Hace unos días se publicó en Covering Climate Now, una iniciativa periodística global de 400 medios de comunicación comprometida con los sucesos y mentalidades que gobiernan nuestro tiempo, una entrevista al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. En ella, este denuncia los atropellos continuados que sufre la naturaleza por parte de todos. Tan dura es su visión que no duda en decir que la especie humana, debido al conjunto de sus desmedidas apetencias, se encuentra en una guerra permanente con aquello que le da la vida. Guterres emana cordura en cada una de sus respuestas, a la vez que temor ante lo que tenemos ya encima; por eso traemos aquí algunos de sus lamentos, que son a la vez peticiones de auxilio urgente.
Primera idea contundente: nos encontramos dentro de una grave emergencia climática. No hay que decir más sobre ello, pues cualquiera conoce cifras y tendencias. Ante esta certeza, la supervivencia de la humanidad será «imposible» sin que Estados Unidos se reincorpore al Acuerdo de París 2015 y logre emisiones netas de carbono cero para 2050. Dado que parece que bastantes de los actuales mayores emisores como la Unión Europea, el Reino Unido, Japón y China –el mayor contaminador pero su Presidente Xi Jinping dijo a la ONU que su país alcanzará cero emisiones netas para 2060– están por la labor del “CO2 cero” para 2050, se hace imprescindible la aportación de los Estados Unidos en la batalla decisiva; menos mal que se va de la Presidencia del gran país americano el señor Trump, calificado en algún sitio como “el pirómano climático”. Además, se dice que la India, otro de los grandes responsables del deterioro del aire global, empieza a congeniar la reducción de sus emisiones con la ingente tarea de sacar de la extrema pobreza a centenares de millones de sus habitantes.
No debemos desechar la hipótesis de que si cambian las cosas no todo está perdido, según recoge Climate Action Tracker en un reciente artículo publicado por la BBC «los objetivos de la limitación del aumento de temperatura todavía estarían al alcance”, pero urgen decisiones drásticas. Es más, reproducimos textualmente “con las negociaciones climáticas globales estancadas y la conferencia de las partes de este año (COP26) pospuesta hasta 2021, habría pocas expectativas de progreso en el tema en la Asamblea General de la ONU”. Por eso, hace falta que los países hagan lo que prometieron en los Acuerdos de París en 2015.
Segunda advertencia de Guterres: si los países del G20 siguen invirtiendo tanto en energías fósiles –con subsidios en algunos de ellos, España también-, van a dejar una deuda económica, ética y ambiental a las generaciones futuras. Cita de la entrevista antes mencionada: Los billones de dólares que se están invirtiendo ahora para reactivar las economías golpeadas por la pandemia también deben gastarse de manera «verde», o las generaciones más jóvenes de hoy heredarán «un planeta destrozado».
Tercera idea que a nosotros nos parece una tremenda llamada de atención: hemos hecho desaparecer un millón de especies de seres vivos en el mundo. Es inadmisible y además está poniendo en riesgo ilimitado nuestra salud. La causas son conocidas por todos: sobreexplotación de recursos vivos, desatención de las áreas protegidas, aumento de la contaminación química de suelos y agua, la batalla perdida contra la abusiva utilización de plásticos y microplásticos, etc. Las consecuencias están visibles por todos los lados, hasta hay gente de ciencia que asocia la pérdida de las masas forestales con la “liberación vírica que origina ciertas pandemias”.
Sugerencia final, o como nosotros la queremos entender. Como dice Guterres, vamos a ver las cosas desde el rincón de lo posible, sabiendo que el resto del escenario está en penumbra. Porque la naturaleza es futuro, o sea nosotros, que a la vez formamos interrelación permanente con la naturaleza, porque somos naturaleza. Entender la naturaleza no significa que seamos inmunes a sus operaciones, por activa y por pasiva. Lo que sí resulta una estupidez es estar en guerra continuada con la naturaleza, consigo mismo. Henry D. Thoreau, el polifacético pensador americano autor entre otras obras de Walden, la vida en los bosques, dijo hace casi 170 años aquello de que en la naturaleza está la representación del mundo. ¡Si viviera ahora! No sabemos si estaría de acuerdo con la afirmación del Secretario General de la ONU o querría ir más lejos. ¡Quién puede aventurar a dónde se retiraría ahora para vivir!
De vez en cuando se encienden velas de compromiso, parece que se ven destellos de esperanza. Por eso, no hay que desdeñar el poder de la sociedad civil, demandante de un mundo nuevo, partícipe en algunos sectores en la lucha contra el cambio climático; los jóvenes tienen mucho que decir en este sentido y cada vez son más los que no quieren estar en guerra con la naturaleza. Al final hemos de creernos el deseo de Guterres manifestado en la entrevista de que el año 2021 tiene que ser el de la reconciliación con la naturaleza, e implicarnos en su consecución.
Por cierto, el noviembre de 2021 debería celebrarse en Glasgow la pospuesta COP26, ese complejo escenario en donde se debe hablar de la batalla climática y muchas más cosas relacionadas con la existencia global de los seres vivos en su planeta, o como dicen otros en su naturaleza, allá “de donde son naturales” y a ese ámbito pertenecerán siempre. El lema de la Conferencia, “uniendo al mundo para hacer frente al cambio climático”, es sugerente por lo que puede significar uniendo, con su prisas y motivos. ¡Atentos!, no se vayan a diluir las buenas intenciones ante el empuje de la actual pandemia, y los compromisos climáticos y de protección de la biodiversidad pasen den nuevo a un segundo plano.
Entonces, como acusa Guterres, la guerra continuará.
Buenos días, Marcelo.
Disculpa mi probable despiste pero creo que esta misma alerta ya la he leído en artículos publicitarios de algunas compañías del Ibex35 relacionadas con la energía y cada dos por tres en la publicidad de las empresas de vehículos eléctricos.
Brillante colofón, esta pandemia sólo quiere protagonismo y que todo lo demás pase a segundo plano.
Saludos cordiales (estos sí, sin sarcasmo)
08 diciembre 2020 | 11:58 am