con alta volatilidad en precio. Nos gastamos más de 60.000 millones de euros todos los años en energía como producto final y las importaciones han llegado a superar el 4% de nuestro PIB.

No pretendo hablar del pasado sino de la necesidad de que la energía sea uno de los elementos que configuren el compromiso de los distintos partidos políticos con la sociedad en estas próximas elecciones. La composición del futuro Parlamento exigirá, afortunadamente, un mayor diálogo y consenso, también en materia energética, pero apostar por el consenso y por el dialogo no es suficiente, necesitamos saber cuál es el compromiso y las posiciones de partida de cada uno de los grupos políticos que se presentan a las elecciones y cuáles son los elementos que configuran su propuesta energética.

Propuestas y compromisos que permitan erradicar la pobreza energética mediante el establecimiento de una tarifa social para las rentas más bajas y que conviertan a la electricidad en el vector energético de futuro, con una profunda revisión de las normas de funcionamiento del sistema eléctrico y de la configuración y composición del precio de la electricidad.

Propuestas y compromisos que fijen objetivos con carácter vinculante en materia de ahorro y eficiencia energética, porque la estructura de consumo en España es ineficiente y con las tecnologías disponibles podríamos reducir la demanda en más de un 40%, actuando principalmente en la edificación y el transporte que suponen las dos terceras partes del consumo.

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El voto del carbón: ¿el interés general o el de los lobbies industriales?

Por José Luis Garcia – Responsable de Energía y CC de Greenpeace

Poca gente sabe que una parte de la electricidad que consumimos se obtiene quemando carbón. Menos gente aún sabe que al quemar carbón se produce cáncer. No es una afirmación sensacionalista: un nuevo estudio científico ha encontrado un vínculo entre la exposición a las micropartículas que se liberan en la quema del carbón y múltiples tipos de cáncer, además del más obvio, el cáncer de pulmón.

Silueta de mineros

Es una conclusión muy preocupante, puesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había declarado la contaminación atmosférica como cancerígena y “causa ambiental principal” de las muertes por cáncer, con las evidencias que se tenían antes del citado estudio. La exposición a las micropartículas supone la mayor amenaza ambiental para la salud del mundo y a ella se atribuyen más de un millón de muertos al año en China, 600.000 en India y unos 100.000 en Europa. La mayor fuente de emisión de esas micropartículas es la quema de carbón y petróleo, con lo que los nuevos datos solo pueden reforzar la necesidad de abandonar estos combustibles fósiles lo antes posible. Algo que sobre todo beneficiaría a las personas que viven más cerca de las centrales térmicas.

Y no solo por eso, es que también el carbón es el que más responsabilidad tiene en el calentamiento global que provoca el cambio climático. Una de las consecuencias de esto es el blanqueo y muerte de coral. Este año se está produciendo un blanqueo nunca visto en la Gran Barrera de Coral de Australia, el mayor arrecife coralino del mundo, con un 93% de blanqueo, del cual un 50-90% está muriendo en la parte norte. Y paradójicamente, el gobierno planea construir, en mitad del arrecife, un enorme puerto para facilitar la exportación de la producción australiana de… carbón.

En nuestro país, el carbón ha sido tradicionalmente un tema “tabú” en la política: todos saben que su continuidad es inviable económica y ambientalmente, pero nadie se atreve a comprometerse a proporcionar una transición justa a las comarcas que durante décadas han soportado la actividad de extracción y quema de carbón. En las pasadas elecciones vimos, por primera vez, que una de las formaciones más votadas, la coalición encabezada por Podemos, incluyó en su programa el compromiso de llevar a cabo «el cierre progresivo de las centrales de carbón», añadiendo que «el abandono progresivo de fuentes de energía vinculadas a las centrales de ciclo combinado, nucleares o de carbón, se efectuará en el marco de una transición justa para los trabajadores de estas industrias, de manera que se garantice su progresiva recolocación en sectores limpios en igualdad de condiciones.» Compromiso que mereció la mejor calificación en la evaluación de los programas electorales que hizo Greenpeace. En el reciente documento programático presentado por la coalición formada por Podemos, Izquierda Unida y Equo, se recoge la “sustitución progresiva del uso de energías fósiles por energías renovables, garantizando en todo caso una transición juntas de los empleos hacia nuevos sectores no contaminantes”, por lo que será imprescindible que se desarrollen políticas que garanticen un futuro sostenible y sin carbón para las cuencas mineras a partir de 2018.

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La energía secuestrada

Mariano Sidrach de Cardona

Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga 

La aprobación por la Comisión de Industria del Congreso de la Proposición no de Ley para subvencionar el uso de carbón nacional en las centrales térmicas pone de manifiesto el grave problema que tenemos en este país en lo referente a qué modelo energético queremos tener.

Espero que estas reflexiones ayuden al necesario debate social en este tema.

Las sociedades actuales están basadas en el conocimiento científico y la innovación tecnológica. Las tecnologías viejas van dejando su lugar a las nuevas, más eficientes, más rentables y menos contaminantes, en un proceso que muchas veces supone la destrucción de modos de vida, de privilegios económicos y también de poder político. Este proceso hace que se produzcan avances y que las sociedades prosperen, pero también significa amenazas en el modo de vida de aquellos que trabajan con tecnologías que han quedado obsoletas o que obtienen beneficios de las mismas.

