Joan Herrera – Exdiputado
Si usted es un consumidor de electricidad, un consumidor de los normalitos, sea doméstico o propietario de una pequeña empresa, el precio de poner una lavadora, la estufa o el aire acondicionado le puede salir caro. Muy caro, si comparamos los precios con los países de nuestro entorno.
En un informe presentado por PIMEC, la agrupación de la Micro, la Pequeña y Mediana Empresa de Catalunya, se acreditaba como el consumidor medio en España, el que consume menos de 20 MWh, pagó en 2014 unos 283’4 euros por MWh, siendo el precio más caro de nuestro entorno. Por contra, los grandes consumidores, los que consumen entre 70.000 y 150.000 MWh, pagaron 74’5 euros por MWh. El coste de la red y los impuestos especiales representan el 25% del precio para los pequeños consumidores y el 11% para los muy grandes consumidores.
¿Casualidad? No creo. Nos dicen que nuestro sistema es un modelo caro en el coste por las primas a las renovables. Pero nada explica que tengamos la energía más cara de Europa cuando no primamos más a las renovables que otros países de nuestro entorno. Pueden explicarnos mil historias. Pero, ¿cómo explicar la diferencia en el precio de la luz para un pequeño consumidor y un gran consumidor? ¿Cómo explicar que en plena crisis el coste del MWh haya pasado de 184 euros a 284?
Creo que la respuesta está en la política. O, mejor dicho, en el secuestro de las políticas energéticas. Unas prácticas que permiten que el regulado (el sector eléctrico) capte las voluntades del regulador (nuestro legislador o nuestro Gobierno). De esta manera se establece un marco regulador, aparentemente muy complejo, que permite una fijación del precio de la energía que favorece claramente al gran productor de electricidad. ¿Cómo lo hacen? De distintas maneras. Durante años se cobraron los denominados Costes de Transición a la Competencia (CTC) sin tener derecho a ellos. La clave es conocer por qué nunca reclamaron a las eléctricas que devolvieran lo cobrado de más por los CTC pese a que un informe de la Abogacía del Estado de marzo de 2008 así lo avalaba. Y hablamos de una cifra entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Pero la “madre del cordero” está en la fijación del precio de la electricidad, con alteraciones varias entre las que destacan los “beneficios caídos del cielo”, también conocidos como ‘windfall profits’. Los propietarios de centrales amortizadas, sean hidroeléctricas o nucleares, venden la luz al precio de la energía generada por la última tecnología que entra, normalmente más cara. Es como si fuésemos a vender sardinas y ostras al mercado y las reglas fijadas hiciesen que el propietario de las sardinas las vendiese al precio de las ostras, alterando así el precio, y por tanto el acceso a una alimentación básica. De esta manera, algunos se embolsan miles de millones cada año por una regulación amañada en favor de unos pocos y en contra de la mayoría.
Es curioso ver como a veces nos fijamos en las puertas giratorias. Pero cuando algunos, que fueron gobernantes o legisladores, campan a sus anchas en determinados consejos de administración es sólo una consecuencia. Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo. Pues bien, hoy las puertas giratorias son el dedo. La luna son las leyes que, en un tema tan crucial como la energía, están hechas al margen del interés general.
Acemoglu y James A. Robinson, en su libro Por qué fracasan los países describieron las elites extractivas como aquellas que “tienen un sistema de captura de rentas que permite, sin crear riqueza nueva, sacar rentas de la mayoría de la población en beneficio propio”. Pues bien, hoy, gran parte del sector eléctrico actúa como élite extractiva. Y la cuestión es cómo hacemos que dejen de serlo. Por eso es tan importante que, en la etapa que se debe abrir, ya sea mediante nuevas elecciones o mediante un acuerdo político, se afronte la reforma en profundidad de la legislación del sector eléctrico. Para ello es imprescindible la realización de una auditoria del sector eléctrico, y que esta sea realizada por actores independientes y con acceso a todos los datos. No hay futuro sostenible, ni justo ni equitativo, sin encarar la madre del cordero, es decir, la fijación del precio de la electricidad.
- Foto: Jorge Paris
Interesante y sobretodo aclarador articulo.
30 marzo 2016 | 08:51
Hay una cosa clara hay un sobrecoste por las islas ya que tenemos que pagar entretodos la electricidad que allí no se produce y hay que hacer llegar desde la península aún así el precio de la electricidad es caro sobretodo porque no aprovechamos el sol como deberíamos ya que Alemania un país con mucho menos sol que el nuestro lo aprovecha mucho mejor.
También hay un sobrecoste porque pagamos la electricidad mas cara es decir que si en un tramos se usa un 70% de renovables, un 20 % de de hidroeléctrica un 7% de nuclear y un tres por ciento de carbón se paga toda a lo que vale el carbón.
