José Luis García – Área de energía y cambio climático de Greenpeace 
El problema de la contaminación en las ciudades se está convirtiendo en una crisis de saludpública. Las emanaciones tóxicas producidas al quemar combustibles fósiles se concentran allí donde hay más personas, porque es allí también donde hay más coches.
Excepción hecha de las grandes áreas industriales, donde las centrales térmicas de carbón y otras grandes instalaciones son las que más determinan la mala calidad del aire, en la mayoría de las urbes de nuestro territorio es la masiva concentración de tubos de escape de los coches la que convierte el aire en irrespirable.
Que los mayores niveles de contaminación se den en Madrid y Barcelona se debe simplemente a que es allí donde más coches circulan, pero el modelo es el mismo en todo el territorio: la gran dependencia del coche para la movilidad y la casi total dependencia del petróleo para mover los vehículos.
Las consecuencias son dramáticas. Solo el dióxido de nitrógeno (NO2) se lleva la vida de 75000 personas en Europa cada año, además de provocar el aumento de crisis asmáticas y enfermedades cardiovasculares. Ese gas no está ahí en esas concentraciones por causas naturales, proviene de los tubos de escape de los vehículos y sobre todo de los diésel.
La crisis es de tal magnitud que el comisario europeo de medio ambiente ha “llamado a filas” a los ministros de medio ambiente de los países donde la contaminación es mayor, entre ellos a la ministra española Isabel García Tejerina. ¿Y qué ha hecho la ministra? Pues pasar de acudir a la cita y delegar en su secretaria de Estado, en un gesto que muestra lo poco que le importa la contaminación. Y eso que el comisario quería dar una última oportunidad a los gobiernos para que tomen medidas de urgencia antes de aplicarles sanciones por incumplir las normas europeas. El plazo se les ha terminado.
No solo la Comisión Europea exige responsabilidades a los ministros por la contaminación atmosférica. En Baviera, el juzgado le ha impuesto una multa al ministro de medio ambiente y le ha dado cuatro meses de plazo para corregir la situación, bajo amenaza de ir a la cárcel.
La responsabilidad del gobierno central
Pero nuestra ministra dice que eso de la contaminación solo es un problema de Madrid y Barcelona, y que por tanto las responsables son Carmena y Colau. Y si bien es cierto que la política municipal es la que tiene la responsabilidad y capacidad de regular cómo se circula en las ciudades, y que las comunidades autónomas han de hacer lo propio en los tránsitos entre poblaciones, el gobierno central tiene también una gran responsabilidad que es clave para que los esfuerzos de las otras administraciones tengan éxito.
Por ejemplo, el gobierno debería dejar de subvencionar artificialmente el consumo del diésel con unos impuestos menores que la gasolina, dejar de seguir invirtiendo en ampliar o construir nuevas carreteras que aumentarán el tráfico rodado de nuestras áreas metropolitanas, o dejar de incentivar la compra de coches diésel y gasolina mediante planes PIVE. Y en su lugar invertir ese dinero en mejorar el transporte público, como por ejemplo mejorando la red de Cercanías, ayudando a la compra de autobuses eléctricos, o construyendo por ejemplo más carriles BUS/VAO en las carreteras de acceso a las ciudades.
El gobierno debería dejar de dejar de incentivar la compra de coches diésel y gasolina mediante planes PIVE
Hay que tener claro el modelo hacia el que nos tenemos que dirigir: un sistema de transporte inteligente, al servicio de las personas y no de los coches, donde las necesidades de movilidad se satisfagan con aquellos medios que den el mejor servicio en calidad y rapidez.
Hay que romper el modelo de “una persona = un coche” y pasar a un modelo de vehículos y trayectos compartidos, donde el concepto de transporte colectivo se extienda a todos los modos y tamaños, dando prioridad y facilidad a los accesos peatonales y a los no motorizados. Para que circulen menos vehículos, hay que favorecer que los que lo hagan maximicen su grado de ocupación y de carga.
