Domingo Jiménez – Presidente de la Fundación Renovables
‘El Sol sale para todos’. Ese era el nombre de un comercio de ultramarinos ya desaparecido del madrileño barrio de Chamberí, aunque su aforismo, o más bien tesis, debería estar hoy en día más vigente que nunca pues cada vez hay más “tecnologías solares” accesibles y viables para beneficiarnos de este recurso renovable y hacer más confortable y sostenible nuestra forma de vivir.
Hoy es 14 de marzo, el invierno está finalizando. En la costa murciana donde vivo la noche ha sido fresca, 8ºC; la temperatura ahora al mediodía es de 20ºC y el día está claro y ventoso. En la finca en la que vivo, el agua que calientan las placas térmicas solares expuestas al sol supera los 90ºC (en pleno verano llegaría a los 100ºC si no se cubriesen casi en su totalidad) mientras que el agua sanitaria para los baños y la cocina está a unos 60ºC (limitada para no quemarse) y la de calefacción en circuitos de baja temperatura está a casi 50ºC. La totalidad del agua caliente sanitaria en un día soleado como este se calienta con energía solar; si hubiera varios días nublados y lluviosos, cosa excepcional y muy bienvenida en esta zona, se apoyaría con quemador de gas para el agua sanitaria y con una estufa “solar” y otra de leña de producción propia de talas y podas de árboles de cultivo ecológico.
Al mismo tiempo, las placas fotovoltaicas hoy están a tope ya que no hay nada mejor que un día soleado, aunque sea invierno, con aire limpio después de fuertes vientos y fresco. Las placas del año 2002 (van a cumplir 14 años, de sus 25 de vida prevista y casi no han perdido capacidad) están generando 4,1 kW cuando su potencia nominal es 5 kW, mientras que las de 2008 están en más de 6,7 kW de los 7, 5 kW de potencia nominal. Durante una hora del mediodía generarán por tanto casi 11 kWh, que es el consumo medio diario de una familia española. Y todo esto en solo una hora, no está mal, ¿no?
¿Qué cuánto dan al año? pues cerca de 20.500 kWh en 2014 (12.800 kWh las nuevas y 7.500 kWh las más antiguas) que bastarían para cubrir el consumo medio de más de cinco familias españolas y que en el caso de nuestro hogar suponen mucho más que el consumo doméstico de electricidad ya que producimos agua desalada en cantidad (como para 20 familias) para consumo y riego de un extenso huerto ecológico.