Entradas etiquetadas como ‘Carbón’

Las políticas anticlimáticas de Trump no crearán empleo, lo destruirán

Por Laura Martín Murillo – Directora de la Fundación Renovables

Presidente EEUU

En la época de la posverdad, un presidente puede decir cualquier cosa, porque él utiliza la mentira como herramienta política estratégica y la mayor parte de sus votantes no buscarán fuentes fiables para su contraste.

Trump ha basado su ataque a la legislación ambiental y en concreto a la legislación climática en la necesidad de proteger la industria americana y conseguir que vuelvan empleos al país. Estos años de avances en estándares ambientales (en general, menores a los europeos) han supuesto, según su argumentario, graves pérdidas de beneficios y empleos para las industrias del país. Por tanto, ahora hay que traer esos empleos de vuelta a casa, y especialmente los empleos de la minería del carbón, que personalizan como ningún otro, el empleo del americano de verdad, americano en masculino, al que el establishment de Washington ha abandonado a su suerte.

Sin embargo, los datos demuestran que la mejora de estándares ambientales no ha generado pérdida de empleos en Estados Unidos ni, en general, en ningún sitio del planeta. 30 años de investigaciones sustentan esta afirmación.  El empleo en la industria americana se ha reducido por aumento de la productividad y automatización, acercamiento a mercados y sobre todo, por encontrar unos menores costes laborales en otros países. Donald Trump quizás podría recuperar empleos industriales en su país si los estadounidenses estuvieran dispuestos a cobrar lo mismo que los vietnamitas o los chinos, pero no parece que sus votantes estén dispuestos a ello.

La lucha contra la contaminación de las industrias del papel, petróleo, plásticos y manufactura a través de regulaciones ambientales en las décadas de los 70 a los 90 hizo que se crearan más empleos de los que se perdieron y supusieron mejoras en la productividad. En la progresiva mejora de los estándares de eficiencia de vehículos, por ejemplo, se calcula que se han generado 5 empleos por cada 1 destruido.

En particular, las políticas de la Administración Obama para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través del apoyo a las energías renovables han sido un generador neto de empleo. En el paquete de estímulo económico que se lanzó para recuperarse de la crisis económica, las inversiones en energías renovables generaron más empleo que las producidas en otros sectores. Todas juntas ayudaron a recuperar el empleo en Estados Unidos mucho más rápido que en Europa, por ejemplo.

Lee el resto de la entrada »

Liberémonos de los combustibles fósiles

Por José Luis García – Área de Energía y Cambio Climático de Greenpeace

central de carbón

Este mes de marzo, un movimiento de personas de todos los rincones del planeta se pone en pie para hacer frente al cambio climático: un movimiento que exige liberar al planeta de la tiranía de los combustibles fósiles.

Cada vez más personas, comunidades, países, sufren las consecuencias del cambio climático, y no están dispuestas a permanecer impasibles hasta que esos impactos hagan su tierra inhabitable. Con el lema común de “Break Free”, una ola mundial de personas se levanta contra las energías sucias que causan el cambio climático. Unimos fuerzas para proteger a las comunidades vulnerables de los sucesos meteorológicos extremos y de las corporaciones del petróleo, carbón o gas que envenenan nuestro aire, ocupan nuestra tierra y secuestran a nuestros gobiernos. Es un movimiento ciudadano pacífico, unido y decidido a acabar con la era de la energía sucia y a empujar una transición justa a un futuro más limpio y sostenible.

La realidad del cambio climático exige una reacción inmediata y ambiciosa: para evitar sus peores consecuencias, no hay que permitir que el calentamiento global supere 1,5ºC, tal como ha quedado recogido en el Acuerdo de París. Es el gran reto de nuestro siglo. Puede parecer algo de un futuro lejano, pero un niño o niña que nace hoy, aún estará en la escuela en 2030, y puede seguir viviendo en el año 2100. Las decisiones que tomemos hoy determinarán si estas personas y sus hijos e hijas heredarán un planeta habitable.

Los datos científicos indican que más del 80% de las reservas conocidas de carbón, la mitad de las de gas y un tercio de las de petróleo deben dejarse bajo tierra para evitar un calentamiento de 2ºC. Para no superar 1,5ºC, no puede abrirse ni una nueva mina de carbón, ni pozo de petróleo ni de gas. Las centrales térmicas tienen que tener fecha de caducidad, empezando por las de carbón, que en nuestro país deberían estar cerradas todas en 2025.

