La pregunta profética de Kiko Rivera en GH Dúo: «¿Están las madres concursando?»

Kiko Rivera, sin consuelo. Sin consuelo, sin Irene… (FOTO: TELECINCO)

Kiko Rivera sigue siendo aquel pequeño del alma con su piel de canela. Más calvo, eso sí, pero sigue siendo más tierno que un plátano pasado.

El día de los juicios cuando le tocaba a él ser juzgado no le dieron la palabra a Irene, su mujer. Y cuando acabó su juicio, del que encima salió absuelto, se cogió una rabieta de padre y muy señor mío. Pero de padre, de abuelo, de bisabuelo, tatarabuelo y así hasta el primer mono que se puso de pie y muy señor mío.

«A mí no me ha defendido nadie«, decía el niño disgustado, que encima la tomó con Irene, que no dijo nada porque la jueza, que era menos flexible que el cerrojo de un castillo, no la dejó hablar.

Y ahí estaba Irene, aguantándole. Cuando la Madre Teresa de Calcuta perdía la paciencia llamaba a Irene para que acabara el trabajo.

«¿En qué momento hemos dejado de ser uno?«, le decía Kiko, que se despega de Irene y suena como el que abre el velcro del cierre de una zapatilla.

«Tengo mis sentimientos, como cualquier otro«, se quejaba Kiko, como si fuera Robocop y dudáramos de su lado humano. Pero él es más Comocop, porque el 90% de los vídeos de Kiko son conversaciones en las que tiene que traga rantes de hablar.

Hay tertulianos que se llevan un boli cuando van a la tele y argumentan con él en la mano. Si Kiko tuviera que ir a debates en la tele se llevaría un bol blanco con espaguetis dentro para poder argumentar.

También se picó porque le habían sacado cosas de su vida de fuera. Sí, él ha contado hasta que su tío le hace el boca a boca a los perros de Cantora, pero le jode que los demás hablen lo que él ha revelado. Jatetú.

Y cómo no, Kiko sacó a relucir a su madre y como él consideró que la habían aludido, dijo quejándose: «¿Están las madres concursando?».

DÍNOSLO TÚ, KIKO.

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El caso es que a los cinco minutos Kiko estaba en su cama más triste que Dora la Exploradora sin mochila, y le dijo «Ireneeeeeeeeeeeeeeeeeeee». Y allí fue ella, y reconciliación que te crió. Sólo le faltó a la mujer acunarle y darle el pecho.

En plató estaban la madre de María Jesús, que es muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy pesada y la representante de Kiko, para defenderles.

«Yo soy amiga de la familia y trabajo con ellos y por esa familia ma-to«, dijo la representante de Kiko venida arriba.

Y la madre de María Jesús le dijo «pues yo mato doble por mi hija«.

Competición de matar. Estas dos mujeres se alían y acaban con la vida en la Tierra. Ni meteorito ni leches, el fin de la especie la van a provocar estas dos señoras un día que se levanten con el pie torcido.

Qué ansia por matar, es admirable. Jack el Destripador tenía en su cuarto un póster de estas familiares destroyer.

Les pusieron una peli, la de Lo dejo cuando quiera y se rieron mucho. Sobre todo Juanmi, con esa forma leve de reír que él tiene y que si se me sienta al lado en el cine le meto las palomitas en la boca, pero con el cartón y hasta que se ponga morado y deje de moverse. Te jode la película a ti y a los de la sala de al lado.

A María Jesús en un momento dado le reprocharon que sacara cosas de fuera para atacar a sus compañeros.

«Hablar de las deudas de Kiko… eso no es hablar de lo que pasa en la casa…», le recordó Jordi.

JA JA JA JA

María Jesús es una experta en liar el debate. Se pone a rebatir y empieza a meter temas de por medio, los mezcla, sin agitarlos, les echa ingredientes, los aliña y empiezas hablando de que ella la cagó por hablar de las deudas de Kiko y acabas comentando los últimos avances en neurología aplicada a la reproducción de alimoches.

Y a cada uno les llevaron unas cajas.

En la de María Jesús estaba Pepa Pig y un muñeco que se parecía a Pocoyó, pero como de bazar de todo a cien. María Jesús los olisqueó como si tuviera que seguir un rastro. 

