Hays fue un político republicano y presidente de la MPPA que impuso en el cine un puritanismo que llegaba a medir el tiempo de los besos o la longitud de los escotes.
El apogeo del cine de Hollywood en los años veinte fue vertiginoso, convirtió a los protagonistas en auténticas estrellas de la vida social, el star-system, pero trajo problemas como drogas, asesinatos y escándalos de alcoba. Varias estrellas del celuloide se suicidaron por el consumo de barbitúricos lo que alarmó al puritanismo militante, tratando de oponerse a la nueva capital del pecado. Se decía que Hollywood se había convertido en la nueva Babilonia y en las iglesias se presionaba a los feligreses para que no fueran al cine a ver las películas que denominaban inmorales.
Desde 1932 se inaugura una nueva etapa política y económica bajo el mandato de Roosevelt. Las nueva reformas, la llamada New Deal, provoca una autocrítica en la sociedad que alcanzará todos los ámbitos del país y de lo que no se libró la industria cinematográfica.
William H. Hays fue denominado el zar del cine y el primer presidente de la recién creada Asociación de Productores y Distribuidores de Cine de los Estados Unidos (MPPA). El código Hays se desarrolló en 1930 y en 1934 ya estaba plenamente implantado en las principales productoras: Paramount, Fox, Metro, Warner, RKO, Universal, Columbia y United Artist. Las grandes presiones de los grupos puritanos surtieron efecto y no solo se aplicó a la moral sexual, también en el plano social, político y hasta racial. Desde aquel momento dejaron de mostrarse relaciones sentimentales entre personas de raza blanca y negra.
Con la nueva censura los mitos eróticos se debieron transformar, no olvidemos que era un escándalo ver a Marlene Dietrich ¡con pantalones! Escandalizaba el divorcio, el amor libre, relaciones fuera del matrimonio, la relación entre el sexo y la religión, la liberación de la mujer, la simpatía por el crimen, el mal o el pecado, etc.
La mano derecha de Hays fue Joseph I. Breen, el auténtico censor, al mando de la llamada Breen Office, logró eliminar las cuestiones sociales de los guiones: en 1935 era del 23,5%, en 1938 del 12,4% y un año después ya era inferior al 10%1.
Un ejemplo de la censura fue Betty Boop con su boca en forma de corazón y su traje corto que escandalizó a las ligas puritanas y fue prohibido por Hays.
Hays falleció en 1954 pero la Breen Office trató de seguir imponiendo el código. Sin embargo algunos productores comenzaban a rebelarse e incluso se negaban a pagar las multas, como la RKO por The French Line ( Lloyd Bacon, 1953) donde aparecería una sugerente Jane Russell. Las revueltas en la industria fueron en aumento hasta que en 1966 tuvieron que adecuarlo a los nuevos tiempos y sustituirlo por una serie de consejos generales, donde se incluía la tolerancia al desnudo.
1 «El Código de Producción de Hollywood (1930-1966): censura, marcos y hegemonía» (Rodríguez de Austria)