Lee el resto de la entrada »

Ambición renovable en la India. Una grata sorpresa a final de año

Por Laura Martín Murillo – Directora de la Fundación Renovables

El gobierno de la India ha ocupado numerosas portadas en la última semana con sus planes de obtener un 60% de su electricidad de fuentes renovables en diez años, superando sus compromisos en el Acuerdo de París. Para 2027 la India pretende tener 275GW de energías renovables que se suman a 72GW de hidroeléctrica.

Hasta hace poco en Europa se hablaba de la India como uno de los principales escollos en las negociaciones del clima. El gobierno americano y los negociadores europeos se quejaban amargamente de sus posiciones duras en la negociación, sobre todo respecto a su defensa de justicia climática,  y de la expansión en las últimas décadas de su potencia instalada en térmicas de carbón. Ahora parece más bien que son los más desarrollados los que no están avanzando al ritmo requerido.

Efectivamente, India había instalado muchas centrales de carbón últimos años. Greenpeace India calculaba en un reciente estudio que existían 65 GW en construcción y 178 Gw en diferentes estadios de aprobación y que se estaba creando una burbuja de las térmicas del carbón.

Lee el resto de la entrada »

Hay futuro más allá del carbón

José Luis García – Área de Energía y Cambio Climático de Greenpeace

central de carbón

La nueva legislatura, en materia energética, empieza con la promesa de Rajoy de encargar al ministro Álvaro Nadal que consiga una pacto de Estado sobre energía. De esto tendremos que hablar mucho en los próximos meses, y la Fundación Renovables tiene muchas propuestas que defender, pero un tema candente que tendrá que estar en la mesa de ese pacto será, sin duda, qué hacer con el carbón.

Hasta ahora, hablar de carbón era hablar de subvenciones, porque es una fuente de energía a la que no se salen las cuentas, y que se ha mantenido a base de dinero público, que por ley se tenía que dedicar a salir del carbón, pero que a la postre nos dejaba siempre con el problema sin resolver. Con mucho dinero gastado, con cada vez más contaminación acumulada, pero daba igual, porque no hay gobierno, ni de derechas ni de izquierdas, que se atreva a decidir que no podemos seguir quemando carbón. Los mismos gobiernos que van a las cumbres del clima a proclamar lo que les preocupa el cambio climático y lo dispuestos que están a hacer lo que sea para hacerle frente. Lo que sea, pero el carbón no me lo toques.

Y esto es y será así mientras el discurso del carbón se plantee como un dilema entre ecología y empleo, entre sostenibilidad ambiental y desarrollo, presentando a los ecologistas como enemigos de los mineros, en una dialéctica en la que siempre ganaban los mismos: la patronal del carbón.

Pero en la última cumbre del clima, la semana pasada en Marrakech, se ha presentado una propuesta que rompe esos moldes. En un acto organizado por los sindicatos (concretamente por la Confederación europea de sindicatos y la Organización Internacional del Trabajo), estos invitaron a Greenpeace a presentar un estudio que analiza el futuro del carbón bajo una nueva óptica.

Según el informe, en España se han invertido miles de millones de euros en los programas de ayuda al sector en las últimas décadas, pero existe una falta absoluta de transparencia y de control administrativo en cómo se han destinado los fondos para la transición de las cuencas mineras. Además de las ayudas directas, desde 1987 y hasta 2014 se involucró a las empresas eléctricas en las ayudas económicas para la extracción del carbón, con esquemas en los que se premiaba a las eléctricas por el carbón nacional que compraban y quemaban. Unas ayudas con las que las eléctricas han hecho caja, como ayer mismo alardeaba Endesa en la presentación de sus nuevos planes de negocio: la empresa estima que recibirá 120 millones de impacto neto positivo de las liquidaciones de 2012 a 2014 por el carbón.

Todo un despropósito, ajeno a toda lógica económica y ecológica, que ha cronificado una situación insostenible: La falta de aceptación de un escenario futuro y cierto sin carbón ha frenado de forma significativa el proceso de transición hacia una economía apoyada en actividades económicas alternativas.

Muy interesante es que el informe presenta una recopilación de casos internacionales de reconversión justa y sostenible en las cuencas mineras de carbón, para demostrar que el fin del carbón es posible. Si las cosas se hacen bien, hay futuro más allá del carbón.

