Fib Heineken (Benicassim) 16 y 17.7.2011 (Sabado y Domingo)

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Tras un inicio medido y sólido en el directo Nadadora (podéis leer la entrevista de HTM aquí) en el Fiberfib.com, uno más de los grupos españoles que dieron la talla y encandilaron al público, comenzaron los platos fuertes de la jornada redonda y variada del sábado.

Tan sólo media hora después hacían entrada en el Maravillas los australianos Tame Impala con todo un alarde sonoro cercano a la psicodelia de los inicios de los Pink Floyd del Piper at the Gates of Dawn. Con su disco debut Innerscaper les bastó para atrapar con unos altavoces aún a medio gas a los numerosos fibers que se dejaban atraer por las melodías y los solos que reptaban bajo un sol de justicia.

De un lado a otro, deambulando por las instalaciones- en la carpa de Red Bull los murcianos Layabouts repitieron en el FIB pero esta vez a través de unos cascos-, iba desgranándose el sonido de una tarde a la que le costaba apagarse para dar paso a la oscuridad más propia de las grandes citas. Pero antes, la programación guardaba un increíble as en la manga. Y fue el que se sacó el Maravillas con los granadinos Lori Meyers.

Con un sonido explosivo tanto a las guitarras como a los sintetizadores, supieron aprovechar todos los recursos a su alcance para demostrar que son capaces de llenar y dejar repleta toda la gran escena de un festival mayor como éste. Mi Realidad constató su evolución a través del fortalecimiento de su carácter directo y sin ambages, el nombre propio en una recta final que puso a todo el mundo a saltar enloquecido. Fue Alta Fidelidad la encargada de cerrar un concierto impresionante, con descenso al público de Noni incluido, lanzamiento de guitarra al suelo, un conato destructivo contra los platos de la batería y un saludo sudoroso de rigor. Sin duda, uno de los platos fuertes del día.

Después de pasar por el casi intimista inicio de Bombay Bicycle Club en el Fiberfib.com, de vuelta al Maravillas con Mumford & Sons ante un abarrotado público británico, deseoso de cantar a pleno pulmón las letras del conjunto del «country espiritual». Los cánticos y la emoción llegaron a su máxima expresión con las primeras notas de The Cave, aunque no fue el único de los pegadizos y sentidos estribillos que erizaron la piel de los allí presentes. A la espera de su próximo trabajo, de momento Sigh No More parece inagotable ante la acogida que tiene por parte de sus seguidores.

Recta final para Arctic Monkeys entre un público cada vez más apretado, en cuyas primeras filas alguno del cuerpo de seguridad se temió que pudiera darse algún caso de asfixia. Mientras tanto, Beirut, ajeno a lo que ocurría en el escenario principal, encandilaba con su repertorio también cercano al folk, pero el de vientos metales.

Los de Sheffield salieron al Maravillas mientras se podía escuchar Sexy Thing de Tom Jones. Nada que ver con lo que esperaba a continuación. La potencia con la que comenzó a sonar Library Pictures de su magnífico y nuevo trabajo Suck it and See fue demoledora. Brainstorm, The View From The Afternoon, Teddy Picker enlazada con la que ya suena a clásico Crying Lightning fueron algunos de los contundentes golpes con los que hicieron saltar por los aires a los allí congregados. También hubo geniales guiños a una nueva forma de hacer repertorio con sus más nuevos temas, entre los que cabe destacar Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair, la deliciosa She’s Thunderstorms, la delicada The Hellcat Spangled Shalalala, el revival sesentero de Brick By Brick o la evolutiva All My Own Stunts. Este joven conjunto tiene sin duda mucho que decir y de muchas formas diferentes. Pero la canción que se queda en el recuerdo no es otra que Pretty Visitors, otra de las gratas sorpresas de este festival con una contundencia que merece letras mayúsculas.

Para concluir la jornada de conciertos, qué mejor que los fantásticos Primal Scream que, como cabía esperar, dejaron con la boca abierta y las extremidades agitadas al respetable. No sólo por una inmejorable lectura del mítico Scremadelica- que cumple y bien cumplidos sus 20 años de aniversario-, puesto que, también como era previsible, la cosa no quedó allí. Por supuesto, fue Movin’ On Up la más coreada y jaleada, aunque le pisó los talones Jailbird de Give Out but don’t Give Up (1994). Una clausura de lujo de estos veteranos escoceses que lidiaron con el rock más típico del sur de EEUU.

