A pesar de estar vendiendo ya los abonos de la edición del año que viene, el FIB se encuentra, desde hace unos días, en una situación peculiar. El conocido «rey de los festivales», el señor Vince Power, vivió (o eso dicen) este lunes 24, un lunes negro.
Su empresa, Music Group, responsable, entre otros, del FIB de Benicàssim, descendió, en bolsa, a 310.000£ desde una cotización (Junio 2012) de 10 millones£. La menor afluencia de público, los JJ.OO y la competencia de otros festivales pueden explicar esta situación. El caso es que la empresa ha dejado de cotizar en bolsa y está a punto de abrir un proceso que puede terminar en concurso de acreedores (no pueden hacer frente a los pagos que adeudan). Es el proceso habitual cuando una empresa está en quiebra.
Por el momento, el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, ha asegurado que no y ha mostrado el apoyo institucional al festival: “Vamos a estar al lado de la organización en todo. Les vamos a apoyar al máximo en cuanto necesiten con el objetivo de consolidar más si cabe este evento”, ha declarado.
Por lo que se ve, la burbuja de los festivales ya afecta hasta a los más grandes.