Y además, el estudio baja a tierra y analiza un caso concreto: el de la cuenca turolense de Andorra, que también depende de una gran central térmica propiedad de Endesa. La zona cuenta con importantes reservas de lignito, un carbón especialmente contaminante. El estudio desarrolla un análisis específico sobre posibles alternativas sostenibles al carbón en esta zona y constata que allí también hay futuro después del carbón, aunque es necesaria la implicación de empresas y administraciones. Y es que, a pesar de todas las ayudas, el negocio del carbón no es rentable, y cualquier eléctrica responsable tiene que planificar el cierre progresivo de sus térmicas de carbón, como Greenpeace le ha recordado a Endesa.

Pero además del contenido, lo más interesante del informe es que los autores son los propios trabajadores, a través del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO, junto con la consultora Abay Analistas Económicos y Greenpeace. Esto demuestra que ecologistas y sindicalistas pueden trabajar juntos y mirar más allá del carbón, reconociendo que dicha fuente de energía no tiene futuro, pero quienes han dependido de ella necesitan y tienen derecho a un futuro.

Todas esas voces tienen que ser escuchadas a la hora de establecer un pacto de Estado. Y respecto al carbón, el pacto tiene que reflejar como mínimo estos puntos:

  • Concretar un plan de transición justa del carbón, que incluya la fecha de cierre progresivo, con fecha límite en el año 2025, de todas las térmicas de carbón en España; el descenso paulatino del uso del carbón en todos los sectores; el fin de la minería del carbón y de la importación de carbón; y la transición justa hacia nuevas actividades
    productivas sostenibles para todas las personas que trabajan en el sector y para las comarcas cuya economía es altamente dependiente de dicha actividad.
    Eliminar todas las subvenciones a las energías sucias e ineficientes, incluidos los incentivos procedentes de fondos públicos o de la factura de la luz a la inversión medioambiental de las empresas eléctricas, por ser un mecanismo supeditado a la continuidad de uso de combustible fósil.

Si eso se cumple, España se podrá sumar a la creciente lista de países que han puesto fecha de caducidad al uso del carbón. Y tendremos una posibilidad más razonable de evitar un cambio climático catastrófico. La transición está en marcha, lo que hace falta es que sea justa y rápida.

El origen de nuestra energía

Por Juan Castro – Gil – Abogado y Secretario de ANPIER

Mapa

Escribo este artículo el mismo día en que hemos conocido que el planeta ha batido todos los récords de emisiones de CO2, en la misma semana en la que el secretario de estado de energía se ha preguntado públicamente ¿qué significa eso de la transición energética?, en el mismo mes en que hemos descubierto que el gobierno en funciones tiene previsto seguir subvencionando carbón para generar electricidad, en el mismo año en el que prácticamente no se ha instalado ni una chispa de potencia renovable en España.

Un lector objetivo podría preguntarse sobre la conveniencia de todos estos acontecimientos amparados por cuestiones económicas o  geoestratégicas de mayor calado. Puede ser.

Para analizar esa cuestión, es muy interesante vincular varios datos de fuentes públicas: por un lado, el origen de las materias primas fósiles que se queman o procesan en España para generar energía, para lo que sugiero el interesante trabajo de ODG; por otro, con cualquiera de los enlaces de información del Ministerio de Asuntos Exteriores o páginas  independientes sobre conflictos armados.

Así, podemos encontrarnos con que en España compramos en torno al 65% del gas y del petróleo que quemamos y transformamos a países con conflictos armados endémicos y/o con sistemas de gobierno muy complejos o al borde del colapso, tales como Argelia, Nigeria, Libia, Irán, Egipto o Rusia. Asimismo, compramos más de la mitad del uranio que procesan nuestras plantas nucleares a países que nos inspiran tanta confianza sus relaciones comerciales como Rusia, Namibia o Níger.

Lee el resto de la entrada »

La prueba del carbón…. ¡perdón!, del algodón

Por Sergio de Otto – Periodista especializado en energía

carbón

Sobre el papel, es decir, por los compromisos de los programas electorales o por el discurso de los líderes de todos los grupos de la “oposición en funciones”, podríamos pensar que tenemos un Congreso de los Diputados en el que existe una amplia mayoría que quiere avanzar decididamente hacia un modelo energético más sostenible. ¿Decididamente? ¿Seguro?

