SONES
[2011]
[7,8]
La primera vez que uno se enfrenta a las canciones de Manos de Topo resulta difícil creer que haya gente capaz de aguantar todo un disco con el sonido que emana de las cuerdas vocales de su líder, Miguel Ángel Blanca, quien, más que cantar, parece que está a punto de romper a llorar. A pesar de o gracias a lo cual los barceloneses ya van por su tercer trabajo.
Quienes no quedaron convencidos a la primera con Ortopedias bonitas (2007) y aún así les dieron una segunda oportunidad con El Primero era Mejor (2009) pero no pudieron acabar de escucharlo, no van a cambiar de idea con Escapar con el Anticiclón. Ahora, quienes asimilaron ese cante como quien oye llover y han sabido ver más allá y comprobar que lo ‘desagradable’ de la voz de Blanca puede resultar hasta divertido y cobra sentido en algunas canciones, en esta tercera entrega confirmará su idilio con la banda. Para los que se acercan por primera vez a un disco del grupo catalán, ojo, cuesta acostumbrarse a esa voz. Sin embargo, merece la pena darle una oportunidad para descubrir que la única particularidad de Manos de Topo no es su cantante, sino unas letras singulares que te atrapan y te hipnotizan una vez superadas las trabas vocales.
Los barceloneses vuelven a regalar al oyente verdaderas perlas literarias en este nuevo cancionero (inspirado, una vez más, en las relaciones amorosas), con frases que despiertan nuestra empatía, la risa o nos pueden hacer soltar incluso alguna que otra lagrimilla como nos pillen con la moral tocada. En el primer corte, Mentirosa, el protagonista se queda a gusto enumerando las no verdades que le ha ido contando ella, tanto que “hay una tesis, sobre ti, quiero volverte a examinar”. Poco a poco pasa del ataque al conformismo, y no puede evitar decirle “con tus dudas fabriqué un universo donde me quieres más que ayer”. También aparecen las frases-puñaladas de las que se podría tirar en plena discusión de novios, como por ejemplo, “Es bueno saber que existen otros planetas donde no siempre soy yo el culpable” (en Tus Siete Diferencias, cuyo vídeo te adelantamos) o “el querer a sangre fría no asegura compañía” (En sintonía). Se dan otros casos más desconcertantes como Tragedia en el servicio de Señoras. ¿Cómo responder ante líneas como “Contrabando de bolas de nieve, qué difícil es ser sexy en Navidad”? Con una sonrisa, por lo menos. El romanticismo, lo absurdo y lo triste van de la mano, aunque estas diez historias de 2011 son menos enrevesadas que en sus primeras composiciones y el protagonista ya no se compadece tanto de sí mismo como antaño.
Otras de las armas de la banda son sus arreglos instrumentales, que ya apuntaban maneras en canciones tempranas como Carta a los Reyes o Feliz Mañana, y que han evolucionado favorablemente, gracias quizás a la mano de Ramón Rodríguez (más conocido como The New Raemon), encargado de la producción. Los vientos y cuerdas mantienen su papel, con detalles bonitos como el interesante aporte del violín en la ya mencionada En Sintonía, junto a los teclados y el xilófono, mientras que las guitarras reclaman algo de terreno, como en la apertura de Mejor sin Pijama. Manos de Topo le han sacado mayor partido a este aspecto, consiguiendo una coordinación mucho más efectiva con las historias que relatan.
En 31 minutos de disco (cada vez más se lleva lo corto pero intenso) Manos de Topo vuelven a introducir al oyente en ese universo surrealista, absurdo, cómico y agridulce que crearon hace ya cinco años. Y sí, algunos se pueden seguir preguntando, ¿y esa voz? Por insoportable que resulte (hay que insistir: cuesta acostumbrarse, paciencia), es el elemento diferenciador de la banda y sería un error renunciar a ella. Sus letras en boca de otro cantante no tendrían el mismo efecto y sería una banda indie más. No todos van a tener la potencia de Pucho de Vetusta Morla, la gracia de Noni de Lori Meyers o el magnetismo de Santi Balmes de Love of Lesbian. Cantando de forma poco convencional también se puede destacar. Sino que se lo digan a Los Punsetes.