Ademas la nueva reforma del gobierno es estúpida que dice que si eres autogenerador de electricidad en vez de ponértelo mas fácil hacen todo lo contrario, toda la energía que generas de mas en vez de poder venderla y que al resto les saliera mas barato no esa energía se tira.
30 marzo 2016 | 09:46
«..la realización de una auditoria del sector eléctrico..»
A ver;
¿Auditoria? eso es tanto como hacerse el harakiri el propio Gobierno, porque no sólo son las compañías las que se benefician de este producto fundamental y sería como reconocer que han estado gestionando (legislando) en perjuicio de la mayoría. Digo mayoría porque en un estado de derecho democrático el legislador debe -según los principios del derecho- colocar los intereses de la mayoría (usuarios) por encima de una minoría (empresas) o lobby, es decir, que las leyes deben estar orientadas en beneficio de un amplio espectro de la población, no de unos pocos (compañías, bancos, seguros, etc.) privilegiados. En este país parece que el sentido de estos principios está o «girado» o encerrado tras una puerta sin posibilidad de escape.
Hasta que no llegue un Gobierno sensible al ciudadano de a pie y reintegre los servicios básicos como electricidad, agua y otros fundamentales al pueblo, para su gestión y administración… esto seguirá sí o si, con puertas o sin ellas.
30 marzo 2016 | 10:22
Yo siempre he entendido que «Las puertas giratorias» encierran en su problemática- EXACTAMENTE- lo que describe el autor del artículo. Es decir; son una LLAVE para hacer que todo lo demás ocurra. Léase bien -he dicho UNA llave, no la única pero si muy relevante. No hay madres del cordero, hay estrategias para sacudir el bolsillo de los de «abajo», porque si hay quienes están arriba y quienes están abajo.
30 marzo 2016 | 10:41
Las PUERTAS GIRATORIAS no son el dedo.
Las PUERTAS GIRATORIAS son la luna, y las LEYES también son la luna.
El dedo somos nosotros que estamos señalando a la luna desde hace mucho tiempo.
Antiguamente los RICOS se encerraban en CORTIJOS ANDALUCES. Hoy esos CORTIJOS son las ELÉCTRICAS.
30 marzo 2016 | 13:46
Joan Herrera – Exdiputado
Ah vale, ahora se entiende porqué le llamas necio al que culpa a las puertas giratorias. Ahora si. Tú no estabas equivocándote, tú estabas barriendo para casa.
Preparándote un sillón ¿no? O ¿tienes algún amiguito ya en él?
30 marzo 2016 | 13:53
Gran artículo sin duda.
Es increíble que con la que está cayendo seamos los pequeños consumidores quienes sufragamos todas las artimañas para que se sigan forrando los de siempre. Además de todo esto hay que sumar la complejidad de tan siquiera entender la factura de la luz más todo este «cacao» que existe ahora con la tarificación por horas.
Por si interesa yo utilizo http://www.planergetic.com que por lo menos me ayuda a saber cuales son los mejores momentos del día para utilizar mis electrodomésticos.
30 marzo 2016 | 15:38
Las puertas giratorias, otros favores y prebendas de los que se benefician los políticos, son el carburante para llegar a la luna, es decir, para permitir legalmente este espolio sin nombre.
Son ellos los que permiten las leyes y el abuso de estos oligopolios.
Hasta que no se cambie el enfoque, como ha ocurrido con Urdangarin, Rita Barberá, El Bigotes, la financiación del partido popular, de CDC, etc, y se siga manteniendo esta corrupción, seguirán haciendo lo que les dé la gana porque tienen la fuerza del chantaje, ya que podrían dejar al país sin energía. Ríanse ustedes de todas las huelgas si las eléctricas nos dejan a oscuras…
Mientras los políticos se cubran sus delitos entre ellos y no haya una consciencia de que están cometiendo un abuso a la población, esto seguirá igual.
30 marzo 2016 | 17:35
Se han quedado con los ahorros de 63.000 familias que invertimos en el Timo Fotovoltaico de Estado. Han parado las renovables en España para que las 4 empresas del oligopolio tengan los mayores beneficios de la historia, y los inviertan en renovables en el extranjero (creando empleo fuera de España). A los únicos que van a sacar cdel paro son a los cargos cesantes del PP que cobrarán sus servicios a estas empresas con cargos de consejeros vitalicios.
03 abril 2016 | 12:21
Muy buen articulo. Y a que esperamos para movilizarnos, recogiendo firmas electronicas, divulgando las injusticias de este sistema electrico etc etc a ver si alguna vez este pais tiene un precio de la electricidad justo?. La legislacion del sector electrico debe reformarse y las puertas giratorias eliminarse.
14 abril 2016 | 17:23