La aventura ibérica de un guiri más crudo que una pescadilla

¡El guiri está en Barcelona!

Ya estoy de vuelta, esta vez desde Barcelona, donde me he traslado por motivos de trabajo. Así, mi aventura ibérica sigue, y ahora en una región con identidad fuerte, ¡Cataluña!

Estoy notando mucho la diferencia entre la ciudad condal y Madrid. Barcelona tiene un toque continental y, por supuesto está llena de guiris. Camino por las carrers y observo americanos, alemanes e ingleses por todos lados. Una observación que sólo se afirma con la estrena de la nueva película de Woody Allen, «Vicky, Cristina, Barcelona». Una película que, cómo sabemos, fue pagada por empresarios catalanes para mejorar la imagen de la ciudad condal.

No hace falta decir que el clima suave de la costa mediterránea me conviene y que estoy encantado de no tener que volver al frío nórdico. Me contaron que ya ha caído la nieve sobre las tierras del Norte.

Por el momento ha empezado bien mi aventura por aquí, ya os seguiré contando cómo me va la integración en la sociedad catalana…

El flamenco- una música universal

Hace un par de días fui a mi primer espectáculo de flamenco, en un teatro del barrio madrileño de Lavapiés. Actuó la bailaora Concha Jareño, y me encantó el espectáculo. Para nosotros los guiris, el flamenco es una de las primeras cosas que surge cuando hablamos del país del piel del toro, junto a las corridas y la sangría.

Además, el mundo del flamenco está íntimamente liado con él de los toros, y bailaroas y toreros suelen protagonizar en las revistas del corazón. De hecho, uno de mis primeros artículos en 20 minutos fue sobre el bailaor Farruquito y su sentencia por haber atropellado a un hombre en Sevilla. Me sorprendí la intensidad de los comentarios….

Conozco el flamenco desde hace un par de anos, cuando estuve en un concierto del grupo Ojos de Brujo, protagonistas del nuevo flamenco mezclado con elementos de rock y hip hop. Y hace un par de meses me compré mi primer disco, «La leyenda del tiempo» del grande Camarón de la Isla.

Estas experiencias musicales me han quitado la imagen que tenia antes del flamenco cómo algo raro y folclórico, que apartenia a las ferias turísticas de Andalucía. La verdad es que el flamenco, su baile y su letra, habla a todos, que sean españoles o no.

Por eso su fama esta creciendo a nivel mundial, y hasta los pueblos perdidos de mi país, se apuntan chicas para aprender a bailar las sevillanas!

Ahora me voy de vacaciones a mi tierra, pero en cuanto vuelva os contaré más sobre mi verano iberico…

La corrida de toros, ¿un arte bárbaro?

El domingo pasado fui a mi primera corrida de toros, aquí en la Plaza de Las Ventas de Madrid. Sin querer ofender, hay que decir que para nosotros los extranjeros la corrida nos parece una barbaridad y algo que pertenece a otra época, como las luchas de los gladiadores romanos o la caza de brujas de la Edad Media.

Yo nunca había ido a una corrida, y no quería hacerme una opinión antes de haberlo visto una con mis propios ojos, así que fui el domingo con un amigo madrileño, gran aficionado de los toros. Asistí a una novillada nocturna, donde compiten toreros jóvenes para ganarse una plaza en la próxima Feria de San Isidro.

La verdad es que la corrida no me repugnó tanto como me lo esperaba. Hombre, claro, no es divertido ver al toro sufrir en la fase final, sobre todo cuando no muere por la espada, sino que tienen que darle la puntilla. Cuando sacaron el toro muerto, me dio náuseas. Pero una vez asistí a una pelea de gallos en Ecuador, y eso me dio mucho más asco.

Por otro lado, comprendo porque la corrida le gusta a tanta gente. Es un espectáculo muy bonito con toda su liturgia; los pasos, ritos, trajes, la música. No tiene nada que ver con el deporte, pero como dijo mi amigo, es un arte que se parece al ballet. Y supongo que, como con cada arte hay que conocerlo para bien valorar los pasos y los movimientos de los toreros.

