Un fallo de sonido en Gran Hermano revienta la gran sorpresa de la noche… y un burro violador

Qué putadón contrariedad. Imaginaos que lleváis todo el día cargando con una tarta para celebrar el cumpleaños de vuestra abuelita. Es una tarta con la forma de los abdominales de Channing Tatum, que es la ilusión de vuestra adorable yaya.

Habéis llevado el pastel al trabajo en autobús, lo habéis cuidado andando con ella por la calle, subiendo las escaleras del portal y cuando llegáis al rellano se os cae y los dulces abdominales quedan como la arruga de la nuca de Paquirrín.

Pues una decepción así se llevaron anoche en Gran Hermano por culpa de un fallo de sonido. Ya sabéis que Miriam, la gallega que suelta unas hostias como empanadas de berberechos de a kilo, regresó a la casa tras ser expulsada la semana pasada para arreglar asuntos pendientes.

Y Miriam los asuntos pendientes los resuelve con vocecilla dulce y acento melosiño pero te deja que ni siquiera se molesta en fingir que fue un accidente. JJV comenzó a hablar con ella en la sala de encuentros.

«¿tienes ganas de echártelo a la cara?… ¡PERDÓN!», dijo JJV y de repente se hizo un silencio que no parecía acabar jamás. Yo pensé que me había quedado sordo porque veía a Miriam y a JJV gesticular pero no les oía.

Después de sacarme cera de las orejas como para hacer un cirio pascual (no soy yo nadie diciendo cosas para que mis admiradoras y admiradores se vuelvan locas), seguía sin oír ni el pedo de una mosca.

Pero JJV nos sacó de dudas: Todo lo que estaba hablando con Miriam se estaba oyendo también en la casa, así que a esas alturas todos sabían ya que la gallega estaba allí.

Antes de seguir, tres detalles:

1.- JJV bajó las escaleras con una carrerita que parecía una escena apocalíptica de Roland Emmerich: tenía pinta de acabar en tragedia. «Un día me pego una hostia y no lo cuento, lo estoy viendo», dijo JJV.

Mis contactos en Mediaset me han filtrado el traje de JJV para la próxima gala.

2.- Las cejas de Miriam… están como demasiado perfiladas ¿no?  No es que las lleve definidas, es que están delimitadas en el registro de la propiedad.

– Las cejas de Miriam limitan al norte con un granito, al sur con la piel finilla del ojo y al este y oeste con el mar.

En serio, que se pueden calibrar reglas con esas dejas. Creo que se las depila con láser. Con espada láser. Íker Jiménez le va a dedicar un programa a las cejas de Miriam, especulando conque puedan ser tecnología extraterrestre.

3.- El pelo de Rubén. Se está pasando. Su tupé ya supone el 20% total de su altura. Si sigue peinándose hacia arriba le van a poner unas luces de posición rojas para que no se hostien los aviones. En ese pelazo me maté yo.

Y ya que hablamos de él, vídeo de Rubén. Se ha pasado la semana como un gato persiguiendo un puntero láser porque le falta comida constantemente. Buscando culpables, se acabó encontrando a José María, que como es peor que un niño mimado de seis años, sólo come pan y patatas y claro, se ha comido su pan y el de todos los demás.

A mi me llega un hijo y me dice que es el líder de una secta satánica y que ha sacrificado a su abuelo en el jardín y bueno, me mosqueo, pero me dice que sólo come pan y patatas y lo meto interno en un colegio militar.

«Una vez probé el arroz cuando tenía doce años… no sé si me gustará«, dijo José María, que es muy loco y decidió probar 30 gramos de arroz. Yo soy la madre o el padre de este chico y come arroz hasta que empiece a cagar budas. Padres del mundo: haced vuestro puto trabajo.