El domingo fue el día de las despedidas, aunque el público no llegó a flojear ni por un instante. Tal vez dio apertura uno de los grupos más flojos del festival en el Fib Club, el dúo de Gijón Indienella, un tanto insípidos.

Siguió la tarde otro conjunto español, esta vez los mallorquines Antònia Font, que indudablemente han utilizado su último trabajo Lamparetes para ampliar una conexión amena, misteriosa y en ocasiones casi divertida. Todo eso pudo verse en el Fiberfib.com antes de que comenzaran los esperados Catpeople en el Maravillas. He enlazado ya tres grupos españoles contando a estos últimos de la escena viguesa, lo que reafirma la apuesta del festival sobre grupos también españoles, en este caso un absoluto acierto.

De vuelta al Fiberfib.com, The Joy Formidable consiguieron levantar al público de la mano de una auténtica shoegazer Ritzy Bryan, la imponente frontman del conjunto de Gales. Se subía la tensión con un repertorio más cercano al noise sin concesiones de su magnífico disco debut The Big Roar.

Compartieron hora en diferentes lugares dos grupos indispensables: Veronica Falls y Noah and The Whale. Polos opuestos. Uno oscuro, pesado y compacto, el otro ligero, alegre y con un detallismo característico de bandas como Vampire Weekend. Estos últimos consiguieron hacer especialmente las delicias del público congregado ante el Maravillas.

El sol estaba ya bajo, pero si se desplomó seguro que fue para dar entrada a Portishead. El mítico conjunto británico nacido a principios de los 90 que era posiblemente de los más esperados entre los fibers. Hicieron justicia a una leyenda que cae sobre sus espaldas con todo un repertorio de corte experimental en el que relució con especial brillantez la voz de Beth Gibbons, que supo llevar de la mano la tensa sucesión de grandes de sus canciones más conocidas, como Glory Box, la más celebrada. También intercalaron temas de su nuevo trabajo Third sin bajar el nivel de una actuación para el recuerdo.

The Go! Team fue otro de los conjuntos ingleses que se sumó a esta recta final inmejorable y con una energía que supieron trasladar a la perfección al público, pendiente de los movimientos de la hiperactiva Ninja, con ropa de deporte para la ocasión en la que saltaron hasta las piedras del suelo.

Pero el telón psicológico fue el de Arcade Fire, una banda que ya había sido aclamada desde sus inicios con Funeral pero que se ha dedicado a ratificar su título de fabricante de temas rompeestadios con su último trabajo Suburbs. Los canadienses no pudieron estar más acertados. Hicieron gala de su derroche en instrumentación  y en sonoridad en directo. Ni siquiera la actuación de Portishead les amilanó en una hora repleta de épica y grandiosidad. Casi se les quedaba pequeño el escenario Maravillas en el que desplegaron toda serie de instrumentos de percusión y cuerda. Algunos temas como Rococo, Modern Man o We Used to Wait de su nuevo trabajo se encargaban de sellar con letras doradas el final de su gira de presentación del álbum del año pasado, aunque la que convirtió al público en una masa enloquecida fue Wake Up y, en menor medida pero de una forma no menos sorprendente, la fantástica Ready to Start.

Como comentaba, una programación que hacía gala de la diversidad sonora y de calidad en la que tienen cabida tanto grupos noveles, en camino de consolidarse como futuras referencias y de conjuntos con leyenda particular. Un buen gusto que ha sido un placer disfrutar.

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Carlos Naval
Carlos Naval
Periodista. Formó parte de la redacción de HABLATUMÚSICA de 2010 a 2013. Actualmente continúa su carrera en diversas compañías del sector de la Comunicación.

7 COMENTARIOS

  1. Grandes crónicas! Arctic Monkeys me dejaron exhausto y con un subidón indescriptible y Arcade Fire fue un espectáculo de luz y color sin igual. Me sentí un privilegiado de poder vivir actuaciones como la de los canadienses. Un abrazo!

  2. No coincido en algunas cosas, algo obvio si se tiene en cuenta que no soy la persona que ha escrito el artículo, pero me ha hecho recordar la rematadamente bien que me lo he pasado en este FIB.

    Una cosa: Arcade Fire no tocó Modern Man en Benicassim.

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