Tras la muerte de Alejandro Magno, Alejandro III de Macedonia, en el 323 a. C., se inició un nuevo periodo civilizador de la cultura griega: el helenismo. Tuvo una duración de tres siglos hasta la llegada de un nuevo orden, el Imperio romano.
En la película Alejandro Magno (Oliver Stone, 2004), la muerte de Alejandro (Collin Farrell) se nos muestra al principio y el final de la misma. De hecho nada más expirar el rey macedónico, sus generales ya se estaban disputando su herencia por ver quién sería su sucesor.
Las luchas de poder terminaron provocando el fraccionamiento del inmenso imperio que creó el macedonio y la formación de nuevos reinos. Distinguimos dos etapas en el periodo helenístico, primero con los diódocos, los «sucesores«, es decir los generales que fueron los herederos directos de Alejandro y tras ellos los epígonos, los «nacidos después«.
Tras su muerte en el 323 a.C., llegaron a un primer pacto en Babilonia. Pérdicas se convertía en el general de todo el Imperio, Crátero y Antípatro como comandantes del ejército y una serie de satrapías con Antígono, Lisimaco y Ptolomeo en Asia Menor, Tracia y Egipto respectivamente.
Pero Alejandro había dejado un hijo, Alejandro IV y también estaba Filipo III, hijo ilegítimo de Filipo II y hermanastro de Alejandro. Este último fue usado por algunos de los diádocos para tratar de controlar el poder. Dos años después llegaban a un segundo pero frágil acuerdo. Pérdicas y Crátero fueron asesinados y Casandro sucedía a su padre Antípatro. En 317 a.C. fue asesinado Filipo III por orden de Olimpia, la madre de Alejandro. Fue el comienzo de una guerra civil donde la lucha de poder provocó la muerte tanto de la propia Olimpia como de Alejandro IV. Era el final del heredero natural del Imperio.
Antígono trató de dominar todos los territorios e inició la conquista pero fue derrotado en Rodas, de cuyo homenaje surgió el Coloso, y en Ipsos en 301 a.C. Todos se habían unido contra él, que falleció en la batalla, formando el último pacto entre los diádocos. El pacto de Ipsos otorgaba Tracia y Asia Menor a Lisímaco; Macedonia y Grecia a Casandro; Asia Oriental a Seleuco; y a Ptolomeo se quedaba con Egipto.
El principal problema estaba en Macedonia. Tras la muerte de Casandro le sucedieron sus hijos pero fueron asesinados por Demetrio, hijo del fallecido Antígono. Pirro de Epiro (aquí tenéis el origen de una victoria pírrica) venció a Demetrio y se proclamó rey de Macedonia. Pero tras una invasión de los celtas, Gónatas, hijo de Demetrio y nieto de Antígono, aprovechó para alcanzar el poder e instaurar una nueva dinastía en Macedonia: la Antigónida.
En aquel tiempo, el gran imperio alejandrino se había a reducido a tres:
- Antigónidas en Macedonia, con los herederos de Antígono.
- Seleúcidas en Asia, con los herederos de Seleuco (afín a Pérdicas al que traicionó)
- Ptolemaicos en Egipto, con los herederos de Ptolomeo
Pero un nuevo orden, el romano, haría caer todas los restos de lo conseguido por Alejandro. El reino de Macedonia fue el primero en caer. Tras las Guerras Macedonicas, en el 168 a.C. Macedonia se convirtió en provincia romana. Los Seleúcidas perduraron en Oriente Próximo hasta el año 64 a.C., momento en que Pompeyo lo agregó a la civilización romana. El último en caer fue la dinastía Ptolemaica de Egipto. Cleopatra VII, la legendaria Cleopatra relacionada con Julio César y con Marco Antonio, fue la última regente del Egipto de los faraones. La derrota de Actium en el año 31 a.C. puso fin a la guerra civil en Roma con la que finalizaba la época republicana. Octavio Augusto inauguraría un nuevo tiempo, nacía el Imperio o Principado.
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