Central térmica de carbón

Es normal que aquellos que ven amenazado su modo de vida, intenten aferrarse a su pasado y se resistan a ver cómo se pierde una actividad que han estado desarrollando durante generaciones. Supongo que la misma sensación tuvieron en su día aquellos que trabajaban con coches de caballo cuando empezaron los vehículos a motor o los que bajaban hielo de los neveros de la sierra ante la aparición de los frigoríficos, por poner algunos ejemplos.

Hay que recordar, además, que las centrales térmicas generan grandes beneficios a las compañías eléctricas y habría que preguntarse si es razonable seguir importando carbón para el mantenimiento de estas centrales, que tanto perjudican el medioambiente, cuando no aprovechamos los recursos renovables de los que disponemos de forma gratuita.

En este contexto, la pregunta es si con el estado actual de la tecnología es razonable mantener la actividad minera para extraer carbón para producir energía eléctrica.

Yo no encuentro razones convincentes. En España tenemos una potencia instalada en centrales térmicas de carbón de 10.972 MW que han cubierto en 2014 el 16,5% de la demanda de electricidad. Si miramos la capacidad actual que tenemos de generación eléctrica, que es excedentaria en un 30%, no parece que exista problema si prescindimos de ellas. Además, disponemos de tecnologías renovables y limpias que pueden sustituir a las centrales térmicas de carbón y generar electricidad a precios competitivos.

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Ni «pedos» en el metro ni carbón en el mix energético

juancastromini

Juan Castro -Gil – Secretario de ANPIER 

¿Aceptaríamos que la gente se tirase constantemente pedos en el metro? Sí, ya sé que la evacuación de los gases de nuestro intestino es imprescindible, pero ¿te parecería bien que no existiesen normas de buen comportamiento que nos hiciesen mantener cierta disciplina en nuestros esfínteres evitando una catarsis masiva de detonaciones repletas de oloroso metano mientras vas leyendo este irreverente artículo entre parada y parada? Evidentemente no.

Hubo un tiempo en que se dejaba fumar en los medios de transporte públicos. Recuerdo perfectamente cómo de las últimas diez filas de asientos de los autobuses salía una humareda increíble que por supuesto, se extendía a la parte delantera, sucumbiendo a la nube tóxica el resto de pasajeros, niños incluidos.

La sociedad ha ido evolucionando hacia comportamientos menos agresivos con nuestro entorno directo. El problema es que únicamente reaccionamos cuando los efectos se despliegan de forma inmediata en nuestras narices. Sin embargo, cuando las incidencias son menos visibles y, además, afectan de algún modo a nuestros hábitos cotidianos o incluso a nuestra cartera, parece como que nuestro nivel de permisibilidad asciende hasta el infinito.

El planeta entero es un medio de transporte mucho más pequeño de lo que pensamos. Nuestro sistema de generación energética, en manos de muy pocas personas, está basado fundamentalmente en tecnologías muy contaminantes y, sin embargo, una enorme mayoría de personas mira hacia otro lado. En algunas ocasiones, por desconocimiento –seguramente inducido–, en otras por intereses más sucios que los residuos que provocan.

Me sorprende como algunos justifican la perpetuación de políticas contaminantes con argumentos sociales y de derechos de los trabajadores de algunos territorios. ¿Es que tan poco hemos aprendido de comportamientos anteriores? ¿Es que no somos capaces de ver que la transición hacia la descarbonización de la generación eléctrica tiene que ser una oportunidad de cambio real para las zonas que siempre han vivido vinculadas al carbón y que es preciso darles expectativas reales y limpias de futuro y no mantenerlos siempre en el mismo bucle imposible?

Es evidente que el camino no será fácil, pero si no empezamos a exigir que los políticos, nuevos y viejos, dejen de permitir las flatulencias en el metro, es mejor que empecemos a acostumbrarnos a que nuestro viaje vital sea mucho más desagradable de lo que imaginamos.

Josefa Celestín

  • Imagen: Josefa Celestín

 

La demanda social como origen del cambio energético

Fernando Ferrando – Vicepresidente de Fundación Renovablesfernandoferrandomini

Vivimos con la sensación de que se avecinan cambios en materia energética, percepción que no se corresponde ni con las señales que el sector energético nos manda en su oferta de productos ni con las medidas que el gobierno actual ha adoptado para que la cobertura de nuestras necesidades energéticas se produzca en calidad y sobre todo en precio.

La realidad es que nuestro modelo actual de suministro energético se tambalea. Las exigencias sociales y la madurez que han alcanzado las tecnologías de generación de electricidad con fuentes renovables introducen las bases para un profundo cambio en las prácticas de suministro hasta ahora utilizadas.

El principal causante de este cambio es la demanda social por un mayor compromiso en la puesta en marcha de un modelo de suministro energético sostenible medioambientalmente y que garantice el acceso a la energía en condiciones transparentes y con precio asumible. Este movimiento social ha ido realimentándose de forma continua con posicionamientos favorables de líderes mundiales que han recogido como propias las peticiones a favor de un compromiso social y medioambiental diferente al actual.

El Papa Francisco sonriente en un vuelo en su avión (GTRES)

Iniciativas como la llevada a cabo por el Papa Francisco en 2015 con la Carta Encíclica “Laudato sí “: El cuidado de la casa común , en la que promulga la necesidad, por criterios de equidad y de justica social, de un compromiso con el medioambiente y con las personas, es un fiel reflejo de la exigencia de cambio y de la revisión de los parámetros actuales de comportamiento.

“Es urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años se reduzcan drásticamente las emisiones de gases contaminantes reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovables” Papa Francisco.

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