Propulsión eléctrica… con renovables
Y en cuanto a la motorización, el motor de combustión interna, empezando por el diésel, debe sustituirse progresivamente y cuanto antes por motores de propulsión eléctrica que utilicen energía renovable. Teniendo en cuenta que los coches pasan aparcados un 90-95% del tiempo, las baterías de los vehículos eléctricos serán una herramienta fundamental para la integración a gran escala de energías renovables y hacer el sistema eléctrico sostenible.
En definitiva, un sistema de transporte que deje atrás la dependencia del petróleo, y la del coche que lo consume como “rey de la ciudad”, es condición ineludible para devolver a nuestras ciudades la calidad del aire que necesitamos y que las propias autoridades europeas nos están exigiendo.
Un sistema de transporte que deje atrás la dependencia del petróleo, y la del coche que lo consume como “rey de la ciudad”, es condición ineludible para devolver a nuestras ciudades la calidad del aire que necesitamos
Ahora toca que las responsables y los responsables se pongan manos a la obra y colaboren para poner en marcha las medidas necesarias de acuerdo con las competencias de cada cual. Si lo hacen, pronto llegará el día en que los niños se preguntarán cómo era posible que las ciudades estuviesen pobladas por coches echando humo.
Esto de la contaminación, la culpa la tiene los gobiernos autonómicos y central, no tiene lo que hay que tener para prohibir el coche de gasolina, en favor del coche eléctrico.
2018 tendría que estar prohibido vender coche a gasolina en España.
01 febrero 2018 | 14:00
Es mi culpa. Sé que con mis ideas tontas de República Independiente la gente está más estresada y coge más el coche, consume más electricidad, tira más de la cadena y hasta bebe más agua.
Nos hemos puesto la careta de decir que los Gobiernos son responsables de todo y no es así. La responsabilidad de contaminar menos es de todos, ¿o también tienen que entrar los dirigentes políticos (centrales y autonómicos) en mi casa a ordenarme la basura?
Este artículo se limita a hablar de la contaminación producida por la combustión del combustible (valga la redundancia) de los vehículos. E incluso en este tipo de contaminación, el Gobierno no es responsable de que yo vaya a trabajar en coche o en metro.
De acuerdo, que podría establecer medidas que potenciaran más el uso de vehículos eléctricos y/o medios de transporte público, pero en lo que se refiere a responsabilidad, creo que responsables somos todos.
01 febrero 2018 | 14:13
18 ene. 2018
Los microondas contaminan tanto como 7 millones de coches
En lo que se refiere a la emisión de gases de efecto invernadero, los esfuerzos de los gobiernos se centran en reducir al máximo posible la circulación de automóviles. Pero puede que los esfuerzos estén, a pesar de todo, mal enfocados.
El uso de los microondas, un electrodoméstico casi imprescindible en los hogares europeos, emite tanto dióxido de carbono como casi siete millones de automóviles solo en la Unión Europea, según un estudio de la Universidad de Manchester.
01 febrero 2018 | 18:51
La gente es responsable de ello por utilizar el coche para absolutamente todo y sobretodo para tener un status, el Gobierno por permitirlo sin dar una alternativa, que las hay seguramente.
01 febrero 2018 | 19:23
los gobiernos
02 febrero 2018 | 20:42
Todos. Sin duda. Pero principalmente los gobiernos que son los que mandan y los que hacen y deshacen no nos vamos a engañar. Que potencien otras energías y establezcan leyes que hagan renovar los vehículos por ejemplo con ciertos años. Al igual con la industria, proteger más las emisiones, todas las emisiones.
Los que mandan son los responsables, son los que deben elegir hacia donde vamos. Los demás, sin más, iríamos hacia donde indiquen…
Gracias por dejarme participar!!!
05 febrero 2018 | 09:42