Conocer más pero para entender mejor y que dure

Disponer de datos en tiempo real, o casi, es una de las grandes conquistas del hiperconectado mundo global del siglo XXI. Acudimos a ellos tanto para asomarnos a la previsión del tiempo de cada día como para reconocer si el mundo va bien o mal en algunas cuestiones. Hoy mismo, bastantes personas entramos en Internet para estar al tanto de cómo va la pandemia en distintos países, para así avanzar cómo puede evolucionar. Sin embargo el despiste no nos abandone pues las cifras se vuelven mareantes.

Hiperconectados como estamos, recibimos llamadas diversas sobre cualquier cosa, nos interese o no. Mensajes de todo suerte fluyen a borbotones en décimas de segundo en nuestro “mundo enredado”. Muchos contienen cifras. A veces nos alegran, en otras ocasiones nos enfadamos con ellas; ni de lo uno ni de lo otro son responsables los números. Nos llegan de no se sabe dónde y por qué camino. Son infinidad; por eso nos preguntamos cómo cabe tanto en la nube, que debe ser en el fondo un lugar físico. Suponemos que habrá mucha gente detrás alimentando el caudal de datos y noticias, dirigiendo la calidad de los mensajes. A pesar de todo, hay sitios que merece la pena visitar el portal Woldometer, por ejemplo. Trae instantáneamente hasta nuestro terminal en tiempo real datos sobre población mundial, gobierno y economía, sociedad y medios, evolución del medioambiente, alimentos, agua, energía y salud. Estos sitios, esas cifras, a veces nos aclaran ideas perdidas.

En este momento confuso en el que nos toca vivir, hay gente que se encuentra pegada a determinados sitios de la Red y otra que pasa totalmente de todos, que identifica Internet con una caja de truenos: ruido y energías de las que poco se puede aprender. Por nuestra parte, en las entradas de este blog pretendemos citar solamente páginas de entidades serias, identificadas con un organismo o centro de estudios universitario o científico, que cuentan con cierto prestigio internacional y de coherencia demostrada; también grupos de acción conocidos y respetados. Incluso sobre estos sitios hay gente que piensa directamente que los datos que aportan no son reales, que las intenciones de los emisores es tenernos entretenidos, acobardados o confundidos. Allá cada cual, pues dar consejos universales no es sencillo. Por cierto, en el momento de redactar este artículo nos salen en Google 90.700.000 entradas sobre ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). ¿A ver cómo alguien que quiere informarse gestiona todo esto?

(GTRES)

Pero volvamos al sentido global de nuestro blog. Hace apenas unos años se apuntaba una fecha magnífica: un 2030 plagado de buenas intenciones en forma de ODS. Desde siempre, quién sabe la razón, los años que marcan las décadas exactas, propios o colectivos, tienen un significado especial. Las organizaciones internacionales organizan así sus calendarios, que según expresan son también los de la sociedad global. Para evaluar cómo van sus proyectos elaboran millones de cifras, algunas de las cuales permanecen en abierto. Nos encontramos en el año 2020, toca revisar lo que queda para 2030. La ciudadanía que escucha el latir global no entiende bien lo que hacen o dicen esas organizaciones o países; será porque allí se manejan unos datos, se conocen unos informes, que a nosotros se nos escapan. Sin duda habrá bastante gente que quiera saber más para entender mejor. Quizás sea cierto que hay que estudiar mucho para saber un poco, como planteaba Montesquieu, a quien también se atribuye aquello de que la verdad en un tiempo es error en otro.

En esta entrada nos vamos a referir a un sitio especial: SDGs Today. The Global Hub for Real-Time SDG Data. Más o menos se puede traducir como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al día. Sabemos que en cuestiones de vida social no solamente importan las cifras sino lo que esconden detrás o traen con ellas. Pero conocer y entender datos ayuda a las organizaciones internacionales, a los Gobiernos de los países, a las entidades y fundaciones de todo tipo, a valorar el estado de la cuestión en general; en este caso de los 17 ODS en particular. Así es posible encaminar políticas, siempre y cuando la situación lo permita y el interés lo impulse. Esos números deberían poner al descubierto el camino que queda por recorrer a quienes tienen algún poder; darles claves para saber si lo hacen más o menos bien. La web citada expone de diversas formas el cumplimiento de los ODS por todo el mundo, con sus fortalezas y debilidades, con sus ilusiones y decepciones. Hay que subrayar que lo que allí se dice no es una foto fija, y esa es una de sus virtudes. Capta el devenir de las esperanzas para quien permanezca un rato revisando sus gráficos, cuadros de datos o secciones.

Con las cifras de la Web también viajan personas. Aunque anónimas, viven en unos entornos determinados, más o menos favorables a cambios positivos en el bienestar de quienes allí habitan. En  el reloj mundial de la pobreza, se puede ver qué países progresan hacia la mejora del ODS 1 y cuáles van en regresión. Si entramos en una fecha concreta, por allí transita gente que ha escapado de la pobreza en ese día o que se ha visto atrapada en la malla. La web facilita filtros demográficos y está preparando la separación rural/urbano. Se puede hacer una selección por continentes. También se incluyen otros muchos asuntos para entender los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se puede explorar el desarrollo de cada país, incluso acompaña un GIS para generar mapas.

La ciudadanía ha de ser consciente del lugar que ocupa con respecto a cada uno de los ODS. Primero para conocer de forma duradera y tomar comprometido impulso, pero también para lanzar sus demandas a los gobernantes, agradeciendo sus logros y señalando las carencias. Por eso, desde este blog seguiremos insistiendo en que lo mejor para todos es que utilicemos los datos para ayudarnos a alcanzar juntos La Cima 2030.

Una buena información, bien seleccionada, es algo parecido a esos geles que se toman los corredores en las grandes rondas ciclistas cuando se lanzan hacia la cima de los puertos de montaña.

1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Gustavo Woltmann

    Actualmente existe una gran sobrecarga de información, y ese no es precisamente el problema, sino que no existe o es muy difícil establecer un filtro que nos permita delimitar qué es real, qué no lo es y qué cosa debemos entender a pesar de que contradicen lo que sentimos y pensamos que es lo correcto. Este es un excelente artículo.

    -Gustavo Woltmann.

    03 octubre 2020 | 6:33 pm

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