Esta gente empieza a ser un poco chapucera. Después de que el otro día los concursantes de la casa vieja supieran el sistema de las nominaciones por un despiste, hoy Iván ha visto con sus propios ojos la casa buena.
El caso es que estaban encaramados (como patos cojos, eso sí) a uno de los obstáculos de la pista americana, uno muy alto y desde allí y mientras pasaba haciéndose el sueco, pudo ver la otra casa, aunque no había nadie en el patio de la casa buena de Gran Hermano en ese momento.
Además, ni corto ni perezoso avisó a Raquel, que también echó una ojeadita.
El súper les llamó al confesionario, porque es una de las reglas de oro de Gran Hermano: EL CONTACTO CON EL EXTERIOR ESTÁ PENALIZADO.
Sin embargo, y yo creo que reconociendo que ha sido una cagada de la organización por hacer así de alto el obstáculo el súper les llamó al confesionario y les hizo la advertencia de que si lo volvían a hacer les daba la prueba por fallida.
Por otro ladito, llevan una panzada a pintar que no veas. Les han asignado la tarea de adecentar la casa pintando las paredes y decorándolas con dibujos de unas plantillas.
Es sólo una excusa para hacer publicidad, porque cuando les contaron la tarea en el confesionario estaban bien colocaditos todos botes de pintura para que se viera bien la marca.
El chulito de Carlos H, que es muy pero que muy chulo ha dicho que se queda con Gisela, que le gusta más de carácter. Cuando le preguntó Carlos F si era la de los ojos verdes, el chulo playa le dijo «no, la mía es morena con los ojos negros» ¿LA MÍA?