Un sapo. Si es que todo el mundo (animal y humano) está loco por salir por la tele.
Esta mañana Julito y Palomares se han levantado hacendosos como siempre y se han encontrado en el salón a un nuevo participante: un sapo espontáneo.
Julito, que es muy precavido y tiene mundo, como Willy Fog, se puso una bufanda tapándole la boca, porque los sapos «escupen». Creo que los ejércitos de medio mundo se la van a poner también, porque debe proteger cosa mala una bufanda en la boca…
El caso es que consiguió que pareciera que había secuestrado al pobre sapo y que estaba pidiendo el rescate a través de las cámaras.
Palomares, que es más práctico, intentó usar al sapo para que se comiera alguna de las moscas que pueblan la casa de Guadalix (Algún detractor del programa hará chistes sobre la telebasura y las moscas).
Al final, cogieron la garrafa en la que internaron al pobre bicho y la llevaron al confesionario, donde la organización de hizo cargo del animal…
¡¡QUEREMOS SABER QUE HA SIDO DEL SAPO!!
Es más, ¡El sapo daría más juego que muchos concursantes! ¡QUE SE QUEDE!
A Mirentxu no le ha hecho ni puñetera gracia, porque le dan mucho asco. En ese momento estaba la buena mujer cocinando y por un momento he temido que recordara alguna receta de ancas…
Es el segundo sapo que se cuela en la casa de Guadalix, no en vano está situada en plena sierra madrileña, y los animalitos abundan (dentro y fuera de la casa).
NOTA: ORLANDO PASA DE NANI PORQUE TIENE UN AMOR FUERA
Este chico se está jugando ganar el concurso. Os pongo el extracto de una conversación que tuvo con Liz hace un par de días:
Liz: «¿Cuánto tiempo llevas sin pareja?»
Orlando: «Seis años. La verdad es que no soy de novias. No he encontrado a la chica adecuada, aunque sí hay una chica que me gusta mucho».
Liz: «¿De aquí dentro? «
Orlando: «No, de aquí dentro no, de fuera. Siento algo por ella que no siento por nadie».
Liz: «¿Y Nani?»
Orlando: «Nani me encanta, pero no sé, no me hago estrellitas en el cielo porque no sé. A lo mejor salgo de aquí y no volvemos a vernos».
¡Que canteo! Ya verás Nani cuando se entere, ella, que está enamorada como una corderita… ¡y pidiendo horas sin cámaras!