«Eres muy poco conflictiva», le decía en una carta su hermana. JA JA JA JA ¿María Jesús conflictos? Ninguno. María Jesús mea paz. María Jesús exhala convivencia. María Jesús se mete en una pelea a navaja y los cuchillos de convierten en almohadas.

Juanmi tenía en la caja un dibujo de su nieto en el que había escrito «Mantecao». Pero no había mantecados. Timo gordo.

En la de Albalá (María Jesús seguía llorando de fondo) había una camiseta con dedicatorias de su familia y amigos. Se emocionó mucho. Ah, no, que se quedó más frío que el cojón descolgado de un pingüino.

Irene y Kiko tenían los cojines de sus hijas y unas tarjetas de dedicatoria con firmas de sus amigos y familiares, incluida una de su madre, Isabel Pantoja.

«Eres mi vida, estoy muy orgullosa de ti. Has hecho un concurso de categoría, para mi, como para todas las madres de los concursantes, eres mi ganador. Arriba mi vida, te amo», decía la nota.

Y tenía que haber puesto: «Ah y lo mismo cuando llegues a casa no estoy, me llevo los biquinis«.

La primera en salvarse de la expulsión, aunque no por orden de porcentajes necesariamente, fue María Jesús. «Un beso a mis padres, que se acuestan conmigo y se levantan conmigo«, dijo. Espero que la cama sea grande.

Y se fue para la casa a llorar. María Jesús sin respirar puede estar seis horas, sin llorar ni cinco minutos.

Confirmado Colate: «He sentido la llamada y soy concursante de Supervivientes 2019«, dijo. Sí, la llamada del dinero.

El siguiente en salvarse fue Kiko. «¡Todavía dando calambre!», dijo él exaltado. Creo que a Kiko lo patrocina Endesa.

Poco después se salvó Juan Miguel. ¡¡¡¡SORPRESÓN!!!!

Un minuto antes estaban María Jesús y Kiko diciendo «seguro que se va Juan Miguel». Me da que de ahí no sale Juanmi ni incendiando la casa.

Kiko se puso histérico, claro, porque su mujer estaba en peligro de expulsión. El muchacho paseaba por la casa nervioso que hizo hasta surco en la tarima.

En plató se lió gorda con Sofía y la madre de Albalá. Se empezaron a picar la una a la otra, que ya venían calentitas de las redes sociales y la mujer acabó yéndose de plató.

Pero Jordi le recordó que si se había hecho cuatro horas en Sálvame, pues podía quedarse allí. Así que la madre de Albalá volvió más a regañadientes que dos colmillos peléandose.

Pero cuando volvió dijo «me importaría cambiarme de sitio, de verdad», dijo, porque la habían sentado al lado de Sofía. ¿Esto qué es, el colegio?

Y la expulsada fue… ¡¡¡IRENE!!!

Kiko entró en la sala de expulsiones y ella misma le dio la noticia. Kiko no se lo creía y le preguntó un millón de veces «¿Te vas, te vas? No. ¿Te vas?».

Que sí, coño, que se va.

Y como Irene dijo esta semana que creía que se iba ella, Kiko le dijo cabreado: «¡Te dije que no llamaras a la puta mala suerte! ¡Te dije que no la llamaras!», como el que ha recibido la factura del teléfono y tiene muchos cargos por teléfonos de 906.

Kiko estaba muy apenado, a pesar de que se van a ver en siete días. Y ni siquiera cuando Irene le dijo «en una semana, tiki-tiki, gordi», se alegró y eso que ha estado más salido que el cuerno de África.

Esta semana Juanmi, que va de médium, le hizo una sesión a Kiko. Estuvieron cogidos de las manos como media hora, con esas manos como muestrarios de penes que tiene Juanmi. Y dijo Kiko asombrado: «Noto calor en las manos donde me está tocando».

JA JA JA JA

– He metido el pene en el horno y noto calor… ¡magia, brujería!

«Veo que en tu casa de pequeño tenías miedo de algo«, le adivinó Juanmi. Bueno, adivinó… eso si no fuera porque eso mismo ya lo había contado Kiko hace semanas.

