Te contamos los Juegos desde Pekín

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El día que tocamos a Mr. 9.69, el hombre-relámpago

Aún estamos flipando. La camisa no nos toca la piel. ¡Qué pasadaaaaaa! Es algo indescriptible. El Nido de los Juegos Olímpicos es aún una revolución de emociones. Casi 100.000 almas hemos visto algo único en nuestras vidas. Algo que jamás volveremos a ver.

Usain Bolt, el hombre-relámpago, ha roto el tiempo. Acaba de batir el récord del mundo de 100 m. Y eso que acabó sobrao. Es desde ahora mismito Mr. 9.69, el más veloz de la faz de la tierra. Y campeón olímpico, algo con lo que soñó desde que hace una década (ahora tiene 21) el entonces jovencito delicado de Trelawny, Jamaica).

Y nosotros estuvimos con él. Lo entrevistamos, en exclusiva. Y lo tocamos. ¡Tocamos a la bala humana! Fue el martes pasado, 5 de agosto, por la tarde. Raúl siempre confió en que lo lograríamos. Y así fue. ¡Muchas graciaaaaaaaaaaas! Ya se lo podremos contar a nuestros hijos…y a algún día a los nietos. Podemos decirles: nosotros estuvimos allí. Con él.

Poderoso, amable…directo al corazón

En la distancia corta es superior. Es poderoso. Sus zapatillas, doradas, como su enorme reloj, su anillazo, su talla, ese cuerpo…Imponen, al principio. Pero muy sencillo, como tímido y reservado. Y muy amable. Incluso accedió a que nos hiciéramos fotos con él.

Tras ganar la carrera-bala, Bolt se desató. Se llevó la mano al corazón. Se abanderó con Jamaica (nos contó que la fiesta en su país sería de escándalo esta noche) y nos regaló una vuelta de honor. El homenaje de todos en el Estadio Nacional, puesto en pie y reventando de palmas y vítores. Él danzó y bailó. Y se abrazó con muchos del público.

El mejor recuerdo de su vida

Bolt -nos desveló- celebrará su triunfo con sus amigos de siempre, los de toda la vida. En privado. Seguro que escucharán regaae, mucho, y algo de pop. Y de reojo mirará a aquel muchacho que jugaba al fútbol en las calles de su pueblo. Es el mejor recuerdo de su vida, nos desveló. Quizá a ése se la una lo vivido hoy en Pekín, cuando el pájaro supersónico voló sobre El Nido.