Por contraposición a lo que ha sido la nefasta “no política” energética del PP, desde Bildu hasta Ciudadanos todos coinciden, con más o menos entusiasmo, con más o menos convicción (inequívoca en el caso de Equo) en señalar que tenemos que ocuparnos de “eso del Cambio Climático” empezando por cambiar el modelo energético. “Transición energética”, “apuesta por las renovables”, “movilidad sostenible”, “reducción de emisiones”, son términos, conceptos que manejan con frecuencia cuando hablan de energía. Incluso Ciudadanos logró arrancar al PP una ligera renuncia al tema del vergonzante “impuesto al sol” aunque fuera con una ambigua, muy ambigua, redacción en su infructuoso pacto de investidura.

El problema es que una cosa es hablar con un vocabulario distinto del que ha empleado el Gobierno estos últimos cuatro, ¡no, ya casi cinco años!, y otra es llevar a cabo una política “decidida” para cambiar el modelo energético, por decir en tres palabras la tarea que tenemos por delante, tan necesaria como viable, tan viable como oportuna.

Lee el resto de la entrada »

Otro verano caluroso: más cambio climático a la vista

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

Termometro EUROPA PRESS

Estaba yo terminando de disfrutar las vacaciones de verano, cuando escucho en las noticias que estamos teniendo un verano especialmente caluroso y, sobretodo, muy seco: No llueve ni una gota, ni en el Sur, algo bastante habitual, ni tampoco en el Norte, bastante más raro. Noticias que nos vienen a recordar que el cambio climático es una realidad y que sus consecuencias ya las estamos sufriendo. De momento, este calor parece que va a continuar en septiembre y, si no llueve pronto, la escasez de los recursos hídricos va a empezar a llenar las páginas de los periódicos en muchas zonas del país.

Como siempre, algunos dirán que son ciclos y que sequías como la que empezamos a padecer ya hubo anteriormente. Es verdad, como lo es también que las temperaturas aumentan como consecuencia del aumento de la concentración de gases en la atmósfera. Por si acaso, nunca oiremos en las noticias relacionar el enorme calor u otros fenómenos meteorológicos extremos que soportamos, ni siquiera de refilón, con el cambio climático, como si negar el problema sirviera para algo.

No podemos seguir buscando excusas con tal de no enfrentarnos a nuestra responsabilidad ante el enorme desafío que supone el cambio climático.

Como quiera que es un problema que estamos generando entre todos, principalmente por cómo consumimos energía, más nos valdría ponernos cuanto antes a tomar las medidas necesarias para frenarlo. No parece que estemos precisamente enfrentándonos a este problema, más bien todo lo contrario, seguimos mirando para otro lado, vamos, que nos importa, así en general, un comino.

El tema energético y medioambiental está pasando prácticamente desapercibido en las conversaciones, trueques y pactos que se barajan para la formación de un nuevo gobierno. Mientras disfrutamos de nuestras vacaciones, se intenta con poco entusiasmo poder sumar escaños para tener pronto un gobierno, en necesaria coalición, de acuerdo con los resultados electorales. Durante todo este tiempo, se habla poco de las soluciones que los diferentes partidos proponen a los principales problemas del país, que son muchos, pero no se habla nada de las urgentes medidas que debemos tomar para luchar contra el cambio climático. Debe ser que no se considera un problema urgente. Tremendo error. Los datos son tozudos y nos muestran que tampoco en este tema estamos haciendo bien los deberes y, lo que es peor, el tiempo juega en nuestra contra.

Lee el resto de la entrada »

¡Aún dicen que las renovables son caras!

Por Luis Mª de la Maza – Profesional de área energética e industrial

La cantinela de que las renovables son caras, no son rentables, resultan casi simbólicas y solo se mantienen a base de apoyos públicos o de encarecimiento de las tarifas reguladas es un auténtico hit en las listas de éxitos de los gobiernos de muchos países, entre los cuales España ocupa una posición destacadísima. Entre pésimos ministros, políticos de medio pelo y, sobre todo, medios de comunicación debidamente orientados se bastan y se sobran para que esa coplilla entre a fondo en las mentes de los ciudadanos.

Molino de viento en amanecer

Lo que sabe menos gente es que los combustibles fósiles, tan eficientes ellos y tan garantes de nuestro modus vivendi, reciben desde tiempo inmemorial ingentes subsidios por distintas razones, algunas más o menos lícitas (empleo, reducción de precios) y otras no tanto (intereses no siempre confesables). Los gobiernos dicen que sirven para proteger a los pobres, pero en la realidad solo un 8% de esas ayudas va a gente con pocos recursos.