– Veo que tu apellido es Rivera…

– ¡OH, AH! ¡VISIONARIO! ¡ADIVINO!

El caso es que Alejandro y Kiko volvieron a la casa y el que más se cogió un berrinche fue Juanmi

Y llegó el debate de la campaña, en la que todos debatían temas de la casa.

«Es el debate… pues dejo los muñecos, porque mis hijas no tienen que ver peleas», dijo al entrar a la sala María Jesús, que iba con ganas de discutir. Cómo sabía la jodía que iba a haber jarana. Más que nada porque la busca ella. Que tú echas una bronca en medio del Amazonas y María Jesús te la encuentra con los ojos vendados.

«He sido sincera y auténtica al 100%«, empezó diciendo María Jesús, que como no quiere protagonismo, pues empezó ella.

«Yo he utilizado el confesionario para poder hablar con todo el mundo, con el telespectador», añadió. Esta mujer se piensa que el confesionario es un locutorio. Le ha faltado enviar giros de dinero a su casa a través del Súper.

«Lo que ha sido es una gran actriz«, dijo Kiko, que parecía el representante artístico de María Jesús. Cuando salgan de la casa le busca una película o una serie.

Y sí, acabó en pelea. Y Albalá intentaba meter baza pero no le dejaba María Jesús, que le rebatía hasta antes de que hablara. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARG acabó gritando Albalá, más frustrado que un chihuahua intentando tirarse a un pastor alemán.

«Quizá hasta he sido más protagonista de lo que me habría gustado«, dijo María Jesús. No se lo cree ni ella. No hay suficiente protagonismo para María Jesús. Es como un agujero negro del protagonismo, se traga todo lo que haya al rededor.

Nuevo suceso paranormal en Cantora quenos contó Kiko:

Una noche Isabel Pantoja: «Se levantó de madrugada diciendo ¡PONED LA TELE, PONED LA TELE! Porque estaba durmiendo y una sombra le saludó», narró Kiko.

Y pusieron la tele y vieron que Lady Di se había muerto. Y es que fue ella la que, al parecer, antes de ir al más allá pasó a decirle adiós a Isabel Pantoja. Tócate los cojones. .

E Irene llegó a plató. Se abrazó y besó a su hermana en la mejilla. Pero le dio tantos besos en la cara que ahora la hermana de Irene es así:

 

 

 

 

Para que no echara demasiado de menos a Kiko le pusieron a Irene un vídeo con todas sus broncas dentro de la casa. Y las consiguientes reconciliaciones ñoñas.

Mientras, en la casa la bronca continuaba, cada vez más enconada, con cada vez más cabreo entre María Jesús y Kiko, que estaban a grito pelao. Mientras, Juanmi… estaba allí.

Al final, Kiko tuvo razón cuando dijo «Es que te encantan las broncas, te encantan» a María Jesús, porque en cuanto se empezó a hablar de alguien que no era ella, se empezó a meter con Albalá a ver si había más gresca.

Irene se despidió de la casa:

«Cabeza y tranquilidad, que hemos venido a disfrutar y a saldar lo que hemos venido a saldar, tú no tienes que entrar en el juego de nadie», le dijo a Kiko.

«¡Dale besos a las niñas!«, le pidió Kiko, como si Irene fuera a mirar a sus niñas desde la distancia y con recelo.

«María Jesús, disfruta del concurso, cuando salgas rectificarás de muchas cosas que has dicho«, le dijo a la súper amiga de su marido.

Y se acabó lo que se daba, amigas.

3 comentarios

  1. Dice ser Cristincilla

    Jajajajaj cabronazo, casi me ahogo con el café al leer que Diana pasó a despedirse de la Pantoja (real que el teclado y la pantalla tienen chispitas marrones mientras escribo esto), que sí, ahora lo limpio

    05 abril 2019 | 09:04

  2. Dice ser maria

    por tus cojones ..a ti no te importa que se te note..quien quieres que no gane..un poco de neutralidad..ya que tienes este trabajo..NENE..

    05 abril 2019 | 15:28

  3. Dice ser Natalia

    Muy divertida la reseña. Comparto la mayoría de tus comentarios y me suelo reír mucho con las comparaciones que haces. Sigue así.

    05 abril 2019 | 23:54

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