El cine es conocido por todos como el séptimo arte. Esta acepción tiene su origen en el italiano Ricciotto Canudo aunque existen lagunas en su paternidad y si el crítico italiano lo bautizó en primer lugar como el sexto arte de su lista.
El término fue popularizado por el poeta, periodista y crítico de cine tras el ensayo Manifiesto de las Siete Artes, que fue publicado en 1914 y donde trataba de asegurarse la paternidad del término con frases como “[…] muchos nefastos tenderos del cine han creído poder apropiar del término séptimo arte que da prestigio a la industria…”
Para Canudo el cine es un arte plástico en movimiento
Curiosamente se le suele atribuir esta obra a 1911 pero es una confusión habitual. Ese año publicó La naissance d’un sixième art. Essai sur le cinématographe donde se refiere al cine como sexto arte, pues omite la danza. El italiano afincado en París fue el primero en afirmar que el cine era un arte, que lo ha convertido en el séptimo, tras la música, la poesía, la danza (omitida en su primer texto), la arquitectura, la pintura y la escultura.
El cine, según explica Canudo, posee unas características artísticas que lo hacen único. La pintura, la arquitectura y la escultura son artes plásticas y por tanto forman un ritmo espacial. La música, la danza o la poesía cuentan con el ritmo temporal. Pero es precisamente el cine el que unifica las artes temporales y espaciales, culminando el proceso evolutivo del arte: un arte plástico en movimiento.
El crítico italiano fundó el primer cine club de París
El teatro no era para Canudo una obra de arte propiamente dicho, pues le falta la eternidad que debe tener una obra de arte y lo convierte en algo efímero en el tiempo.
Ricciotto Canudo (1879-1923) escribió sobre las diferentes ramas del arte en revistas y periódicos. Fundó la revista Gazette des sept arts de la que era director. Frecuentaba los círculos culturales y fundó el primer cine club de París, al que llamó precisamente Club de los Amigos del Séptimo Arte. Poco después fundó otro en Roma.