Si en el pasado #culturaTown reflexionaba acerca de los prejuicios a la hora de aceptar nuevas formas de producir y consumir música, hoy lo hago acerca de como estos mismos prejuicios pueden hacer que te pierdas mucha y buena música, buen cine o buena pintura.
Tengo la sensación de que vivimos en una sociedad sumergida en un aire conformista. Quien se tira en el sofá a ver series 24h/dia no puede innovar, no crea ni emprende. Tampoco puede aceptar que la sociedad cambia y evoluciona alguien que se aferra al pasado. No puede reconocer a alguien que innova, a un pequeño genio que trae aire freso a una disciplina artística quién no tiene los oidos y los ojos bien abiertos y, sobre todo, la mente bien abierta para ver lo que se le está escapando entre los dedos.
Springsteen es uno de los más grandes músicos de las últimas décadas, cierto, pero James Blake ha revolucionado un género como el dubstep aportándole su sello inconfundible. El piensa, crea e innova. Bon Iver rompió con su novia y utilizó su tristeza, su nostalgia para componer una homónima obra maestra en la que cada canción de la placa habla de un lugar distinto, de un sentimiento distinto. Estaba todo inventado en el blues, en el rock, pero llegan The Black Keys, juntan ámbos generos y te hacen un disco sublime, para el recuerdo. A Anthony González le bastaron 30 años de reflexiones y aprendizaje para hacer del de m83 el disco del año el pasado 2011.
Decir que está todo inventado y echarse a dormir es el deporte favorito de los que critican sin saber. Innovar es ahora más fácil que nunca, aunque parezca dificil por la gran cantidad de oferta y competencia que pueda existir. Tenemos todos los medios a nuestro alcance, toda la música de la historia a un sólo click para recoger influencias y volcarlas en un viejo disco, en bandcamp o donde sea. La revolución tecnológica que se está viviendo en la última década trae consigo implícita una revolución cultural que genera innovación y por consiguiente diversión.
Nunca había descubierto una cantidad tan amplia de artistas con una propuesta de calidad como en los últimos dos años, coincidiendo con el auge de las plataformas de música en streaming. El hecho de que «cualquiera» pueda crear da lugar a esperpentos como Lana Del Rey y a genios como The Weeknd. Personajes como la primera y como el segundo ha habido y habrá siempre, la diferencia es que en los últimos años los segundos proliferan más que nunca, aunque haya quién se niegue a verlo. Basta con echar un vistazo al cartel del Primavera Sound para entender de lo que os hablo.
Innovar sólo está al alcance de unos pocos que saben recoger las influencias del pasado, reciclarlas y convertirlas en algo nuevo. La diferencia es que esas influencias ahora están al alcance de cualquiera. Para innovar y ver quien innova hay que tener la mente preparada para los cambios. Está todo por hacer.