Para este fin de semana vamos a volar en un Nieuport biplano, como los que surcaban los cielos de Europa en 1916. En aquellos tiempos la aviación estaba todavía en pañales pero pronto descubrirían su enorme potencial militar. Flyboys nos relata la historia real de un escuadrón de voluntarios norteamericanos que atravesaron el atlántico para luchar por Francia, antes de que su país entrara en la guerra.
Flyboys. Héroes del aire (Tony Bill, 2006) nos acerca a los primeros combates entre caballeros con la recién creada fuerza aérea. Las justas medievales ahora se libraban en máquinas voladoras, bastante rústicas todavía pero apenas hacía 13 años del primer vuelo con motor. La película nos cuenta la historia de la Escuadrilla Lafayette, formada por aviadores voluntarios provenientes de Estados Unidos para luchar con Francia en la Primera Guerra Mundial. El nombre hacía honor al marqués de Lafayette, que participó en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Inicialmente se llamó Escuadrilla Americana, pero el país norteamericano era aún neutral y una protesta alemana obligó al cambio.
Al mando de la escuadrilla se encontraba el capitán Thenault (Jean Reno) al que le llegaron una serie de novatos que debían aprender a manejar un avión en poco tiempo. Entre ellos está Blaine Rawlings (James Franco), un cowboy que huye de su país por problemas con la justicia y se convertirá en el más destacado de los pilotos. Todos los miembros de la escuadrilla tienen una razón por la que estar allí. Junto a ellos encontramos a un laureado y veterano piloto, Reed Cassidy (Martin Henderson), que busca vengarse del piloto alemán que ha acabado con la mayoría de sus compañeros.
La película recibió críticas, sobre todo por fallos históricos relacionados con los aviones usados y terminó siendo un fracaso en taquilla. Actualmente se puede ver en plataformas como Amazon Prime Video.
En febrero de 1918 se disolvió la escuadrilla donde habían servido 108 pilotos en combate de los que 66 perdieron la vida durante el conflicto. Lograron 199 victorias reconocidas. La insignia de la escuadrilla era un dibujo del legendario jefe sioux del Toro Sentado y tenía como mascotas a dos leones.
Tráiler de Flyboys. Héroes del aire
Los aviones de la Gran Guerra
En sus inicios se disponía de escasos aviones, unos 200 en el bando alemán y 185 por los aliados, y fueron usados como reconocimiento o patrullando el aire para ver las posiciones enemigas. Los primeros aparatos no portaban armas por lo que las primeras escaramuzas se libraron con pequeñas armas portátiles, como revólveres o incluso piedras. En octubre de 1914 sucedió el primer derribo oficial en el aire, un francés con un Voisin III derribó a tiros a un avión alemán. Fueron añadiendo mejoras a los aviones como la sincronización entre la ametralladora y las hélices, diseñado por el ingeniero alemán Anthony Fokker, que también diseño el famoso Fokker triplano que aparece en la película. Si bien en cierto que se diseñaron pocas unidades y en ella aparece como el único caza alemán, cosa bastante improbable, aunque ayuda a diferenciar los aparatos en el aire.
Los dirigibles o zepelines fueron otra de las armas aéreas empleadas por el ejército alemán. Inventados por Ferdinand von Zeppelin, se usaron un centenar principalmente para tareas de bombardeo. Sin embargo eran lentos y presa fácil para la artillería. A finales de enero de 1916, ocho dirigibles trataron de bombardear Londres con escaso éxito pese a lanzar más de una tonelada de bombas.
De los pilotos de la Gran Guerra, uno destacó por encima de todos: Mandred von Richthofen, conocido como el Barón Rojo. Lideró el escuadrón Jasta 11, que era llamado el circo volante porque cada aparato iba pintado de un color, el de Manfred era el rojo. A mandos del Fokker triplano y de un Albatros logró 80 derribos, más que nadie en el conflicto. Le siguieron el francés René Fonck con 75 y el inglés Edward Mannock con 73. De los tres solo el francés sobrevivió. Richthofen fue derribado en abril de 1918, a pocos meses del final de la guerra. Entre un piloto canadiense y la artillería acabaron con el mito.
Si bien sus nombres se hicieron famosos, conocidos como los ases de la aviación, considerados así los que habían derribado un mínimo de 20 enemigos, eran el soldado que menos probabilidad tenían de salir vivo del conflicto. Los duros combates o el estrés de volar hacían que muchos de ellos perecieran a las pocas semanas de estar en el frente.
El nacimiento de la aviación
El primer vuelo con motor se realizó en Carolina del Norte (EEUU) el 17 de diciembre de 1903. Ese día dos hermanos, Orville y Wilbur, decidieron ponerle alas a la historia. Los hermanos Wright usaron el dinero que habían ganado en su negocio de bicicletas para construir un aparato de madera y lona, el Flyer I, que con su motor de 19 CV fue capaz de volar durante un minuto y atravesar unos 26 metros. Un pequeño vuelo que abría las alas a su enorme potencial que la industria aeronáutica iba a aprovechar a pasos agigantados.
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