Esta tarde en las Ventas olió a muerte como siempre, pero también a guiri. Sobre todo muchos americanos, todos ilusionados con los relatos de Hemingway sobre la tauromaquia. El público sacó dos veces el pañuelo blanco e incluso dieron la oreja a uno de los toreros. Pero este entusiasmo sobredimensionado no fue aprobado por los viejos aficionados castizos, que siempre están allí con su puro y sus pipas…

Nettby- nuestra ciudad en la red

Uno de los mitos que tenemos los guiris sobre los españoles es que vosotros sois muy habladores y muy sociales. Siempre en la calle o en algún bar, charlando y haciendo bromas.

En el norte tenemos más fama de ser callados e introvertidos, ya que hace frío y la gente no puede salir a la calle. Por eso muchos noruegos se han enganchado a varios redes sociales en Internet, para hacer amigos cuando los vientos polares y la oscuridad no permiten salir del hogar.

En Noruega, lo más popular de estas redes es Nettby, que nació hace 2 años y que hoy tiene casi 750 000 usuarios en una población de 4.5 millones. Es decir, ¡uno de cada 6 noruegos está registrado!

Ahora Nettby ha llegado a España, mirad nettby.es. Os recomiendo a todos a registraros, serráis de los primeros en probar esta nueva herramienta social.

En Nettby creas tu perfil y lo personalizas a tu gusto con imágenes, vídeos y música. El truco está en que te haces amigo de la gente que comparte tus aficiones, que sea cine, música o deportes. Es para hacer amigos nuevos, no solo para mantener el contacto con los viejos amigos de siempre.

Para acceder a la nueva comunidad, regístrate aquí. Y añádeme como amigo, mi usuario es iver. ¡Nos vemos en Nettby!

Se toma un desayuno castizo. ¿Con churros o con porras?

Esta es una de las preguntas que tenemos en la columna de 20 minutos llamada Madrid según, donde preguntamos a gente conocida sobre los tópicos de la vida madrileña.

El horario gastronómico es algo que nos separa bastante la gente del norte y la del sur, y para mi fue un desafío adaptarme a las horas de comer aquí en España.

En Noruega, se suele comer a estas horas: a las siete se desayuna fuerte, a mediodía se toma un almuerzo ligero (una ensalada o un bocadillo) y a las cinco de la tarde, se cena fuerte. (La gente suele hacer jornada intensiva, de 8h a 16h, con media hora para comer.)

Al contrario, aquí en España vivo un cambio gastronómico que todavía me cuesta. Se desayuna muy ligero, con solo un café y algo dulce, y luego no se come hasta las tres de la tarde, y ¡no se cena hasta las diez de la noche!

Estas largas horas antes del almuerzo me llevan a la desesperación y, como estoy muerto de hambre, siempre como demasiado así que es muy difícil trabajar después. Pero por lo menos uno tiene mucha energía por las tardes… Y la dieta española debe tener sus virtudes, porque se ve menos gente gorda por aquí que en mi país.

Por mi parte, me he visto obligado a introducir un segundo desayuno, como a las diez y media de la mañana, para calmar mi sistema digestivo. Suele consistir en un café con leche y unos churros, una napolitana o el nuevo favorito, la barrita de tomate.

Entonces os pregunto, ¿cómo es vuestro desayuno?

El Botellón suena familiar para un guiri

La gente en el Norte de Europa suele pensar que los españoles beben a menudo, pero poco. Suelen tomarse una copa de vino con la comida o un aperitivo, pero nunca se emborrachan. Sin embargo, los nórdicos no beben con frecuencia, pero cada vez que toman, no paran hasta que están en el suelo. La gente nórdica que toma entre semana se defiende contra la acusación de alcoholismo argumentando que han adoptado el estilo de vida mediterraneo, que para nosotros implica tomar un poco cada día.

