No fue la primera película sobre la prehistoria ni la que introdujo los primeros dinosaurios. Ni siquiera la primera película en titularse así, pero siempre será un referente en las luchas de dinosaurios y sobre todo, nos quedará en la retina la icónica imagen de Raquel Welch y su sugerente bikini de piel.
Hace un par de días recibimos la noticia del fallecimiento de Raquel Welch (1940-2023). De nombre Jo Raquel Tejada y ascendencia boliviana, tomó el apellido de su primer marido y no lo cambió pese a que se volvió a casar en tres ocasiones más. Fue una de las divas más famosas de la época de oro de Hollywood. No era el artículo que iba a publicar hoy, pero la desgraciada noticia lo merece. Anoche volví a ver la película otra vez (está disponible en Prime).
Declarada como una de las 100 estrellas más atractivas de la historia (para mi estaría por lo menos en el top 5), la película de Chaffey la consagró definitivamente como una sex symbol. Tuvo éxitos, como el Globo de Oro (mejor actriz musical/comedia) por Los tres mosqueteros (Richard Lester, 1973), y largos parones, como cuando estuvo 20 años alejada del mundo del cine. Sus últimas actuaciones datan de 2017, en la comedia (sorprendentemente exitosa) Instrucciones para ser un latin lover (Ken Marino, 2017) y en la serie de televisión Date My Dad. Tiene su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Yo la recuerdo sobre todo por dos de sus películas. Una es Ana Coulder (Burt Kennedy, 1971), un western más, pero hace muchos años la cinta VHS estaba por casa y la vi infinidad de veces. La otra película que me marcó fue, sin duda, Hace un millón de años (Don Chaffey, 1966).
Hace un millón de años (Don Chaffey, 1966)
La cinta es un remake de otra producción, Hace un millón de años (Hal Roach y Hal Roach, 1940) con Victor Mature y Carole Landis de protagonistas. En la nueva versión, la de 1966, son Raquel Welch y John Richardson los protagonistas. Desgraciadamente John nos dejó hace dos años víctima del Covid.
‘Hace un millón de años’ consagró definitivamente a Raquel Welch como una sex symbol
La película comienza diciendo que se trata de la época cuando comenzó el mundo. Realmente 1 millón de años es muy poco tiempo si lo comparamos con los 4.500 millones que, aproximadamente, es el tiempo de vida de la tierra. Para poderlo comparar, imaginad que la tierra dudara 24 horas, en ese caso, el género homo aparecería en los últimos 45 segundos. Ni que decir tiene que los grandes dinosaurios no coincidieron con ningún homínido por muchos millones de años.
La historia nos muestra las aventuras de Tumak (John Richardson), un guerrero que debe abandonar su tribu tras enfrentarse con el jefe. Mientras vaga en soledad, debe enfrentarse a los peligros que le acechan, como una iguana gigante.
Pero tanta desgracia tiene premio, y termina llegando a una playa, pero no a una cualquiera, sino a una que está llena de rubias guapas con bikini de piel ¿No está mal, no? Entre esas bellezas resalta por encima de todas Loana (¡Raquel Welch!) y pronto salta la chispa, sobre todo en ella. Pero de nuevo les ataca otro animal gigante, este caso una tortuga. Las rubias llaman a los rubios (que estaban por allí a sus cosas) y logran echarla al mar.
Esta tribu está mucho más avanzada que la antigua de Tumak. Incluso tienen tiempo para dedicarse al arte y observamos una pared con varios dibujos de animales (arte parietal). Claramente vemos un bisonte en una posición muy singular que nos recuerda a algo… ¡Altamira! Si vemos en la imagen de la parte inferior y la comparamos con la original de Altamira (arriba derecha), podemos suponer en qué figura se inspiró la dirección artística de la película. De hecho, es probable que tuvieran en cuenta sobre todo el dibujo de Benítez Mellado sobre ese bisonte (abajo derecha), que realizó para la Exposición de Arte Prehistórico Español de 1921, que fue un punto de inflexión respecto al conocimiento de esta disciplina artística.
Todo parece ir bien, pero esta nueva tribu que vive en armonía y para nuestro guerrero es demasiado monótono. Primero se desfoga ante un Alosaurio, salvando a una niña de ser devorada. Tras esa demostración de fuerza y valor, Loana ya está convencida y le pone ojitos descaradamente. Pero pronto comienza a tener problemas con los rubios, en concreto con uno de ellos, y al final la tribu de rubi@s se cansa de sus grescas y le invitan a largarse. Pero no se marcha solo, Raquel, digo Loana, le acompaña hacia un destino imprevisible.
Todos los que aparecen en el filme son Homo sapiens, aunque en una de las cuevas hay un grupo que parecen ser anteriores al género homo, que bien podría tratarse de australopithecus (La famosa “Lucy” lo era) o paranthropus. Esta especie de primates, que se dedicaba a coleccionar calaveras insertadas en picas, aterrorizan a nuestra pareja que debe ocultarse de ellos. Es aquí cuando comienzan a aparecer las primeras carantoñas entre la pareja.
Y pronto llegan más dinosaurios de los de toda la vida, aunque están más empeñados en pelearse entre ellos que comerse a nuestros guapos protagonistas. Parece que se trata de un triceratops y un ceratosaurus (no me hago responsable de los nombres, si alguien ve algún error en las especies, por favor que me lo ponga en comentarios, gracias).
En estas escenas podemos ver el fantástico efecto del stop-motion realizado por Ray Harryhausen, un maestro de los efectos especiales que había participado en títulos como Los viajes de Gulliver (Jack Sher, 1960), Jasón y los argonautas (1963), Furia de titanes (Desmond Davis, 1981) y en la oscarizada El gran gorila (John Ford, 1949). Este efecto sirve para desarrollar el movimiento fotograma a fotograma (os recomiendo ‘Stop-motion, antiguo como el cine y moderno como el marketing‘).
Las aventuras de la pareja continúan e incluso vuelven a la antigua tribu de Tumak, aunque la playa de las rubias y los rubios es “más mejor” e imaginamos que lo que desean es volver. Entre todos intentan ponérselo difícil, cuando no es la gente de su extribu, es un pterodáctilo (un dinosaurio volador con una boca en forma de pico largo llena de dientes) o para rematar, la erupción de un volcán. Al final, los pocos que sobreviven tienen que comenzar una nueva vida y se dirigen a un nuevo destino entre los restos volcánicos, esperemos que encontraran la playa.
Tráiler de ‘Hace un millón de años’ (1966)
¿Te ha gustado? Igual te interesa alguno de estos artículos sobre los pioneros del cine:
Raquel estuvo con ese bikini de aquí para allá en Canarias. Rodó partes en las cañadas del Teide. Parece ser que hacía frío y por ello estuvo rodando la peli con una amigdalitis que iba en aumento. DEP.
17 febrero 2023 | 11:42 am