En otro orden de cosas, esta semana hubo un robo de acelgas. ¿PERO QUIÉN COJONES ROBA ACELGAS? Joder, robas hamburguesas, pastel, qué se yo, ¿pero qué clase de depravado roba acelgas?  En la Primera Guerra Mundial cuando se les acababan los proyectiles tiraban botes de acelgas a las trincheras enemigas. Los alemanes se rindieron por eso.

Por otro lado, Hugo está muy crecidito después de Saber y propagar que tuvo el porcentaje menor para la expulsión en la gala pasada.

«Sigo con la misma filosofía de no regalar una sonrisa a nadie«, dijo Hugo esta semana. Que tío más agarrao, me cago en la leche, qué rácano. Uy, una sonrisa, qué derroche, no sea que se te gasten, tío rata.

– ¿Me dejas 10.000 euros en billetes pequeños sin marcar?

– ¡Claro, toma!

– ¿Y una sonrisa?

– Ni de coña.

Maico es ahora el apestado de la casa. Y no es sólo en sentido literal, también en sentido figurado. Hicieron un posicionamiento de quién querían los compañeros que se fuera y la zona de Maico parecía la cola para ver a Justin Bieber. «Engaña a todo el mundo constantemente», le dijeron.

El caso es que después de que sus compañeros le dijeran cosas que habrían hecho llorar a Darth Vader, Maico no dijo nada, algo que cabreó a sus aliados, Rubén y Hugo, que le azuzaron para que se defendiera y atacara. Sólo les faltó darle con una pistola eléctrica y abrir la puerta de toriles.

El burro intentó esta semana violar a Miguel. Debió ser lo más sexy que encontró en la casa. Y ojo, porque JJV dijo que «no nos consta que se haya producido el zumbamiento». Sí, básicamente porque Miguel no va por la casa con el culo como un agujero de barreno. Qué intuitivos son.

Y le preguntó a la directora de las galas si en caso de producirse el coito interespecies se podría emitir. ¿Un burro sodomizando a un concursante? Claro, joder, pero sólo en horario infantil un domingo por la mañana.

Qué tontería. Todo el mundo sabe que si quisieran zumbamiento pedirían una hora sin cámaras y que no se vería nada.

A Hugo le pusieron un vídeo de su familia felicitándole y él se puso a llorar. Lo que pasa es que la cara de Hugo contento es la misma que la de Hugo llorando. Un poco más húmeda y ya.

Hugo se encontró con Miriam. «No te esperaba por aquí», le dijo Miriam al maromo. Pues hija, que él no está expulsado, ¿dónde coño iba a estar?

«Cuidaos un poquito más entre vosotros, hay gente muy mala ahí dentro», le aconsejó Miriam, que lo mismo se ha equivocado y esta semana ha estado viendo The Walking Dead pensando que era el 24 horas, porque calificó a los de dentro de «gentuza».

Otro vídeo. En la casa, por algún motivo que no entiendo, piensan que Pilar es muy fuerte fuera y que es una favorita. Y ella es la primera que lo piensa, porque a Javier le dijo que no le iban a echar porque se juntaba con ella. Esta tía se piensa que es Belén Esteban, pero no tiene pijama morado. La misma afición por las croquetas sí.

Los señores (los que ganaron ser los huéspedes del hotel) han estado tocando los cojones por encima de sus posibilidades. Por ejemplo, llamando de madrugada para pedir vasos de agua. Y claro, cuando se los llevaban se descojonaban de los camareros. A mí me hacen eso y en el agua que les llevo hay ADN. Les escupo tanto en el puto vaso que iba a ser más fácil encontrar agua en el escupitajo que al revés.

Es más, les llamaron hasta para que les mataran las moscas de la habitación. Daniel fue el que se encargó, pero creo que Daniel intentó vengarse echando tanto insecticida como para matar a las moscas y hasta a un pterodáctilo si llega a haber alguno. Daniel no es que haya hecho un agujero en la capa de ozono, es que ha abierto un butrón con lanza térmica.

