Los cineclub son asociaciones para la difusión del cine, donde se realizan proyecciones de películas de calidad, incluyendo debates sobre el filme con personajes relacionados con la película y siempre desde un punto de vista reflexivo y participativo. El origen de estos centros se debe al escritor y crítico francés Louis Delluc.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, el cine europeo había sido fagocitado por el americano y gracias a Delluc la aletargada industria de cine francesa tuvo una nueva oportunidad. Escritor de éxito de novela y teatro, fue también uno de los primeros críticos literarios. Pese a las reticencias iniciales, cuando descubrió el cine todo cambió para él, incluso decidió emplear en ello su propio dinero. En 1920 fundó el primer cineclub de la historia, todo un templo del séptimo arte, un lugar para la crítica social y cinematográfica.
Aunque el concepto de club de cine aparece por 1907, no tenía la dimensión del cineclub. Gracias a la singular forma de proyectar de estos centros, sin necesidad de las licencias de los cines comerciales, les permitió la difusión de la cinematografía por toda Europa.
Inspirado en los western y en Chaplin, Delluc comenzó a rodar en 1920 hasta completar un total de siete películas de las que lamentablemente solo se conservan Fiebre (1921) y La mujer de ninguna parte (1922). El cineasta francés tenía una idea de cine intelectual queriendo mantener las distancias con lo realizado por artistas como Zecca o Meliès.
Además de los cineclub, también se le asocia la palabra fotogenia, que definió como dotar de contenidos estéticos a las personas y las cosas, pero algo que solo era revelado a través del cinematógrafo. Tras Delluc, una serie de artistas siguieron su estela en la llamada Escuela Impresionista, con nombres como Gance, Epstein, Dulac o L’Herbier. Fueron una especie de vanguardia de los años 20, si es que se puede hablar de tal término en un arte tan joven.
Desgraciadamente Delluc falleció a corta edad con apenas 33 años y totalmente arruinado.