A finales del siglo XIX muchos países occidentales comenzaron una nueva etapa imperialista, fijando sus objetivos en el norte de África. Los italianos llegaron tarde al nuevo reparto y se tuvieron que enfrentar a la feroz resistencia de los libios a cuyo frente se situaba un auténtico león.
El león del desierto (Moustapha Akkad, 1980) nos acerca la etapa de resistencia antitaliana en la década de los años 20, cuando Omar Al-Mukhar (Anthony Quinn) se puso al frente de los guerrilleros libios que trataban de mantener la independencia ante la ocupación italiana. Siguiendo las indicaciones de Mussolini (Rod Steiger), el general Graziani (Oliver Reed) llega a Libia para acabar con la resistencia nativa de Omar Mukhtar, al que llamaban «el león del desierto«. El general utilizará cualquier medio a su alcance para entregar al Duce una victoria total. Pese al uso de tanques, campos de concentración o ataques con gas, los guerrilleros Al-Mukhar aguantaron durante veinte años con unos medios muy rudimentarios y basando sus victorias en el conocimiento del terreno y en la lucha de guerrillas.
«No permitiré que un puñado de beduinos detenga el progreso de 40 millones de italianos» (Mussolini a Graziani)
La película fue muy polémica en Italia hasta el punto que fue prohibida por considerar que atentaba contra la imagen del ejército italiano. El dictador libio Muammar al-Gaddafi proporcionó parte del dinero para su producción. El director y productor del filme, Moustapha Akkad, tenía un gran prestigio tanto en Hollywood como en el mundo Árabe. Ya había dirigido Mahoma, el mensajero de Dios (1977) (de la que ya escribimos en el artículo ‘Mahoma’, la película donde el protagonista permanece oculto) que narraba la vida del profeta sin que apareciera en pantalla. Falleció en 2005 en un atentado de Al Qaeda.
«Les hemos rechazado durante 20 años, y con la ayuda de Dios lo seguiremos haciendo hasta que se vayan» Omar Al-Mukhar
Italia aprovechó la decadencia del imperio Turco para dominar Libia tras la guerra ítalo-turca (1911-1912). Lograron la conquista de Trípoli y Bengasi tras la retirada turca ante nuevos frentes en los Balcanes. La Primera Guerra Mundial supuso un paréntesis, pero en los años 20 Italia volvió a tratar de controlar la zona. Allí se encontraron la tenaz resistencia de Al-Mukhar y sus milicias sanusíes. Finalmente el líder guerrillero fue capturado y ahorcado en 1931.
¿Quieres más información sobre el tema? Os recomiendo este artículo: La guerra ítalo-turca (1911-1912)
Tráiler ‘El león del desierto’ (1980) (Inglés)