El caso es que el jueguecito de los señores y los criados ha dejado más rencor que Puigdemont viendo a Rajoy comerse una butifarra.

Y LLEGÓ EL ENCUENTRO MÁS ESPERADO

Rubén iba como el que va al matadero. Cuando llegó Miriam empezó a hacerle reproches como una ametralladora. Rubén tragaba saliva porque se le estaba quedando la boca más seca que los cojones de un guerrero de terracota.

«Aunque no tuviéramos nada nos merecíamos un respeto mutuo«, le dijo Miriam.

«Pero Rubén no comete errores. Y menos con una mujer, porque él sabe todo lo que hay que saber sobre las mujeres, él es un machito Johnnie Fuker. «Cuando salga y lo vea si te falté al respeto te pediré perdón«, dijo Rubén, que es muy de disculparse en diferido.

«Son niñatadas», le dijo Miriam sobre su comportamiento, porque al lado de Rubén no es que sea madura, es que es una pera comida de guanos.

«No tengo nada más que hablar», le dijo Rubén, que lleva en la espalda tatuado «aclarar lasa cosas» en caracteres chinos. Lo que pasa es que en realidad pone «rollito de primavera 1,5o euros» y no lo sabe.

Cuando el Súper estimó que Rubén ya se había comido suficientes hostias le animó a que se despidiera él dijo «no me voy a despedir, Súper» y salió del confe así:

Y se salvó de la expulsión… ¡¡ÑAMÑAM!! Ojo, que la china tenía menos del 3%. Cuando volvió a la casa la recibieron con sonrisitas de circunstancias. Pero ya verás cuando sepan que tenía casi nada de porcentaje. Van a empezar a lamerle el culo que la muchacha va a tener todo el día las nalgas como un suelo recién fregado.

Rubén es tan chulo y tan guay y tan machito y tan por encima de las tías está que antes da un riñón ese que pedir perdón. «Tiene la actitud de un niño. Una persona a la que le estoy hablando y no me mira ni a la cara no me gusta, demuestra mucha inseguridad hacia sí mismo«, dijo Miriam.

«Me habría gustado entrar con más cara de mala leche, pero no me sale, le tengo cariño y hoy no venía a darle caña», añadió. Pues dinos qué día le vas a dar caña que lo veamos, porfa.

Y SE FUE A LA CALLE… ¡¡JAVIER!!

NOTA: Daniel es el metemierda oficial de Gran Hermano. Dani ve a alguien quemándose a lo bonzo y le ofrece gasolina. A Dani le pones en la típica situación donde hay que desactivar una bomba y en lugar de cortar los cables les añade dinamita.

¿Pero cuántas veces tenían preparadas las imágenes del burro violador? Joder, que hay escenas de películas con menos planos.

«Algo quiere y no sé lo que es», dijo Miguel después de terner el pene del animal embarazosamente cerca de su esfínter. Ah, pizpireto. Ya te lo explicaré. Si veis a Miguel andando raro por la casa y comiendo de pie es que el Burro le llevó flores y se lo ganó.

JJV añadió: «A ver, que yo quiero tener un burro pero me da miedo que me quiera montar… porque ya tengo pareja». Eso es amor por los animales.

Javier se despidió de la casa tras una entremista divertidisíma como memorizar la guía telefónica: «Besos a todos. Saludos a Pili, espero que vaya bien, Juan, Petra, Dani, Laura… Christian G y F… saludos a todos los demás». Joder, parece una postal que le mandas a tu tía lejana.

Anoche había un grupo de gente en el plató que no para de gritar UUUUUUH cada vez que JJV nombraba a alguien para decirle si estaba nominado o no. Y claro, todos se volveron locos por los porqués de abucheo.

Y al flipao de Rubén le abuchearon también y alguien (su madre fijo) aplaudió. Y dijo el del amor propio desatado: «había un aplauso». Qué optimista es.

¡Y se acabó lo que se daba! Creo que hoy hay vídeo de Guuuus…

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