El volumen total mundial de estos subsidios se situaría hoy en el entorno de los 5,3 billones de dólares, 6,5% del PIB mundial y por encima del gasto sanitario, con China (2,3), Estados Unidos (0,7), Rusia (0,34), India (0,28) y Japón (0,16) a la cabeza; los países del G20 destinan a subsidios para exploración de combustibles fósiles 88.000 millones de dólares al año, más del doble de lo que invierten las propias compañías.

Los recortes de esos subsidios son fundamentales para luchar contra el cambio climático, ahorrar dinero y ayudar a un cambio hacia energías más limpias. Esto se ha planteado en muchas ocasiones, más recientemente en la Cumbre de París de diciembre de 2015, pero las grandes naciones, las que pueden aportar más para alcanzar esos objetivos, son terriblemente lentas en cumplir sus promesas, en una aparente esquizofrenia al trabajar para reducir emisiones y a la vez subsidiar el consumo de combustibles fósiles. La razón última, sin embargo, es que esos recortes son muy impopulares entre la ciudadanía, casi un campo minado a nivel político.

El apoyo a los combustibles fósiles parece haber alcanzado su punto máximo a finales de la década pasada, pero el ritmo de reducción de esos apoyos es muy bajo. Los gobiernos de los países de la OCDE están gastando aún casi el doble dando soporte a los combustibles fósiles de lo que se necesita para alcanzar los objetivos climáticos establecidos por la comunidad internacional. No se plantean ni los efectos directos de la desaparición de estos subsidios (-20% en emisiones de gases de efecto invernadero), ni las muertes prematuras evitadas por menor contaminación atmosférica ni finalmente el hecho de que, igualando las condiciones de participación en el mercado, podrían llegar a ser también innecesarios los fondos dedicados a las energías renovables.

Lee el resto de la entrada »

Desvelado: el carbón paga el negacionismo climático

José Luis García – Área de Energía y Cambio Climático de Greenpeace

combustible fosil - dominio publico

Que el negacionismo climático está financiado por las grandes empresas que basan su negocio en los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) era un secreto a voces desde hace mucho tiempo. Pero ahora ha aparecido una prueba tan contundente como inesperada.

La mayor compañía carbonera privada del mundo, la norteamericana Peabody Energy, ha quebrado. Y al hacerlo, se han puesto en marcha los procedimientos legales de liquidación. Y eso ha obligado a hacer público en qué se gastaba el dinero la empresa y a quién iba destinado.

Así se ha sabido, gracias a la documentación revelada por el Center for Media and Democracy (CMD/PRWatch), cómo Peabody ha estado financiando toda una red de individuos, científicos, ONGs y organizaciones políticas que abanderan el negacionismo climático y se oponen a los esfuerzos para frenarlo.

Aunque los documentos que se han conocido hasta ahora no muestran las cantidades o las fechas exactas de los pagos, sí que listan los actuales acreedores, con lo que por primera vez queda demostrado que Peabody Energy tiene lazos financieros con una gran parte de la red de grupos que promueven la desinformación sobre el cambio climático.

Lee el resto de la entrada »

Campaña electoral: La hoguera de las vaguedades

Por Mariano Sidrach de Cardona – Catedrático de la Universidad de Málaga

 

electionsComo quiera que estamos de nuevo en vísperas de otras elecciones generales para elegir a nuestros representantes políticos, me he propuesto comprobar si, esta vez, las propuestas que venimos defendiendo desde la Fundación Renovables, sobre el necesario cambio de modelo energético, han sido recogidas en los diferentes programas electorales.

Tengo que confesaros que no estoy especialmente contento.

Una primera lectura de los programas electorales puede llevar a la conclusión de que nuestras propuestas han sido asumidas por los partidos políticos. Las energías renovables parecen estar en el centro de todos los programas electorales cuando hablan de energía. Conjuntamente las palabras más utilizadas son ahorro, eficiencia y desarrollo de las energías renovables. Las vamos a encontrar muchas veces en todos los programas… y aquí acaban las buenas noticias.

Cuando entramos en los detalles, encontramos una serie de medidas generales, seguramente bienintencionadas, muy pocos compromisos reales, casi ningún objetivo a medio y largo plazo y ninguna hoja de ruta clara que nos permita imaginar cómo se van a llevar a la práctica las promesas electorales. También he encontrado contradicciones importantes, dentro de un mismo programa electoral.

