Ahora van muchos países asiáticos, empezaron los chinos, y no quieren echar en sus wáteres nuestra occidentalizada basura. En teoría, los millones de toneladas plásticas que hacían el largo crucero marítimo desde Europa hasta China, Filipinas, Malasia o Vietnam, se reciclaban.
Mentira podrida; la mayor parte acababan contaminando las aguas continentales y marinas o eran quemados, emitiendo al aire su tóxica carga.
Ahora, estos países asiáticos ya no quieren nuestra caca plástica; aunque les paguemos mucho. Hacen bien; ya tienen bastante con la suya, que es voluminosa y tampoco está bien gestionada, ni mucho menos.
La ONU dice que en 2017 España fue el séptimo país exportador mundial de desechos, desperdicios y recortes de plástico. El Ministerio de Industria nuestro cuenta que, entre 2010 y 2018, España “envió” a China/Hong Kong casi un millón de toneladas plásticas, más de la mitad de las generadas en ese periodo. ¡Qué barbaridad!
Los espabilados gestores de la basura española decían que enviaban nuestra caca plástica porque aquí no compensaba reciclarla. ¡Vaya caradura! Imaginamos que lo de compensar se refería solo a lo económico, que se desdeñaban las mejoras ambientales y a la salud de las personas.
Hay quien se pregunta qué haremos ahora con nuestra basura plástica. Algunos apuestan (Federación Española de Recuperación y Reciclaje) por reciclarla; otros como Greenpeace por no generarla, lo explica bien esta ONG en Maldito plástico.
¿En qué grupo se encuadra usted para “eliminar” esa caca plástica que cada día produce? Seguro que no consigue adquirir los productos que come libres de envoltorios plásticos; por más que haga pesquisas detectivescas. Así, la bolsa amarilla es siempre la más voluminosa de casa; hay que descargarla casi cada día.
Si se le ocurre alguna idea interesante para ser menos “plasticantes” díganosla. Si quiere ampliar la información sobre el mundo plástico, y sus submundos, no deje de visitar y leer despacio las noticias de la minuteca plástica en 20minutos.es. Hable del asunto en casa y con las amistades. La cosa plástica está muy descuidada.
¿Cómo iremos de cargados cuando lleguemos a la Cima 2030?
(Diego Azubel / EFE)