Charlotte y Belén Roca, enseñando argumentos semiesféricos y semicárnicos.

Dios santo.

No soporto las injusticias, de verdad. Sobre todo las que provienen de la discriminación por razones de sexo, raza, creencia o tinte.

Y eso es lo que está pasando en Gran Hermano, que se está discriminando a Belén y a Charlotte sólo porque tienen el pelo del color del sol, del oro y del agua oxigenada a su paso por una melena. Sí, amigos y amigas, ellas son inocentes y cuando digo ellas, me refiero a las seis, porque sus domingas también son rubias de espíritu y además pesan lo mismo que ellas y cuando viajan en Vueling tienen que pagar asiento.

El caso es que algunas personas en la casa, en un número que se acerca a todas, han criticado a estas dos criaturitas inocentes porque no limpian, no cocinan y en general no hacen nada que no sea velar por su aspecto físico y el mantenimiento y conservación de sí mismas.

«Se quejan porque no cocinamos, porque nos lo pasamos bien y nos tienen envidia. Tienen cara de amargados«, razonaron ellas, en un claro ejercicio de autocrítica como los que debía hacer Darth Vader después de estrangular a algún subalterno: inexistentes.

«Nosotras hacemos un montón de cosas», dijo Charlotte, que sin embargo, no cayó en la bajeza de enumerar y describir qué cosas. Yo creo que son inocentes.

¡¡Si ver una escobilla del váter y pensar que es un peine raro es ser culpable, entonces son culpables!!

¡¡Si pensar que la cocina es el lugar donde viven los duendes que limpian las ollas es ser culpable, entonces son culpables!!

¡¡Si vivir entre la mierda a gusto como una rata con lepra en un vertedero es ser culpable, entonces son culpables!!

¡¡Si que en un pueblo de Zamora estén sin aislamiento en las ventanas porque la silicona que les tocaba la tienen toda en las tetas Charlotte y Belén es ser culpable, entonces son culpables!!

¡¡Si que el emoticono que mejor te define es (0)(0), es ser culpable, entonces son culpables!!

¿Cómo puede alguien mirar a estas dos criaturas a la cara y pensar que son culpables? Es más, ¿cómo puede nadie mirarles a la cara?

Al final, Belén dio en el clavo y se atrevió de decir la verdad en voz alta: «Es porque somos rubias y nos lo pasamos bien y cuando lo pasamos bien da coraje«.

Maldita sea, casi lloro. Es por gente valiente como ellas por la que la discriminación se hunde, por la que los hombres, las mujeres y las mamas como sandías son iguales a los ojos de la humanidad.

¡¡EXIJO LA DECLARACIÓN DEL DÍA DEL ORGULLO RUBIA!! ¡¡#GranHermanoSoCastaño!!

Y no me vengáis con que ninguna de las dos superaría el refrán de «rubia de bote, _ _ _ _ _ _ morenote«, ni aquel de «el color de la ceja marca el de la almeja», ni siquiera el de «el color de la pestaña marca la castaña«, o el de «el pelo del brazo es mismo que de abajo», o el de «aunque lleves mucho tinte, naciste con el pelo más negro que el bigote de Kunta Kinte«.

¡¡ELLAS SON RUBIAS!! ¡¡CUANDO TU CORAZÓN ES RUBIO, NADIE PUEDE DECIRTE QUE NO SEAS RUBIA!! Bueno, excepto si eres Vin Diesel, que lo mismo es complicado.