Algunos ejemplos:

  • “Impulsar el desarrollo de las renovables, especialmente de la biomasa, por ser especialmente intensiva en mano de obra”. Los últimos informes del IRENA hablan de que en todo el mundo la mayor cantidad de puestos de trabajo los crea la fotovoltaica, algo así como tres veces los que se generan con biomasa.

 

  • Conseguir el 25% de energías renovables en 2020 y una planificación a largo plazo para llegar al 100% en 2030” y unas líneas después…”reducción de emisiones de al menos un 30% para 2020 y del 100% en 2050”. Cómo si las dos cosas no tuvieran nada que ver. Cómo si se pudiera pasar del 25 al 100 % en diez años. De todas formas, como no se dice cómo se van a conseguir estos objetivos, todos tan contentos.

 

Hay que destacar, que este ejercicio de decir mucho y no comprometerse a casi nada que tanto gusta a nuestros políticos en épocas electorales, tiene su máximo exponente en el programa electoral del PP, que incluye un catálogo de buenas intenciones, sobradamente incumplidas todas en los últimos años: seguir apostando por las renovables, seguir cumpliendo con los compromisos internacionales relativos a la reducción de emisiones, apostar por la eficiencia, por el ahorro, etc..  Están orgullosos de la política energética que ha llevado el gobierno en los últimos años y piensan continuar con ella por el bien del país. Faltaría más, a lo que yo añado, arreglados vamos.

También es cierto, que según nos vamos desplazando desde el PP hacia la izquierda parlamentaría aparecen más propuestas y alguna que otra medida más concreta para llevar los programas a la práctica, pero sin pasarse tampoco, no vaya a ser que luego nos exijan cumplirlas y también encontramos alguna que otra contradicción importante.

Ciudadanos propone impulsar un Plan Estratégico de transición energética basado, cómo no, en las renovables, el autoabastecimiento y el ahorro energético, quitar el impuesto al Sol y disminuir los costes eléctricos para pymes y familias y crear una Secretaria de Estado de Energía y Medioambiente.

En las propuestas de PSOE y Unidos Podemos encontramos muchas similitudes. Sus programas dejan clara la necesidad de un nuevo modelo energético que luche contra el cambio climático, apostando por el ahorro, la eficiencia y las renovables. Entre los aspectos positivos, la derogación del decreto actual de autoconsumo y el compromiso a una nueva ley que facilite su impulso, la necesidad de realizar un plan energético nacional que incluya la necesaria reforma del sector eléctrico. Empiezan a diferir, sin embargo, en los objetivos. Mientras que Unidos Podemos se fija como objetivo, un escenario a 2050 con una energía 100% renovable, el PSOE propone una disminución de la intensidad energética y reducción de emisiones de acuerdo con la UE y una penetración de las renovables en el sector eléctrico del 70% en 2030. A la vez, el PSOE en un ejercicio de malabarismo, hace un apoyo explícito a continuar quemando carbón nacional y propone un cierre de centrales nucleares tras cumplir sus 40 años de vida, incluye restringir autorizaciones para nuevas prospecciones de gas y petróleo y se opone al Fracking.

Unidos Podemos habla de un cierre paulatino de las centrales térmicas de carbón y de un cierre progresivo de las centrales nucleares, para que todas estén cerradas en 2024 y también se opone al Fracking.

En resumen, las propuestas en materia de energía de los partidos políticos adolecen en general de compromisos concretos y no presentan una hoja de ruta creíble. No parece mucho a la vista de los graves problemas a los que nos enfrentamos. Si lo que produce el cambio climático son las emisiones debidas al uso de los combustibles fósiles y este es un problema global que nos afecta a todos, parecería razonable que cada partido político nos dijera de manera clara y coherente, qué medidas reales va a tomar para abandonar de forma rápida y urgente el uso de estos combustibles y ahí sí podríamos evaluar las ventajas e inconvenientes de cada una de sus propuestas.

El cambio de modelo energético debe ser a la vez un cambio económico y social. Deberíamos ser capaces de dejar de mirar a izquierda y derecha y mirar hacia adelante, sobre todo porque el tiempo se nos acaba y el problema se agranda día a día. Si todos estamos de acuerdo en la causa del problema, ¿qué impide alcanzar la solución?

Esperaba mucho más de los programas electorales.

  • Imagen: Christian Schwier – Fotolia