Pero al venir en España, esta ilusión mía se rompió. Me encontré con una famosa costumbre española, el botellón. Durante mis primeras visitas en la península, hace ya unos años, vi a miles de jóvenes bebiendo en plena calle. Bebidas fuertes circulaban de mano en mano, mezclándose unas con otras, dando lugar a todo tipo de duros combinados. Sin mencionar la bebida que para mi es la más friki de todas- el calimocho – ¡vaya sacrilegio enológico!

Como sabéis, esta costumbre ibérica se ha prohibido por la dicha «ley seca», pero mis amigos españoles me siguen contando anécdotas de su adolescencia, cuando la juerga todavía era legal. Sin embargo, sigo observando pequeños botellones todavía, incluso en la calle donde vivo, y he observado la popularidad de los dichos «macrobotellones» organizados últimamente.

El botellón como fenómeno inspira estudios sociológicos, como el libro de Artemio Baigorri, «Botellón: un conflicto posmoderno». El profesor de Sociología de la Universidad de Extremadura mantiene que en las citas botelloneras cada vez es más frecuente encontrar a no sólo los chicos de 16 años, pero que ahora también los que han cumplido los 30 años siguen con esta fórmula. El profesor afirma que los treintañeros mantienen viejas costumbres de diversión por temas económicos, dado que muchos hoy en día son mileuristas. A ver si la crisis hace renacer el botellón…

El botellón me suena bastante a una tradición que tenemos en Noruega. Allí, la gente se reúne en casa antes de salir, para beber. En el próximo post os contaré sobre esta costumbre, que llamamos el vorspiel, y que muestra que los jóvenes son iguales por todas partes. Y para mi beber como un bárbaro, que sea en Madrid o en Oslo, debe ser más premoderno que posmoderno.

Espectáculo andaluz

En España, la religión es algo muy presente, por lo menos en unos sectores de la sociedad, y es algo que golpea a los extranjeros que vienen aquí. En los países del Norte somos oficialmente protestantes, pero la verdad es que es ya una sociedad bastante laica, (o hereje, como me lo dijo un colega español…).

En Semana Santa a fui a Andalucía con otro amigo guiri. Es una tierra que ya conozco un poco, hace un par de años fui a la feria de Málaga, y este año visité Córdoba y Sevilla. La madrugada de viernes santo la pasamos en Carmona, un pueblo al lado de Sevilla. Localidad preciosa, con su antiguo alcázar donde se ubica hoy un parador.

Durante el día de jueves santo, el pueblo estaba bastante tranquilo y habíamos pensado pasar la noche allí antes de irnos a Sevilla. A las nueve salimos para cenar y de repente escuchamos una música y vimos un montón de gente en frente de la iglesia principal. Empezó a salir la estatua de la virgen, mientras que la banda sonaba. Todo el pueblo estaba mirando, y nosotros fuimos los únicos guiris. Fue mágico observar la procesión con nazarenos y hermandades, cada uno con un vestido de un color diferente. De hecho, para un guiri es extraño ver los capirotes de los nazarenos, ya que se parecen bastante a los vestidos del Ku Klux Klan, el grupo racista estadounidense…

Seguimos la procesión toda hasta la madrugada, tomando copas y tapas en el camino. Fue estupendo ver una tradición tan bonita, y estar cerca de la gente emocionada por el espectáculo. Pareció que todo el pueblo había participado en montarlo. En los países más herejes, como el mío, este tipo de tradiciones ya ha desaparecido.

Un domingo a la madrileña

Nadie hace el domingo como los madrileños. En otras ciudades del mundo, la gente aprovecha del séptimo día para descansar y preparar la semana que viene; hacen deporte, planchan la ropa, limpian la casa.

En Madrid es otra historia, aquí el domingo es como otro sabado. La gente sale, toma vermut al grifo, cañas, tapitas, copitas, cualquier cosa. Si caminas en la capital un domingo ves más gente por la calle que casi ningún otro día.

En Noruega, la gente pasa el domingo haciendo senderismo, bañándose en lagos fríos, tomando sauna, en fin todo tipo de actividad para limpiarse de los pecados del fin de semana y preparar el cuerpo y la mente para una semana nueva.

