Hoy vamos a recomendar una película sobre la vida de la reina de Francia María Antonieta, que disfrutó de los lujos de Versalles pero que le tocó vivir los instantes más críticos de la historia del país: La Revolución francesa.
María Antonieta (Sofia Coppola, 2006) está basada en la vida de la archiduquesa de Austria que llegó a Francia para convertirse en reina sin saber que le tocaría vivir una revolución social nunca vista hasta entonces. La película fue dirigida, producida y escrita por Sofia Coppola y recibió el Oscar al mejor vestuario.
María Antonieta (Kirsten Dunst) llega a la corte francesa para ser la futura reina y afianzar así la alianza entre Austria y Francia. Pero la joven austriaca llega a Versalles y se encuentra una corte mucho más estricta y protocolaria que Viena y que además la tiene en poca estima. También debe sufrir la indiferencia de su tímido esposo, el defín Luis Augusto (Jason Schwartzman), más interesado en la caza que en darle un heredero a Francia. De hecho tardaron siete años en consumar el matrimonio. Pero tras la muerte de Luis XV (Rip Torn), el delfín se convierte en Luis XVI y María Antonieta se convierte en reina. Desde ese momento comenzó su vida fastuosa de fiestas y lujos mientras el país se sumía en una enorme crisis que llevó a la inevitable revolución. La película no termina con el final de la reina sino cuando sale del palacio y se despide de Versalles.
María Antonieta (1755-1793) fue reina de Francia tras casarse con Luis XVI, el último rey Francés antes de la Revolución de 1789. Era hija de Francisco I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y a los 14 años se desposó con el heredero y delfín de Francia, Luis Augusto, que se convirtió en Luis XVI tras la muerte de su abuelo Luis XV en 1774. Luis XVI era hijo de Luis Fernando de Borbón, que falleció de tuberculosis antes que su padre y no pudo ser rey. Sin embargo sí lo serían tres de sus hijos, el mencionado Luis XVI, y Luis XVIII y Carlos X tras la restauración tras la época napoleónica.
María Antonieta siempre fue despreciada en la corte, vista como una extranjera que tampoco recibía el cariño del pueblo, que la acusaba de derrochar grandes cantidades de dinero en lujos mientras el pueblo malvivía. Sobre la famosa frase que se le adjudica cuando le comentaron que pueblo no tenía pan para comer y les respondió «pues que coman pasteles«, es muy improbable que fuera cierta pues no hay ninguna prueba de que lo dijera. No obstante no fue una buena reina y nunca se preocupó de los problemas del pueblo, permaneciendo en su «burbuja» de Versalles en un época especialmente dramática para Francia. También se le acusó de interferir en asuntos políticos y convencer al rey para mediar a favor de su Austria natal.
Las ideas ilustradas había entrado en Francia y la burguesía reclamaba entrar en los órganos de decisión política, sin embargo el país seguía sumido en el absolutismo monárquico. Varios años de malas cosechas provocaron hambrunas en la población y una crisis de subsistencia. La disminución en la recaudación de impuestos provocó problemas en la hacienda francesa que no podía sostener tantos gastos. A los desorbitados lujos de la corte se le añadía la ayuda económica y militar a la independencia de las colonias norteamericanas. La solución de los ministros del rey fue que los nobles también debían pagara impuestos (no olvidemos que los impuestos eran solo cosa del pueblo llano). Pero estos se negaron en lo que se llamó la Revuelta de los Notables de 1787. Para solucionar el conflicto, el rey convocó los Estados Generales pero la burguesía terminó abandonando la reunión y creando una asamblea paralela en el juego de pelota, que se convirtió en la Asamblea Nacional Constituyente. En el verano de 1787, con la Toma de la Bastilla todo se aceleró. Aunque la Constitución de 1791 fue jurada por el rey, que le recortaba notablemente su poder, finalmente fue encarcelado junto a su familia y proclamada la República en 1792. Al año siguiente, en pleno periodo del terror jacobino, Luis XVI es ejecutado mientras su familia, María Antonieta y su heredero, permanecían en la cárcel del Temple. La reina sufrió el mismo destino fatal que su esposo y fue ejecutada en la madrugada del 16 de octubre de 1793. Sólo pudo escribir una última carta a su hermana que nunca recibió.
El matrimonio tuvo cuatro hijos, dos niñas y dos varones. Uno de ellos es considerado como Luis XVII aunque nunca fue coronado de manera oficial. Cuando supieron de la ejecución del rey, su madre se encargó de realizar un simulacro de coronación en la cárcel. El niño y heredero del trono fue separado de su madre y murió de tuberculosis en 1795. Nunca llegó a saber que su madre había sido ejecutada.
Tráiler oficial de María Antonieta (inglés)
¿Quieres más cine histórico? Aquí todas nuestras recomendaciones.