En Madrid, nada de eso, aquí hay que aprovechar hasta el último momento, el lema de los madrileños debe ser carpe dominicus. Después de haber salido el sábado hasta las tantas, los gatos se levantan el domingo, y ¡a tomar!

Este fenómeno se observa sobre todo en el barrio madrileño de la Latina. Ayer estuve por este lugar tan encantador, en la plaza San Andrés, hay una cervecería allí donde a veces se puede observar el santísimo Iker Casillas.

Fue un domingo perfecto. Estuvimos unos amigos con una nevera llena de Mahous frías, la plaza estaba a tope, todos hablando, chicas guapas, un grupo de estos músicos rumanos tocando los clásicos de siempre. Luego la gente pasa a la Plaza de la Paja, donde los bares sirven copas hasta la madrugada. Y nadie piensa en currar.

Para dejarlo claro, a mi me encanta el concepto del domingo madrileño y creo que el senderismo, lo tengo que dejar para adelante…

Gracias a todos por los comentarios que me llegan, y agradeceré a los que pueden comentar como se celebra el domingo en otras partes de España.

Aquí abajo veis el bar de la plaza San Andrés, llenísimo. Y he colgado una foto de dos amigos míos muriéndose de la risa, que nunca está lejos en la Latina.

El bar cutre, siempre de moda

Ayer salimos gente del periódico, para celebrar que ya mucha gente está de vacaciones. Solemos ir a un bar asturiano en la Calle del Pez, cerca de nuestra antigua sede madrileño en Callao.

El local es de uno de estos bares de toda la vida, con sus palillos, sus ceniceros, sus fotos de fiesta nacional y sus bufandas de equipo de fútbol. En fin, he aprendido que es lo que se llama un «bar cutre».

El bar cutre es un tópico de la sociedad española, veo uno en cada esquina. Es un lugar para cada momento del día, desde los churros y el café por la mañana hasta el último trago de la noche. Y atrás de la barra hay un viejo barman sirviendo patatas bravas con unas cañas bien tiradas…

Este tipo de bar no existe en mi país, allí los lugares se preocupan de siempre estar a la moda, de ser tan «cool» que se quita toda personalidad. Además, en los bares españoles viene todo tipo de gente, desde los abuelos hasta los chicos del instituto, y ¡todos se hablan! Al contrario, en los países nórdicos, las generaciones no se mezclan, hay un poco de segregación social.

Por supuesto se fuma mucho en el bar cutre, y los cigarrillos se tiran al suelo junto a las servilletas, como veis aquí. Es una costumbre que choca a los extranjeros, como venimos de lugares tan limpitos, donde ni siquiera se fuma en los bares…

¡Y pido a los lectores que me recomienden el bar más cutre de España!

La prensa deportiva, particularidad de los países latinos

En el paisaje mediático español, la prensa deportiva se destaca. Periódicos que escriben solo sobre deportes es algo típico de los países del sur de Europa, España e Italia siendo los principales representantes.

En países como Inglaterra, Alemania y Noruega existen los rotativos amarillos, que por supuesto escriben sobre los deportes, pero puros periódicos deportivos no hay.

A mi la verdad es que me encanta leer la prensa deportiva, es increíble que se monta tanta pasión por cosas tan sencillas. No digo que el periodismo sea bueno, pero por lo menos es divertido…

Sobre todo es divertido leer a los columnistas, que muestran cierta habilidad para sacar argumentos convincentes. Como cuando Tomás Roncero del AS afirmó que Cesc Fábregas iba a venir al Real Madrid porque, y escucha esto, a Cesc le gusta la comida del restaurante madrileño De Maria, que está a 1 km del Bernabeu… ¡Vaya razón para venir a Madrid!

Y ni quiero hablar del culebrón Cristiano Ronaldo, que montaje mediático. Vendiendo este tipo de portadas la prensa deportiva podrá salir de la crisis, ¿no?